La reelección de Michael Bloomberg por tercera vez como alcalde de Nueva York el pasado 3 de noviembre, tiene muchas lecturas y todas ellas importantes. Merece la pena detenernos a estudiar el caso de este Republicano Independiente que ha demostrado que un conservador puede ganar en una de las ciudades que se considera más Demócrata del país. Una auténtica lección para quienes creen que Nueva York es el paradigma de ciudad liberal y europeísta. Nada más lejos de la realidad. Tras los ocho años del Republicano Rudolph Giuliani en la alcaldía, ahora Michael Bloomberg ha demostrado por tercera vez que se pueden realizar políticas conservadoras y modernas en una gran urbe, de hecho, la gran ciudad por excelencia, y salir victorioso en las urnas.

El ejemplo de Bloomberg, poco destacado en los medios e incluso entre los Republicanos, por su carácter independiente, no debe hacernos olvidar que el conjunto de políticas del alcalde neoyorkino son liberal-conservadoras, que han mantenido a la ciudad en una senda de crecimiento y prosperidad, con un equilibrio social importante, y un importante respaldo popular y ciudadano.
Otro factor es destacable en la trayectoria de Bloomberg. Su independencia económica e ideológica, le ha permitido mantenerse alejado de grupos de presión de una u otra índole, y aplicar políticas independientes, siempre enfocadas a los ciudadanos; algo que le ha valido el respaldo de numerosos grupos sociales, por ejemplo, el de los hispanos de la ciudad.

Sin duda, su trayectoria de hombre de éxito hecho a sí mismo, con una fortuna personal valorada por la revista Forbes en 17.000 millones de dólares, han contribuido a que Bloomberg sea visto por muchos como un modelo a seguir, y le ha permitido mantener esa independencia de actuación, tanto de los Republicanos más conservadores como de los Demócratas más izquierdistas. La autonomía en la financiación de su campaña, en la que ha invertido alrededor de 100 millones de dólares, ha sido fundamental para poder mantener ese discurso independiente, orientado hacia el liberal-conservadurismo.
La noche electoral del 3 de noviembre resultó más complicada de lo esperado, pero Michael Bloomberg terminó por alzarse con la victoria con un 51 por ciento de los votos contra el 46 por ciento de su rival Demócrata, William Thompson. No obstante, perdió apoyos en la comunidad negra y sufrió derrotas en Harlem y el Bronx.
Michael, “Mike” Bloomberg, nacido en Boston, Massachusetts, en 1942, Independiente desde el año 2007, cuando abandonó el Partido Republicano, siempre fue un astuto hombre de negocios, que hizo su fortuna primero en Salomon Brothers, donde rápidamente destacó y fue ascendido a socio, y después con su propia compañía financiera, Bloomberg L.P, dedicada a vender información financiera, que acompañaba de noticias sobre béisbol. Su padre fue contable y su madre ama de casa, y el joven Mike forjó desde niño un carácter ganador, que le llevó a ganar una beca para la prestigiosa Universidad John Hopkins.

Más tarde creó Bloomberg News, Bloomberg Radio, y Bloomberg Televisión, otros éxitos rotundos, que expandieron su radio de acción a la radio, la televisión por cable, e Internet, que marcaron la consolidación de su fortuna personal y nos hablan mejor que nada de la audacia de este hombre, que representa fielmente el Sueño Americano.
Sus intereses siempre han ido más allá de los negocios, en especial en el área de la educación, la filantropía, los servicios médicos, y el acceso de la gente a la cultura. Ahí radican las razones que lo llevaron a crear un programa de ayuda para víctimas de la violencia doméstica en Nueva York, promover la Unidad Médica Móvil de Children’s Health Fund’s, que permite atender a niños de familias sin hogar, o sus contribuciones económicas para los jóvenes más desfavorecidos y la construcción de instalaciones deportivas en colegios públicos de la ciudad.
Michael Bloomberg siempre supo que para cambiar las cosas realmente necesitaba un cargo público, por eso se lanzó a por la alcaldía de Nueva York la primera vez, la ciudad por excelencia, con todas las virtudes y defectos, y con tantos desafíos que atender. Lo hizo por el Partido Republicano y relevó a Rudolph Giuliani, que lo avaló, obteniendo una clara victoria. Sus retos no eran fáciles en ese primer mandato. Tenía por delante sacar adelante a Nueva York tras los ataques terroristas del 11/S, que derribaron las Torres Gemelas y sumieron a la ciudad en una enorme crisis. Uno de sus primeros retos conseguidos fue restaurar la zona sur de Manhattan, devastada por los ataques, e impedir que las firmas financieras abandonaran la ciudad. Como colofón, debía hacer frente al déficit fiscal, de unos 3.000 millones de dólares. Logró todo ello con políticas pragmáticas y firmes, y supo devolverle la esperanza a los neoyorkinos.

Su exitoso paso por la política es un caso excepcional, en tanto que otros célebres millonarios, como Ross Perot o Steve Forbes, lo intentaron sin éxito. Bloomberg, con su pasado de self-made man, y una gestión como alcalde que aglutina el apoyo de diversos sectores, se erige como un posible candidato Independiente a la presidencia, algo que nunca ha descartado, pero para lo que tampoco se postula abiertamente.
En la actual situación de crisis, Nueva York también ha soportado los embates del desempleo y todos los problemas que conlleva. Sin embargo, la eficaz gestión de Bloomberg estos años ha permitido sobrellevar la situación mucho mejor.
Uno de sus triunfos ha radicado en poner en práctica su filosofía de agrupar todas las tendencias y grupos bajo el lema: “Nueva York es de todos y lo hacemos entre todos”.
Sus méritos como alcalde le han permitido salir reelegido por tercera vez consecutiva. Revisemos algunos de ellos. Lo primero de todo, el alcalde neoyorkino tiene en su expediente una gestión brillante como administrador de una de las mayores y más complejas ciudades de gobernar que hay: Nueva York. Debido a esta gestión, hoy es una de las ciudades más seguras del país, con una espectacular reducción de los índices de criminalidad.
Además, Bloomberg han transformado el sistema de educación, que es el más grande del país, con dos logros importantísimos: el aumento del número de graduados de la escuela secundaria y haber elevado los estándares de aprovechamiento académico en ciencias, matemáticas, y lectura, que son los pilares básicos para el futuro de los estudiantes.

Para nuestra comunidad hispana, Bloomberg ha demostrado ser un aliado fiel, con quien ha hecho gala de un elevado grado de compromiso. Pero no únicamente, también con el conjunto de los inmigrantes en general. Un compromiso que se ha materializado en medidas reales, como al inicio de su administración, cuando estableció que la Policía no actuara en tareas de inmigración, o después mostrándose como contrario a las deportaciones, y favorable a una reforma migratoria nacional.
Mike Bloomberg ha logrado en estos ocho años como alcalde una elevada estabilidad, con equilibrio fiscal aún en la situación de crisis económica actual. A él se deben las regulaciones en torno al tabaco, que han permitido limpiar la atmósfera de Nueva York del humo de los cigarrillos y potenciar hábitos de vida saludables, y el impulso a políticas que acabarán con el humo de los coches, ampliarán las zonas verdes y potenciarán las turbinas eólicas en East River.
Ha sido y es un alcalde con ideas claras, que sabe lo que hay que hacer y cómo hacerlas. Eso le ha ganado el apoyo generalizado de la ciudad, que lo ve como el hombre que ya ha conseguido su Sueño Americano y ahora se dedica a devolver a la sociedad parte de lo que ha conseguido. Y lo hace como mejor sabe, gestionando bien los asuntos de la ciudad, alejado de dogmatismos ideológicos, pero con un puñado de valores que mantiene y aplica con moderación.

Es el prototipo de ciudadano estadounidense con ideas propias, que defiende a capa y espada. Eso explica que haya pasado de militar en el Partido Demócrata en una etapa temprana de su vida, a ingresar en el Partido Republicano, por el que fue elegido alcalde en 2001, cuando sucedió a Rudy Giuliani, reelegido en 2005, y su salida del GOP en 2007 para proclamarse Independiente. Sus ideas se mantienen, los partidos las apoyan o no, pero su coherencia personal es elevada.
Posiblemente sea esa coherencia y trayectoria personal la que le valen apoyos tanto desde el Partido Republicano y Demócrata, como de los Independientes. De hecho, es el alcalde conservador que más votos ha obtenido entre las filas de los Demócratas y liberales.
Su victoria en 2009, que se aventuraba más amplia, finalmente se quedó en una ventaja de cinco puntos, una diferencia de 51.000 votos entre el millón de sufragios emitidos el 3 de noviembre (51% frente al 46%), como consecuencia de que muchos finalmente no le votaron por haber maniobrado en las normas electorales para poder presentarse para un tercer mandato. Históricamente, sólo otros tres alcaldes han estado tres turnos en la alcaldía. Y por el elevado gasto de su campaña electoral (de su propio bolsillo, no lo olvidemos). En cualquier caso, se trata de una victoria histórica, que demuestra cómo un Republicano y conservador puede ganar en las plazas fuertes de los Demócratas haciendo gala de una mejor gestión y de coherencia personal.
Desde el cuartel general de Mike Bloomberg durante estos meses de campaña electoral, en la calle 72 y Broadway, todo el equipo, con el alcalde a la cabeza, demostró al país y al mundo cómo se pueden ganar unas elecciones si tienes un sueño en la cabeza, gente deseosa de luchar y trabajar, dinero en el bolsillo, e ideas inteligentes de cómo gastarlo.
De todo ello, la intención de trabajar con equidad para los demás, es el elemento decisivo. Bloomberg lo ha demostrado en Nueva York, más allá de ideologías, haciendo realidad sus propias palabras, al manifestar que: “Nueva York es una ciudad donde adoramos todas las culturas«.
Su nombre suena de vez en cuando para la presidencia, y aunque es algo no descartable, de momento sus objetivos inmediatos están en la capital del mundo por antonomasia: Nueva York.