La libertad de elección es primordial a la hora de leer, pero tanto o más importante que eso es la capacidad de acertar en la elección de la lectura elegida. Hasta el punto de que un elevado porcentaje de que a una persona le guste un libro depende de lo acertado que haya estado en la elección de esa lectura. Hoy por hoy hay tantos libros que si lees algo que no te gusta lo más probable no es que el libro sea malo de solemnidad, que también puede ser, sino que no hayas sabido elegir de acuerdo a tus gustos personales.
Hay muchos parámetros que se pueden valorar para elegir una novela, desde la portada, pasando por el autor, el título y la sinopsis del argumento, hasta las referencias que pueda haber en forma de comentarios, críticas o en la campaña de promoción.

La capacidad para saber filtrar adecuadamente y elegir el libro adecuado para cada uno es la base de que el lector quede satisfecho con la lectura. Un autor que nos gusta, un género literario que nos atrae, una trama interesante, una portada poderosa o una editorial que sigue determinada línea editorial, son claves esenciales para acertar en la elección.
Por eso cuando una novela no nos gusta, lo más probable es que no hayamos elegido bien y esa misma novela guste a otra gente con otros gustos diferentes. Los lectores amamos la lectura pero no a todos nos gustan las mismas cosas y es lógico que haya pluralidad en el tipo de lecturas que se eligen. En muchas ocasiones no se trata de que unos libros sean mejores que otros sino de que nuestros gustos son distintos y algunas novelas nos pueden gustar muchísimo mientras que a otros lectores les dejan indiferentes, y viceversa.
El universo de los libros es tan amplio que saber elegir la lectura adecuada para cada uno es la garantía de quedar satisfecho. Hoy más que nunca, cuando se publica de todo y para todos, hay que saber seleccionar mucho para que al leer se tenga la sensación inconfundible de haber acertado en la elección de la lectura y aprovechado el tiempo dedicado a ella. Necesitamos seguir nuestros propios criterios, sin olvidar nunca de dejar margen para la sorpresa, que en cuestión de libros puede saltar en cualquier parte.