Cuatro años más de presidencia Trump
La sociedad estadounidense reclama cada vez con más fuerza cuatro años más de presidencia para Donald Trump. Hemos llegado a un punto crítico en el que somos testigos de la corrupción de la Administración Biden, que utiliza el Departamento de Justicia y fiscales socialistas y claramente anti Trump, así como todo el poder del gobierno federal, en un intento desesperado de destruir a su oponente político, al que temen que no podrán ganar en las urnas. Para cualquiera que no esté cegado por la ideología o las noticias manipuladas de los medios, estamos viendo el regreso a una época en la que este mismo poder desmedido se usaba contra cualquier enemigo político o racial. Bajo Biden, asistimos a continuos ataques a la libertad personal y la privación de derechos civiles y constitucionales por parte de un sistema en manos de los demócratas, que no vacilan en destruir el estado de derecho y la democracia para mantenerse en el poder. Sus armas son el silenciamiento mediático, la persecución política y legal, la intimidación, la censura y el acoso para promover el miedo social a Trump.
Todas las múltiples acusaciones legales contra Trump, la presión de la Administración Biden sobre las empresas de redes sociales y los medios de comunicación para silenciarlo, el allanamiento de su casa en Mar-a-Lago, y el intento de quitarlo de las papeletas electorales en varios estados, han chocado contra la voluntad de hierro de Trump de luchar contra semejantes atropellos y no arrodillarse ante quienes lo quieren en silencio y fuera de la política. Este abuso de poder institucional contra Trump terminará, previsiblemente, en noviembre de este año, cuando gane las elecciones y un segundo mandato presidencial. Estados Unidos recuperará la dignidad y las libertades que ha perdido en estos últimos cuatro años.
Hoy más que nunca, Trump representa a los ciudadanos silenciados, olvidados y pisoteados por el gobierno de Biden, a la clase media trabajadora y honesta, a todos aquellos que han sido ignorados y censurados por Biden, los demócratas de izquierda radical y las elites que los apoyan. El desafío político que representa Trump y su amor por Estados Unidos, su patriotismo genuino, ofrecen una respuesta firme y convincente a los socialistas que detestan abiertamente la cultura estadounidense, la historia de este país y que temen las decisiones libres del pueblo.
Ya nadie discute que bajo la presidencia de Trump, alcanzamos éxitos en el crecimiento económico, la seguridad nacional, la seguridad fronteriza, la cultura y las libertades individuales. En este decisivo 2024 debemos rechazar el camino sumido en las tinieblas que ofrecen los demócratas, que está marcado por conspiraciones políticas e ideologías divisivas y de odio. En lugar de ello, debemos apoyar a Donald Trump, un líder fuerte y que comprende lo que significa ser un estadounidense orgulloso y libre. Trump ha demostrado sobradamente su temple ante situaciones adversas, su capacidad para guiar a Estados Unidos hacia un futuro brillante y su enorme capacidad de trabajo y liderazgo. Trump es el mejor candidato presidencial para salvar a este país y reconducirlo. La elección no es Trump o Biden o cualquier otro candidato que pongan los demócratas, sino Trump o el caos. Por eso necesitamos cuatro años más de presidencia Trump.