Hoy, World Book and Copyright Day, (“Día Internacional del Libro y el Derecho de Autor”), es una excelente ocasión para apoyar a los escritores comprando un libro, o varios, de una forma práctica y real. Todos sabemos que a mucha gente se le llena la boca de palabras grandilocuentes a favor de la cultura, pero no sueltan prenda cuando se trata de demostrarlo aflojando el bolsillo (salvo una minoría respetable). Hoy es un buen día para fomentar la lectura y la cultura.
La UNESCO declaró este “Día Internacional del Libro y el Derecho de Autor” en 1995 con el objetivo de fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor. Importante coletila esta: el derecho de autor. Ése que buena parte de la población lectora se pasa por el arco de triunfo cada vez que se baja contenidos piratas, y que en España en particular adquiere proporciones epidémicas y muy preocupantes.

La razón de elegir el 23 de abril como fecha simbólica se hizo por la coincidencia con el fallecimiento de los escritores Miguel de Cervantes Saavedra, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega en la misma fecha en el año 1616. En España se aprovecha esta fecha para la entrega anual del Premio Cervantes.
También por iniciativa de la UNESCO, en 2001, se nombró a la ciudad de Madrid como “Capital Mundial del Libro” y cada 23 de abril diferentes capitales del mundo han sido designadas y realizan durante el año actividades culturales relacionadas con los libros. El comité de selección está integrado por representantes de la Unión Internacional de Editores (UIE), la Federación Internacional de Libreros (FIL), la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios (IFLA) y la UNESCO. Este 23 de abril Port Harcourt, ciudad de Nigeria, será la “Capital Mundial del Libro”.

En un día como hoy la reivindicación parece evidente que debe centrarse en la protección de la propiedad intelectual, es decir, el derecho de autor. En un entorno en el que se roba de forma flagrante, el desafío es articular herramientas jurídicas y tecnológicas que garanticen eficazmente la propiedad intelectual en la era de Internet, y hacer pedagogía educativa entre la población para el respeto del derecho de autor y desterrar ideas equivocadas como que los libros son caros porque los escritores cobran mucho (falso), que una vez han sido publicados los libros “todo el monte es orégano” y se puede piratear impunemente porque al autor ya le han pagado y además lo que quiere es que le lean (falso, falso y falso), que producir un libro no tiene muchos costes (falso), que para respetar los derechos de autor, sólo basta con mencionar la fuente (falso), que copiar es lo normal (será en su pueblo, en el mío no; falso), que total el autor ya saca su dinerillo por otras vías y le da igual que le pirateen (venga ya, no sea sinvergüenza; falso), que no va a pasar nada por piratear contenidos culturales (obviamente algo que hay que cambiar y aplicar mano dura).
En este día, al que todos se apuntan, sería bueno recordar que sin los autores, ya sean de libros, guiones, vídeos, etc, en suma, sin contenidos culturales, no habría nada que celebrar. Así que a ver si celebramos más el derecho de autor y nos dejamos de pamplinas de libro por aquí, libro por allá, que en realidad sólo una minoría lectora y respetuosa celebra en rigor.
¿Quiere celebrar el día del libro y el derecho de autor? Compre un libro. O varios.