Hábitos de lectura
Las tendencias en Estados Unidos son reveladoras porque, entre otras cosas, se extienden, tarde o temprano, al resto del mundo. Resulta interesante analizar la encuesta que ha presentado Pew Research Center sobre los hábitos de lectura en los Estados Unidos, que indica que el tanto por ciento de adultos que leyó un libro en 2015 ha disminuido un poco con respecto a otros años anteriores. Sin embargo, hay otro dato sorprendente y esperanzador: la encuesta también ha mostrado que los jóvenes con edades comprendidas entre los dieciocho y los veintinueve años leen cada vez más.
Esto aquí, en Estados Unidos, donde se potencia la lectura y se valora en su justa medida, donde se prima pensar por uno mismo y hay una oferta de libros realmente estimulante. Entre los datos que aporta esta encuesta destaca que en 2015 el setenta y dos por ciento de los adultos encuestados dijo haber leído un libro en el último año, un porcentaje inferior al ochenta por ciento de los jóvenes que reconoció haber hecho lo mismo. Es una buena cifra que señala que la lectura de los jóvenes se mantiene fuerte.
La encuesta refleja un leve descenso en el número de estadounidenses adultos que leen libros impresos. En 2011 un setenta y uno por ciento de adultos reconoció haber leído un libro en formato papel, en 2015 lo ha hecho el sesenta y tres por ciento. En cualquier caso, de acuerdo a otros informes sectoriales más recientes, las ventas de libros electrónicos ha descendido y se ha estabilizado o aumentado la venta de libros impresos, que aguanta la digitalización. De hecho, las generaciones jóvenes prefieren leer libros en papel cuando se trata de sus lecturas preferidas.
Más datos interesantes: se mantiene un equilibrio estable en cuanto a los libros impresos, electrónicos y audiolibros desde que se realizó el primer informe de este tipo hace cuatro años. La encuesta demuestra también que las mujeres son las que más leen dentro del hogar, seguidas de los jóvenes con edades comprendidas entre los dieciocho y los veintinueve años; la media de las mujeres encuestadas dijo haber leído catorce libros a lo largo del año pasado, mientras que los hombres reconocieron haber leído nueve títulos. Esta disparidad se puede entender si nos fijamos en el estilo de novelas que se publican actualmente, con una clara orientación al segmento social femenino, y que no despierta entusiasmo ni ganas de leer entre los hombres.
Cuando nos fijamos en géneros literarios en los que las novelas son del gusto de los hombres, esos datos de lectura se disparan e incluso superan a los de las mujeres lectoras. Como en todo, también aquí muchos medios hacen sus análisis sesgados para tratar de reflejar una superioridad lectora femenina que en realidad no existe. Lo que sí existe es un mercado editorial claramente volcado a vender libros que sólo interesan a las mujeres. Esto se ve con nitidez en las tendencias, los libros publicados masivamente y los hábitos de lectura en todo el mundo.