Siempre hay noticias que nos traen esperanza para el mundo natural entre tanta catástrofe medioambiental. El Servicio de Pesca y Vida Salvaje (U.S. Fish & Wildlife Service) se plantea proteger el hábitat de uno de los felinos más fascinantes, el jaguar, clasificado como especie en peligro de extinción desde 1997, autóctono de América, pero que nunca hasta ahora había sido objeto de un plan específico de recuperación o protección oficial por parte del Acta de Especies en Peligro de Extinción y del gobierno de Estados Unidos, aunque sí en otros países del continente americano.
En los últimos años, los avistamientos de jaguares han sido muy pocos en Estados Unidos; hace décadas acostumbraban a vivir en los estados del sur, especialmente Louisiana, California, Arizona, Texas y Nuevo México, y el último jaguar del que se sabía que vivía en territorio estadounidense murió en marzo de 2009.

No obstante, hay cerca de 5.000 jaguares en México, algunos de los cuales podrían emigrar al Norte y repoblar Estados Unidos. Si eso ocurriera, la idea detrás de la designación de hábitat protegido es permitir que el jaguar sobreviva en condiciones de seguridad si regresa a territorio estadounidense. Junto con la descripción de los terrenos y hábitats que serán protegidos, se aprobará un plan oficial de recuperación de la especie, lo que permitirá llevar a cabo acciones concretas en ese sentido.
El jaguar es uno de los felinos más grandes de América, alcanza entre 1.72 y 2.4 metros, tiene una apariencia compacta y robusta y llega a pesar hasta 158 kilogramos. Durante décadas ha sido extinguido por miles, casi completamente, con apenas unos ejemplares que sobreviven en México, Brasil, Argentina, Uruguay, Perú, El Salvador, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Colombia…. Puede vivir en una gran variedad de ecosistemas, aunque lo común es encontrarlos en zonas con mucha vegetación, agua y abundancia de presas. Dos de los ecosistemas privilegiados donde se mantienen son el Amazonas así como los bosques tropicales peruanos de Tumbes y Piura.

El término jaguar proviene del indio «jaguara», que significa «el que mata a su presa de un solo salto». La población de jaguares se ha reducido de forma drástica en estos últimos años, debido a la caza furtiva o ilegal para traficar con su piel, la destrucción sistemática de los bosques en donde habitan y el fenómeno de las sobrepoblaciones humanas que han devastado sus hábitats, convirtiéndolos en pueblos o suburbios de ciudades.
De manera que estas son buenas noticias para el jaguar y los amantes de esta auténtica joya de la naturaleza, que cuenta con una enorme historia simbólica y de leyendas detrás. Pero que, sobre todo, tiene un papel clave en los ecosistemas donde vive.