El Plan de Trump para reducir los déficits comerciales
Donald Trump sigue el manual de campaña con un rigor envidiable y nuevas propuestas electorales. Se ha marcado el objetivo de recuperar la independencia económica de Estados Unidos mediante la reducción de los déficits comerciales que las políticas desastrosas de la Administración Biden han hecho crecer de forma alarmante hasta tal punto que amenazan con destruir la nación.
Trump ha puesto el foco de atención en la importancia de proteger las industrias estadounidenses mediante la reducción de los déficits comerciales que han destruido millones de empleos y enriquecido a China con cientos de miles de millones de dólares, que están utilizando para apoderarse de bienes raíces, fábricas e industrias creadoras de riqueza estadounidenses.
Es necesario recordar en este punto que durante su presidencia Trump redujo con éxito los déficits comerciales, lo cual contribuyó a crear millones de puestos de trabajo, lograr un rápido crecimiento de los salarios y propició la creación de 17.000 nuevas fábricas en Estados Unidos. Su experiencia y éxito en este terreno son una sólida garantía para el futuro.
La nueva plataforma comercial America First de Trump reemplazará el desastroso sistema de Biden de castigar a los productores nacionales y recompensar a los subcontratistas con un nuevo sistema a favor de Estados Unidos basado en aranceles de referencia universales para la mayoría de los productos extranjeros, el cual recompensará la producción nacional mientras grava a las empresas extranjeras.
Es público y notorio que la Administración Biden ha puesto a Estados Unidos en el camino de la subordinación y la ruina económica para todos. De tal forma que el país es hoy el hazmerreír del mundo. Bajo el liderazgo de Trump, se pondrá fin a los gigantescos déficits comerciales que destruyen empleos y el tejido productivo nacional, recuperaremos nuestra independencia y se lanzará un nuevo auge económico.
Bajo la incompetente y corrupta Administración Biden, el déficit comercial ha aumentado a los niveles más altos en la historia, devastando a los trabajadores, las fábricas y las empresas estadounidenses, sin que los actuales responsables en el gobierno muevan un dedo para evitarlo. Sólo el año pasado, el déficit comercial aumentó hasta casi un billón de dólares; el déficit con China ascendió a 383.000 millones de dólares, y el déficit comercial agrícola aumentó a 2.000 millones de dólares ( USDA ha proyectado que en el año fiscal 2023 el déficit comercial agrícola aumentará a un récord de 14.500 millones de dólares). Una auténtica barbaridad que está condenando el futuro económico de este país y a miles de agricultores y granjeros.
No es exagerado afirmar que los déficits comerciales amenazan más que nunca nuestra seguridad nacional y la prosperidad de las comunidades. No se puede ocultar la evidencia de que estos déficits han llevado a pérdidas masivas de empleos en el sector manufacturero de Estados Unidos. El aumento de las importaciones disminuye la demanda de producción nacional, lo que lleva a la pérdida de puestos de trabajo en la industria. De acuerdo a los datos ya expuestos y analizados, sólo el creciente déficit comercial con China entre 2001 y 2015 provocó una pérdida estimada de 3.400.000 empleos. Después de los desastres provocados por el TLCAN y la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio, Estados Unidos perdió 60.000 fábricas. No se trata de ideología, sino de la realidad pura y dura.
El panorama actual es demoledor. El déficit comercial está impulsando a China, que utiliza el dinero que consigue de Estados Unidos para comprar bienes raíces e industrias generadoras de riqueza estadounidenses. China posee ya más de 194. 000 acres de tierras agrícolas estadounidenses, y al menos 2.400 empresas estadounidenses son propiedad mayoritaria de inversionistas y empresas chinas. Además, está utilizando el dinero que está desviando de Estados Unidos para desarrollar rápidamente su ejército.
No podemos permitir esta infiltración china en el país y su expansión militar sin que la seguridad nacional y nuestros intereses corran un grave riesgo. Estados Unidos no puede permitir que su dinero contribuya a que China siga desarrollando misiles hipersónicos, y a que su ejército tenga ya más barcos navales y miembros militares en servicio que los Estados Unidos. No podemos permitir que nuestros déficits comerciales sustenten su dominio del mercado global de la extracción y el procesamiento de componentes críticos para misiles, armas de fuego y radares.
La política que propone Trump, basada en una Plataforma de Comercio que pondrá Estados Unidos en la lista de prioridades de la acción de gobierno, impulsará la fabricación estadounidense y ayudará a que los empleos y las empresas estadounidenses se recuperen, tal y como lo hicieron durante su primer mandato presidencial.
El camino correcto es recuperar la tendencia de la Administración Trump antes de la pandemia del coronavirus, cuando déficit comercial general de Estados Unidos disminuyó. Por aquel entonces, en 2019, el déficit comercial de Estados Unidos con China también disminuyó en 73.000 millones de dólares. No podemos olvidar que Trump cumplió su promesa de recuperar la fabricación estadounidense, con más de 500.000 nuevos empleos de manufactura creados antes de la pandemia. El crecimiento del empleo en la fabricación se disparó a un máximo en más de dos décadas en 2018 y en 2019, los salarios crecieron al ritmo más rápido en una década y se abrieron 17. 000 nuevas fábricas en los Estados Unidos. Esa pujanza económica puede regresar de la mano de Trump y su nueva Iniciativa de Manufactura Nacional Estratégica, que contribuirá a reducir el déficit comercial y traerá millones de empleos de regreso a Estados Unidos.
Esta realidad no la verá reflejada en los medios de desinformación, empeñados en atacar a Trump para evitar que vuelva a ganar las elecciones. Para reducir los déficits comerciales, Trump eliminará los acuerdos comerciales injustos y negociará mejores acuerdos para los trabajadores estadounidenses. También implementará una serie de reformas para eliminar por completo la dependencia de China en todas las áreas críticas, incluida la prohibición de contratos federales a cualquier empresa estadounidense que subcontrate a China.
Donald Trump ve el problema de los déficits comerciales y tiene la visión, la voluntad y el plan correcto para afrontarlo de la mejor manera posible. Todavía es posible cambiar el rumbo al desastre al que nos llevan Biden y los demócratas de izquierda radical, pero la oportunidad para ese cambio no puede aplazarse por más tiempo. Necesitamos a Trump de regreso en la Casa Blanca y lo necesitamos a partir de 2025 cuando jure de nuevo la Constitución.