Al Qaeda en Irán
Uno de los nuevos santuarios que ofrecen refugio a los terroristas de Al Qaeda es Irán, que se ha convertido en un frente esencial para la lucha antiterrorista que lleva a cabo Estados Unidos. Las nuevas alianzas que ha forjado Al Qaeda extienden sus tentáculos a Irán, cuyo gobierno ha acordado permitir a los terroristas de la red y sus familiares moverse libremente por todo el país, proporcionándoles un santuario seguro en el que operar impunemente, de forma similar a como hicieran en su día los Talibanes en Afganistán. A cambio de esta cooperación, Al Qaeda no lleva a cabo ninguna operación dentro del territorio iraní, además de mantener informado al régimen de Teherán de sus actividades. También son centro de operaciones Arabia Saudí, Qatar y Kuwait, pero en este caso centradas en actividades financieras de la red terrorista.
Como consecuencia de este nuevo escenario, los líderes y los integrantes de Al Qaeda en Irán se han convertido en objetivo prioritario para la inteligencia y las fuerzas militares estadounidenses. Entre las numerosas iniciativas en marcha, se encuentra la recompensa de 12 millones de dólares por información que conduzca a la captura de dos de los más importantes cabecillas de Al Qaeda en Irán, algo que puede ayudar a reducir las actividades de la red en este país. Ambos individuos son una importante fuente de financiación y apoyo de la red terrorista, en concreto, Mushin al-Fadhi, un kuwaití identificado como el jefe de Al Qaeda en Irán, para el que ofrecemos una recompensa de $7 millones, y Adel Radi Saqr al-Wahabi al-Harbi, su lugarteniente, por el que pagamos $5 millones. Para que luego digan que no se paga bien por la información que permita cazar o quitar de en medio a estas alimañas.
Mushin Al Fadhi está acusado de proporcionar apoyo financiero y material a la red terrorista y ha sido identificado plenamente como uno de los terroristas de confianza que recibió notificación por anticipado de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Que caiga, él y los demás, es una cuestión de tiempo.
Uno de los procedimientos que utiliza Al Fadhi últimamente es el envío de dinero y combatientes a través de Turquía para dar apoyo a los afiliados a Al Qaeda en Siria o Irak. Su segundo de a bordo, al-Harbi, que es de origen saudí, organiza y facilita el viaje de yihadistas fanáticos hacia Afganistán e Irak vía Irán. Como ven, una pareja de lo más dinámica que ha convertido la red de Al Qaeda en Irán en una de las más activas e importantes en el suministro de dinero, bases de entrenamiento, financiación, armas y terroristas. Algo en lo que Estados Unidos ya está trabajando, por supuesto, para liquidar y acabar con la amenaza que representa. Por ejemplo, mediante acciones coordinadas con los gobiernos de Kuwait y Qatar, y otras operaciones más sensibles que, lógicamente, no voy a comentar aquí.
Por todo ello, y por si el programa nuclear fuera poco, Irán se configura como un objetivo prioritario en la acción exterior de Estados Unidos.