El Gladiador Trump
Donald J. Trump es el presidente de los Estados Unidos y el Comandante en Jefe. Hasta ahí todo el mundo lo sabe, pero también es un auténtico Gladiador en el circo de los medios mundiales. Como los antiguos gladiadores en el Imperio Romano, Trump se bate en solitario contra una horda de enemigos que lo atacan por doquier.
Es presidente de la nación cuando firma órdenes ejecutivas y negocia acuerdos en el mejor interés del país. Es el Comandante en Jefe cuando ordena misiones de alto valor estratégico, da vía libre para destruir el Estado Islámico y aprueba el mayor presupuesto para defensa. Es un Gladiador cuando combate a los periodistas que manipulan la información para intentar arruinar su imagen pública y destruir su presidencia, cuando enfrenta a los ofendiditos del Partido Demócrata y a los republicanos sólo de nombre que quedan en el GOP; cuando lucha a brazo partido contra aliados aprovechados de Europa o contra China y Rusia, que hacen lo contrario de lo que dicen en casi todo.
En plena Cuaresma, una época sagrada para los cristianos, que culmina con la Semana Santa y la Pascua de Resurrección, un tiempo para renovación espiritual y para acompañar a Cristo en su camino al Calvario, cada uno con su cruz y su lucha personal, encontramos al Gladiador Trump que lucha incansable contra sus enemigos y los enemigos del país y del pueblo. Un vistazo alrededor basta para ver cuán pocos son los que están dispuestos a defender las creencias e intereses de la mayoría de los estadounidenses. Entre ellos, está el Gladiador Trump con un puñado de gladiadores leales que se dejan la vida en la arena de la política en aras de un bien mayor que todos ellos: el bienestar y el futuro de los estadounidenses.
El entorno político en el Congreso e incluso en el Partido Republicano no está exento de aquellos que traicionan al presidente con mejor o peor voluntad. Los 12 republicanos que recientemente votaron en contra de la Declaración de Emergencia Nacional en el Senado, uniéndose a los demócratas, dieron la medida de hasta qué punto el presidente debe lidiar con enemigos de todo pelaje.
Es muy importante recordar que este asunto ha llegado a un punto crítico en los últimos meses porque Trump es un hombre decente que cumple sus promesas, y asegurar la frontera sur completando el muro es una de ellas. Trump no colocó a su propio partido en la posición de tener que cerrar el gobierno mientras controlaban ambas Cámaras del Congreso. Durante dos años, el presidente tuvo la mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado y trató de confiar en ellos para cooperar para asegurar nuestra frontera. ¿Qué hicieron? Lo que suelen hacer los políticos que están fuera de la realidad: no hicieron nada de nada. Los 12, o casi, suelen ser los sospechosos habituales a la hora de dejar solo o criticar al presente.
A pesar de los ataques de los medios enemigos del pueblo, cuya credibilidad está por los suelos tras las repetidas cagadas que han hecho con las mentiras sobre el presidente, Trump, el Gladiador, no se da por vencido. Su reacción ante el desafío a su autoridad presidencial ha sido directa y rápida: veto al proyecto de ley del Congreso. La lucha se dirimirá en los tribunales. El presidente es quien mejor está defendiendo al pueblo estadounidense, que apoya la emergencia nacional y la construcción del muro en la frontera.
¿Quién lucha por el pueblo? El Gladiador Trump. Un estudio reciente del The Daily Caller, sintetizó los resultados de varias encuestas nacionales. ¿Cuál fue la conclusión? Los estadounidenses sienten que la seguridad fronteriza es un problema realmente grande y están dispuestos a gastar dinero para enfrentarlo. ¡Toma ya! Justo lo que defiende el presidente.
Nuestro sistema político ha evolucionado de tal forma que en la mayoría de las elecciones, los dos partidos han generado una opción para los votantes que les permite elegir entre dos candidatos que no responden realmente a sus intereses. En cambio, la preservación del status quo de los políticos, junto con las trampas del poder, los privilegios, las ganancias de un tipo u otro y el prestigio se han convertido en objetivos para la mayoría de los políticos.
Pero ¿qué diantres significa esto? Pues que cuando tenemos un presidente como Donald Trump, un Gladiador con coraje que no se arruga ante nadie, inasequible al desaliento y que se motiva para pelear hasta ganar, dispuesto a levantarse y luchar por el pueblo estadounidense, por todos nosotros, que jamás se rinde ni tira la toalla, este Gladiador, este presidente, este Comandante en Jefe, se ve obligado a luchar contra ellos, esos políticos del establishment que se creen que mean colonia y contra los medios idiotizados con historias falsas y políticamente correctas.
No ha habido combate como este en la historia de la política moderna. Las apuestas son altas, y en la arena del anfiteatro un Gladiador con una guardia de gladiadores leales se enfrentan a una amenaza real que daña al país. Los ojos del mundo contemplan a héroes gladiadores en Cuaresma camino de la Semana Santa en el circo actual.
Todo cambia, pero nada cambia. La historia la hacen y la escriben los valientes.