Tráfico ilegal de especies
Uno de los logros más importantes en la lucha contra el tráfico ilegal de especies se ha producido durante el mes de marzo en Londres. Un encuentro entre los máximos representantes de aerolíneas, navieras, agencias aduaneras y organizaciones internacionales de Estados Unidos, China, Dinamarca, Reino Unido, Kenia y Emiratos Árabes Unidos, ha sellado la llamada “Declaración del Palacio de Buckingham”, por la que los firmantes de este acuerdo se comprometen a combatir el tráfico ilegal de especies silvestres de flora y fauna amenazadas.
Se trata de un paso importante para establecer un marco legal que nos permita perseguir a quienes trafican, capturarlos, encerrarlos o eliminarlos, si la ocasión lo requiere.
La “Declaración del Palacio de Buckingham” compromete a los países firmantes, entre otros objetivos, a crear sistemas para compartir información sensible y fiable sobre este tema (por ejemplo, qué rutas son potencialmente peligrosas si se sospecha que son caminos habituales para cargamentos ilegales o qué leyes ambientales están vigentes en los países de origen y destino de estos cargamentos sospechosos).
Desde numerosas ONGs vinculadas a la protección de especies y expertos en Inteligencia con responsabilidades en esta área, hemos insistido durante años para impulsar de forma decidida esta guerra contra los traficantes de especies; una actividad comercial especialmente condenable porque se lucra ilegalmente de especies que no pueden defenderse de ninguna manera y a las que maltratan de modo vergonzoso.
Este acuerdo marca un punto de inflexión y un cambio sustancial en la guerra contra este tráfico de especies. No es definitivo para acabar con los criminales que operan en este comercio, pero sí importante. Por delante quedan medidas y acciones a adoptar para las que son necesarias la voluntad política de llevar esta lucha hasta las últimas consecuencias, entre ellas dotar presupuestariamente y con más recursos humanos esta guerra que no ocupa titulares ni espacio en los informativos ni la prensa, pero en la que nos jugamos convertir este planeta en un lugar más humanitario y exento de crueldad hacia los animales.