Trump marca la diferencia
Las diferencias existen y son reales. No tienen por qué ser negativas, de hecho son positivas la mayoría de las veces. Es enriquecedor que todos seamos diferentes de una u otra manera. Trump es diferente respecto a otros presidentes que ha tenido la nación. Y eso es bueno. En un momento como el actual se hacía necesario tener un Comandante en Jefe sólido, peleón y con principios como Trump.
Las diferencias que aporta Trump están siendo enormemente positivas para Estados Unidos. Trump marca la diferencia en todo y lidera las corrientes de opinión mayoritarias en el país, por mucho que eso le duela a los demócratas, a la prensa que difunde noticias manipuladas y a los lobbies progresistas. Trump hace la diferencia en política de inmigración al buscar un sistema basado en méritos y en mayor seguridad fronteriza que evite los delitos asociados a las bandas de inmigrantes criminales; una política que apoya entre el 60% y el 70% de los ciudadanos de acuerdo a las principales encuestas (Harvard Harris; Opinion Research; y America First Policies, entre otras). Hace la diferencia en inversiones en infraestructuras; mientras anteriores presidentes gastaron 7 billones de dólares en Oriente Medio, Trump ha dispuesto 221.000 millones de dólares de inversión gubernamental en infraestructuras vitales para la nación y ha formado un equipo de trabajo multidisciplinar en torno al documento Legislative Outline for Rebuilding Infrastructure in America, que estructura seis principios básicos para lanzar la reconstrucción de las infraestructuras nacionales. El objetivo es aglutinar una inversión en torno a 1,5 billones de dólares para inversiones esenciales que modernizarán nuestras carreteras, vías férreas, puertos, aeropuertos, vías fluviales e infraestructuras urbanas y rurales. Trump marca la diferencia en la modernización de las Fuerzas Armadas, con un presupuesto de 686.000 millones de dólares de partida en el proyecto de presupuesto federal, que asciende a 4.4 billones de dólares, y que afronta los gastos de la nación de una forma mucho más inteligente de lo que se ha hecho en los últimos 8 años, con recortes de hasta 300.00 millones de dólares en 10 años en partidas inútiles que se habían mantenido hasta ahora para financiar a amiguetes y aliados políticos.
Trump marca la diferencia para las clases medias y trabajadoras, que se están beneficiando de la rebaja de impuestos y de la nueva política económica del presidente, que ha relanzado el crecimiento económico a un ritmo real del 5% del PIB. Con una tasa de desempleo en el 4.1%, de acuerdo a los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales, y una creación de empleo que ya supera los 2,5 millones desde que Trump llegara a la Casa Blanca, las familias de clase media, de clase trabajadora y de bajos ingresos disfrutan de importantes ganancias económicas no experimentadas en 20 años. Son datos reales que reflejan una mejoría sobresaliente del estado general de la economía bajo las políticas de Donald Trump. Todos los indicadores han experimentado crecimientos positivos. Uno de los ejes principales para este milagro económico trumpiano ha sido la desregulación realizada. Trump ha entrado en esa selva de más de 185.000 páginas del Código de Regulaciones Federales, ha eliminado alrededor de 1500 regulaciones innecesarias y ha abierto el camino para seguir regulando sólo lo importante y eliminar lo superfluo. Durante décadas, sobre todo a partir de 1960, cuando llegó un tal Kennedy al Despacho Oval, después de que su padre poco menos que comprara la elección, esta maraña de regulaciones, restricciones y reglamentos ha costado al país miles de millones de dólares y millones de empleos que han devastado un sinfín de fábricas y de sectores industriales y productivos. Esto ha sido determinante para recuperar los empleos en la industria manufacturera, los mismos que Obama decía que era imposible recuperar. Trump ha recuperado más de 200.000 y aumentando. Ya son 12,5 millones de empleos en la industria y la tendencia es imparable.
La política económica de Tump permite expandir los negocios y el crecimiento de las empresas, y esto es positivo, pero también tiene un componente social importante que los medios progresistas no reflejan por miedo a que el apoyo al presidente entre las clases trabajadoras siga aumentando más. No me refiero a los 2.3 billones de dólares que ya se gastan en ayudas sociales de un tipo u otro y de los que nada informan en los medios progres. Vayamos a la chicha de los datos productivos. Nos metemos en harina y exploramos los datos oficiales: la tasa de desempleo para los estadounidenses sin un diploma de escuela secundaria fue del 6,3 por ciento en diciembre de 2017, frente al 7,6% del año anterior. ¡Caramba! Trump marcando la diferencia de nuevo. Sigamos: la tasa de desempleo mensual promedio para este grupo demográfico en 2017, fue del 6.5%, la más baja desde 2000 y la segunda cifra más baja en los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales para ese grupo demográfico que es bastante amplio, y que data de 26 años hasta 1992. Este Trump está hecho un populista que beneficia a los trabajadores. ¡No es extraño que le vote el ciudadano medio que madruga para trabajar duro! Sigamos, colega: la tasa de desempleo para los trabajadores que se han graduado de la escuela secundaria, pero que por distintas razones no tienen un título universitario, es impresionante. Cayó del 5.1% en diciembre de 2016 al 4.2% en diciembre de 2017, y la tasa de desempleo promedio mensual, 4.6%, es la mejor desde 2007. Además, la tasa de desempleo promedio para este grupo en los últimos cuatro meses de 2017, 4.28%, fue menor que cualquier promedio anual registrado desde 2001. Estos datos los coge un sindicato y da saltos de alegría y besan a Trump hasta en el…. No lo voy a poner, se lo imaginen.
Pero no es lo único en lo que Trump marca la diferencia. La calidad de los trabajos disponibles también ha mejorado. El número promedio de estadounidenses de 16 años o más que trabajan a tiempo parcial por razones económicas, alrededor de 4,91 millones en diciembre de 2017, era de 600,000 empleos menos que en diciembre de 2016 y la cifra más baja para el mes de diciembre en una década. Eso significa que más estadounidenses que se han visto obligados a trabajar a tiempo parcial encuentran un empleo de tiempo completo mejor pagado. Los datos de empleo cualificado y salarios de empleo a tiempo completo más recientes disponibles, también reflejan una mejoría notable en comparación con años anteriores. Tanto trabajadores sin títulos universitarios como con títulos universitarios disfrutan ya de algunos de los incrementos más significativos en 10 años. Los aumentos salariales promedio se sitúan en el 3% en 2017 y este 2018 batirá récords. La productividad nacional ha mejorado y saltado del 1% con el nefasto Obama a un espléndido 3% con Trump. ¡Atiza! Y eso que los medios y cierta prensa mentirosa decían que se acababa el mundo y tal. Es por esto que los progresistas, que no consiguen estos resultados brillantes ni en sueños, están que se suben por las paredes. Y esto acaba de empezar, como quien dice. 2018, una vez entre en vigor la rebaja de impuestos y las inversiones en infraestructura y defensa, va a ser aún mejor, con índices más positivos y espectaculares.
Trump, que es un tío al que le encantan las diferencias, está marcando la diferencia con Obama en todo y es para mejor. ¿Quieren más datos? Aquí los tienen: la inscripción en numerosos programas sociales se ha reducido, lo que sirve de prueba de cómo las políticas de Trumer favorables al negocio y el mercado libre están promoviendo el crecimiento económico y el empleo. La demanda de cupones para comida se ha reducido de forma espectacular. La inscripción nacional total disminuyó en un 3.3% desde septiembre de 2016 hasta septiembre de 2017, y solo tres estados experimentaron aumentos de inscripción. Conforme avanzan los meses ya estamos observando nuevas reducciones generales. De octubre de 2015 a octubre de 2016, la inscripción en Medicaid y el Programa de seguro de salud para niños creció en 2,9 millones de personas, a 74,7 millones. Pero desde octubre de 2016 hasta octubre de 2017, la información disponible más reciente, la inscripción de Medicaid bajó en aproximadamente 500,000, un cambio asombroso que lo ha hecho posible la política de Trump.
Los inversores, las empresas y los consumidores confían hoy más en Trump y su agenda MAGA que en Obama en cualquier momento. Los indicadores de confianza oficiales así lo reflejan. Las empresas que crean empleo, grandes y pequeñas, están aprovechando la política de Trump, y las familias de la clase media y trabajadora se están beneficiando de forma sustancial y muy importante. Esta es la gran noticia que los medios no saben ver: Trump está fortaleciendo a las clases medias. Los indicadores económicos nos ofrecen muchas y muy buenas razones para creer que lo mejor está por venir. En 2018, la economía continuará creciendo de forma robusta y las familias en todo el país dispondrán de mayores ingresos, sin pagar impuestos excesivos a un gobierno derrochador, como sucede en otros países, por ejemplo, España, paradigma de un Estado que despilfarra los impuestos de los españoles.
La Administración Trump está poniendo las bases para una década o dos de mayor prosperidad al incrementar la explotación energética, que convertirá a Estados Unidos en el líder mundial de producción de petróleo y gas. Los planes en marcha podrán agregar miles de nuevos puestos de trabajo en la próxima década y hacer que el país sea energéticamente independiente. Un sueño durante años que se hará realidad con Trump, que ha adoptado un enfoque conservador y exitoso para la economía, la seguridad fronteriza, la inmigración, la defensa y las infraestructuras. Trump está marcando la diferencia con respecto a la izquierda progresista que cacareaba que la única forma de impulsar la economía es que el gobierno gastara billones de dólares en impuestos y redistribuyera la riqueza. Trump está demostrando que las políticas conservadoras son mejores y más positiva para todos: las empresas, los millonarios y las clases medias y trabajadoras. A Trump le encantan las diferencias que benefician a todos los estadounidenses. Esta es la realidad con hechos, datos y verdades.