Los cambios del presidente Trump
Si hay una faceta en la que Trump está demostrado firmeza presidencial, ideas claras y capacidad de decisión, ésa es la autoridad que le compete para cesar, despedir y cambiar a aquellos miembros de su gabinete y Administración que ya han cumplido con sus cometidos y deben dar paso a otros.
Con mentalidad de empresario que busca resultados más que de político que vive y sobrevive de los apoyos de los demás, Trump ha dispuesto una de las Administraciones y gabinetes más ágiles que se recuerdan en décadas. Los relevos de figuras de peso como Michael Flynn, James Comey, Reince Priebus, Sean Spicer, Steven Bannon, Anthony Scaramucci y Hope Hicks, ya establecieron el tono que iba a imperar. Los cambios de Tom Price por Alex Azar en la secretaría de Salud, de Rex Tillerson en la secretaría de estado por Mike Pompeo, hasta ahora director de la CIA, de Gary Cohn por Larry Kudlow como nuevo director del Consejo Económico Nacional, y de John Bolton como nuevo asesor de Seguridad Nacional en sustitución de H.R. McMaster, encuadran en esa dinámica de máxima efectividad y resultados que contribuyan a la agenda MAGA que busca el presidente a toda costa.
Debe quedar claro que estos ceses, dimisiones y cambios no son síntoma de desorden o caos en la Casa Blanca, como intentan vender los medios progres y sus periodistas a sueldo sin idea de lo que sucede realmente en esta Administración. Esta política de Trump para tener en cada momento a las personas adecuadas en los diferentes cargos es uno de sus grandes aciertos y que contrasta notablemente con la ineficacia de presidentes anteriores, que mantenían a algunos en sus puestos aunque no hicieran bien el trabajo o no lograran resultados positivos. O fuesen un lastre intolerable.
Trump ha cambiado esto de un plumazo y hade uso de su autoridad ejecutiva para cambiar a aquellos que son necesarios en aras de lograr nuevos objetivos. De cara a este segundo año de presidencia, Trump realizará más cambios importantes en el gabinete y la Administración. Casi el 70% de la agenda MAGA está cumplida, de modo que afrontamos nuevos desafíos que, en algunos casos, necesitan nuevas caras y perfiles profesionales. Esta es la normalidad de una presidencia que funciona y no está anquilosada, que no se duerme en los laureles del éxito obtenido, y que busca nuevas metas ambiciosas para seguir fortaleciendo al país.
Trump lanza así también otro mensaje importante para todos: colaboradores, medios, funcionarios y políticos de uno y otro partido: el presidente es quien gobierna y establece quién debe afrontar los retos y responsabilidades en cada área y en cada momento. La agenda de personal la marca POTUS, ni los medios, ni los corresponsales destacados en la Casa Blanca o el Congreso, ni los líderes políticos, ni las encuestas de popularidad, ni siquiera los votantes. Quien decide es el presidente Donald Trump. La reciente remodelación del gabinete no será ni la primera ni la última. No por eso debemos entender que hay crisis de gobierno. No en esta presidencia. Los cambios de personal son en esta Casa Blanca de Trump síntoma de que las cosas funcionan y se pasa de una etapa a otra con limpieza y normalidad. Los relevos en los cargos se producen en los momentos que son necesarios. Esto es lo inteligente y lo que algunos o muchos no comprenden o tergiversan. Los cambios y relevos en los diferentes cargos en esta Administración son señal evidente de un dinamismo que busca los resultados y los consigue. La prensa progre nunca ha entendido los nombramientos de Trump y tampoco entienden sus ceses. Es lógico, si lo piensan bien. Su mentalidad no da para más. Pero la estrategia de Trump va más allá de los medios progres y su cortedad de miras. Trump tiene un gobierno que funciona y con un porcentaje muy elevado de cumplimiento del programa que lo llevó al Despacho Oval. Esto es lo importante y duradero.