Browse By

Nueva Estrategia Nuclear

La nueva Nuclear Posture Review (Revisión de la Postura o Estrategia Nuclear) que ha adoptado la Administración Obama es claramente una muestra más de cómo este presidente gobierna en temas de seguridad nacional: con una absoluta falta de visión de futuro y desmantelando las estructuras de seguridad y prevención que han mantenido a este país a salvo durante décadas. Y lo hace en el marco de una política tan voluntarista como ineficaz e irresponsable para hacer frente a los enemigos que tiene Estados Unidos.
Su visión de un mundo sin armas nucleares no es mala en sí misma, Reagan tuvo una visión similar, pero el Republicano optó por una política de firmeza que logró éxitos indudables y por un sistema nacional antimisiles (el escudo balístico) que sí las convertía en armas obsoletas, y Obama no sólo ha dado marcha atrás en el escudo sino que ha claudicado ante una política de autolimitación llena de concesiones que debilita la seguridad nacional y que cambia la estrategia nuclear radicalmente, permitiendo riesgos innecesarios.
Bajo la nueva estrategia nuclear, Estados Unidos no podrá responder a un ataque químico o biológico en su territorio, salvo que el país atacante no haya suscrito el Tratado de No Proliferación Nuclear. Una autolimitación que queda de fábula de cara a todos esos pacifistas de buena voluntad que no tienen ni idea de cómo funciona la seguridad nacional de un país como Estados Unidos, que sin duda gana votos entre algunos sectores, y popularidad bienintencionada. Pero que logra todo eso no a cambio de derrotar a nuestros enemigos armados hasta los dientes y dispuestos a atacarnos en cuanto puedan sino a cambio de desmontar la seguridad nacional y ponerla en precario, esta vez en torno a la estrategia nuclear, nada menos.

Vamos a olvidar por un momento, si se puede olvidar, que Obama ha estado influido durante años por organizaciones pacifistas y de activistas antinucleares, como Arms Race Alternatives (ARA) y Students Against Militarism (SAM), con claras raíces socialistas y marxistas. Dejemos eso en pecadillos de juventud. Pero su aprobación de esta nueva estrategia nuclear refrenda, y de qué manera, esa tendencia izquierdista a debilitar la defensa de Estados Unidos y dejarla falta de recursos ante las agresiones externas. Quizá tengan la esperanza de que alguna de esas agresiones acabe con el país paradigma del capitalismo. Muy posiblemente.
Esa autolimitación en la respuesta inmediata ante cualquier ataque, sea de la naturaleza que sea: químico, biológico, cibernético, nuclear, o convencional, es un error gravísimo que pone a la nación en un riesgo mayor, dejando abierta la puerta a una alta exposición a ataques imprevisibles y de naturaleza variada.
Obama se ha equivocado gravemente en esta cuestión, y ya van unas cuantas en temas de seguridad nacional. Es una equivocación que quizá no tenga un efecto inmediato, pero que deja expuesta la seguridad del país y compromete de forma seria la capacidad de respuesta ante una agresión y las propias opciones de respuesta.

Ya en la época de Reagan, con una tensión nuclear aún mayor que hoy, se demostró que la postura del Nuclear Freeze (Congelamiento Nuclear) estaba totalmente equivocada. Hoy sigue siendo una postura peligrosa y salpicada de riesgos innecesarios.
El debilitamiento de la seguridad nacional de Estados Unidos de la mano de Obama es el mayor peligro a largo plazo, y el mayor de sus errores, no sólo para el propio país sino para un mundo libre que puede perder la garantía de respuesta eficaz y rápida de unos Estados Unidos fuertes que hagan frente a regímenes radicales como los de Irán, Corea del Norte, Venezuela, Cuba, etc, o grupos terroristas como Al Qaeda.
Esta nueva estrategia puede quedar muy bien de cara a los informativos de TV, la opinión pública desinformada, o de esa Europa blandengue y débil que no es capaz ni de defenderse a sí misma con eficacia, pero muy mal para la salud de la seguridad nacional estadounidense.
La política de Obama peca de la ingenuidad de quien jamás se ha enfrentado a ningún enemigo en el frente de batalla y desconoce su mentalidad. Porque nada impedirá a cualquier dictadorzuelo firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear y después lanzar un ataque contra Estados Unidos, dejando en evidencia la ridícula estrategia de Obama.
Por no hablar de ataques terroristas, a los que esta estrategia les trae sin cuidado y a los que no enfrenta con la firmeza que debería, ni en los teatros de operaciones ni en el lenguaje ni en los argumentos.
Algunos pueden verse tentados de afirmar que con las nueva formulación estratégica, se hace más difícil el uso de armas nucleares. Falso. Es todo lo contrario, los riesgos se incrementan, porque abre nuevas oportunidades de salir impune a una agresión a los Estados Unidos, algo muy deseado por algunos. El poder nuclear estadounidense ha mantenido a raya a numerosos personajes indeseables y regímenes totalitarios durante décadas. Su abandono nos deja a merced de riesgos evidentes e insospechados en una época en la que no faltan los descerebrados, los fanáticos, los terroristas, y los que harán cualquier cosa por conseguir lo que quieren.
Las excepciones que contempla la estrategia respecto a Irán o Corea del Norte, no son suficientes, porque mañana pueden derivar tecnología nuclear a grupos radicales afines que harán uso de ella sin escrúpulos y con total impunidad. Tienen mil formas de sabotear y pasar por alto esta estrategia que ya están aplaudiendo, lógicamente.

La renuncia a desarrollar nuevas armas nucleares es otro grave error, porque elimina la posibilidad de hacerlas más seguras y efectivas, la posibilidad de controlar su proliferación desde una posición más fuerte. Además de liquidar el efecto de disuasión de las mismas de la mano de Estados Unidos, que es su verdadero poder y lo que frena su uso final.
Sólo un aspecto deja entrever algo de sentido común en esta estrategia: que deja abierta la opción de reconsiderar el uso de represalias nucleares en caso de ataques biológicos, si el desarrollo de esas armas alcanzara un nivel tal que haga a los Estados Unidos vulnerable a un ataque devastador. Lo malo es que Obama dejará esa “patata caliente” al próximo inquilino de la Casa Blanca.
El abandono voluntario del poder nuclear por parte de la Administración Obama, deja a Estados Unidos cojo de uno de los elementos que han permitido la paz y la estabilidad en el mundo, abriendo la puerta a un escenario de violencia imprevisible que aún está por ver.
La nueva estrategia nuclear es ineficaz, ridícula, mala a conciencia, y limita la capacidad de Estados Unidos en situaciones de emergencia. Todo ello en aras de la popularidad de Obama y de los frutos políticos inmediatos que le permitan continuar desarrollando su agenda de expansión gubernamental sin límites. Todo a costa de la seguridad nacional de Estados Unidos, una cuenta que tarde o temprano se pagará.
Pero quizá el primer pago sea inesperado y llegue en 2012 cuando los estadounidenses desalojen a Obama del Despacho Oval. Hasta entonces sólo se puede confiar en que ninguna crisis ponga en evidencia esta estrategia nuclear torpe y peligrosa, que haga efectivo otro tipo de pago no deseado en forma de ataque a los Estados Unidos y que abriría un conflicto que ninguno querríamos ver pero imposible de evitar.




Translate »