El plan de Trump para detener el crimen y restaurar la seguridad
En apenas dos años con la Administración Biden, el orden público, la criminalidad y los disturbios se han extendido de forma imparable y destruyen las comunidades, en especial allí donde gobiernan los demócratas de izquierda. Bajo Biden, los delitos violentos se han disparado al alza en todas las ciudades estadounidenses.
En este momento decisivo, Donald Trump ha presentado su plan para apoyar a las fuerzas del orden público y evitar que los disturbios sigan destruyendo nuestras ciudades y nuestro país. Un plan para detener el crimen y restaurar la seguridad. Sabemos que puede volver a hacerlo porque él redujo los delitos violentos en todo el país y se mantuvo firme del lado de las fuerzas del orden de Estados Unidos.
Para comprender la necesidad de recuperar a Trump en la Casa Blanca y su plan anti crimen, veamos algunos datos significativos. En el primer año de Joe Biden en el cargo, doce grandes ciudades batieron los récords de homicidios más altos de toda la historia del país. Desde que Biden fue instalado en la Casa Blanca, vía fraude electoral, muchas ciudades estadounidenses se han visto asoladas por los crímenes violentos. Por poner varios ejemplos: más de 779 personas han sido asesinadas en Los Ángeles, un aumento del 44 % con respecto a los dos primeros años de la Administración Trump. Los robos a personas, asaltos, y robos de automóviles han aumentado cada año desde que mal gobierna Biden. En 2021, Filadelfia registró 562 asesinatos, la mayor cantidad de homicidios en un solo año en toda su historia, seguida de su segunda mayor cantidad de homicidios (516) en 2022. Los datos sobre delincuencia muestran que Nueva York experimentó un aumento del 22 % desde 2021 a 2022, con la mayor cantidad de arrestos relacionados con armas en 27 años. En Chicago, el crimen ha aumentado un 61% sólo en las primeras tres semanas de 2023, en comparación con el año anterior. Los asesinatos en Compton, California, casi se duplicaron en el primer año de Biden en el cargo, un aumento del 89% desde 2020.
Dado que la Administración de Biden y sus fiscales demócratas laxos con el crimen hacen poco o nada para frenar el crimen en todo el país, Target, uno de los minoristas más grandes de Estados Unidos, ha confirmado recientemente que los saqueos han causado pérdidas superiores a 400 millones de dólares sólo en 2022. CVS, una de las cadenas de farmacias más grandes del país, informó un aumento del 300% en los robos en 2022. Rite Aid, una cadena nacional de farmacias, sufrió pérdidas por más de 5 millones de dólares como resultado de los robos en la ciudad de Nueva York, sólo en su trimestre más reciente. Muchos puntos de venta minorista bien establecidos están cerrando porque el robo y las amenazas criminales a sus clientes hacen imposible continuar operando con normalidad.
Mientras que las ciudades gobernadas por los demócratas se convierten en bastiones donde campan la violencia, los robos, el crimen y los disturbios, Biden ha puesto fin de forma equivocada a la práctica de suministrar equipos militares excedentes a las fuerzas del orden locales y estatales y ha propuesto varias veces que funcionarios civiles de salud mental desarmados respondieran a las llamadas de la policía. Otra equivocación más o de sus idioteces habituales, como prefieran llamarlo.
Y el panorama no deja de empeorar con sus políticas socialistas, al igual que sucede en todos los países donde gobiernan políticos de izquierda, como puede ser el caso de España, que va de culo cuesta abajo. Más datos reveladores: Biden ha apoyado y promovido a fiscales de izquierda radical, incluida la contratación de la fiscal de distrito Rachael Rollins, financiada por el millonario izquierdista radical George Soros, como la principal fiscal federal de Massachusetts. Y no es el único caso de fiscales fanáticos socialistas que no están haciendo nada contra la ola de crímenes y delincuencia que asola este país.
Las políticas desquiciadas socialistas y el discurso de odio y división de Biden y de los demócratas sobre las fuerzas del orden ha resultado en un aumento devastador del 45 % en las jubilaciones de policías, y otro 18 % ha renunciado por completo desde que asumió el cargo, a la vista del desastre que está permitiendo con total impunidad.
No resulta extraño, pues, la marcha masiva de policías estadounidenses. Además, el país enfrenta una escasez de reclutamiento de policías, los comentarios despectivos de Biden y muchos demócratas ultraizquierdas incluyen la sugerencia de que los oficiales de policía deben estar capacitados para disparar a los sospechosos sólo en la pierna, cuando sienten que la fuerza letal es necesaria, algo que genera duras críticas de la comunidad policial, y con toda razón, ya que son los policías los que arriesgan sus vidas cada día frente a los criminales armados.
Ante este negro panorama, hay que poner en valor a Donald Trump y su política de seguridad pública. Su Administración respetó la aplicación de la ley, redujo los delitos violentos de forma considerable y mostró compasión a través de una gran reforma de la justicia penal. Los hechos son reveladores: durante su mandato presidencial, los delitos violentos se redujeron en más del 5% y la tasa de homicidios se redujo en más del 7%. Para combatir la ola de delitos violentos en las ciudades, el entonces presidente Trump lanzó la Operación Leyenda, que consiguió más de 5.500 arrestos en todo el país.
Trump no dudó en desplegar a la Guardia Nacional y las fuerzas del orden público federales en Kenosha, Wisconsin, para detener la violencia y desplegó agentes federales para salvar de los alborotadores y terroristas urbanos un juzgado federal en Portland, Oregón. Trump firmó una orden ejecutiva que establece sentencias de prisión de diez años por destruir monumentos y propiedades federales, algo que era imprescindible ante la avalancha de este tipo de delitos promovidos desde la izquierda radical y de los racistas negros.
El Departamento de Justicia de la Administración Trump proporcionó casi 400 millones de dólares para la contratación de nuevas fuerzas del orden público. Trump respaldó siempre a los agentes del orden de Estados Unidos y obtuvo el apoyo explícito de los 355.000 miembros de la Orden Fraternal de la Policía. No era casualidad, era el producto de una extraordinaria política que mantenía el crimen y a los criminales a raya.
Además, Trump firmó otra orden ejecutiva para ayudar a prevenir la violencia contra los agentes del orden, los fiscales, los jueces y sus familias. Algo también necesario ante las amenazas y ataques que sufren. Con el fin de proteger a las comunidades, la Administración Trump puso a disposición de las fuerzas del orden locales equipos militares excedentes en buen uso por valor de cientos de millones de dólares, con lo cual mantenían un equipamiento moderno y eficaz. Asimismo, Trump firmó la Ley Fix NICS, para mantener las armas fuera del alcance de los delincuentes peligrosos, la Ley STOP School Violence, y creó una Comisión de Seguridad Escolar para examinar formas de hacer que nuestras escuelas fueran más seguras. Todas ellas medidas innovadoras y que dieron excelentes resultados.
Trump estableció un grupo de trabajo para ayudar a combatir la tragedia de las mujeres y niñas nativas americanas desaparecidas o asesinadas; y creó el primer puesto en la Casa Blanca centrado únicamente en combatir la trata de personas, un tema sangrante que los demócratas tienen olvidado. Trump fue el mejor colaborador que han tenido los rescatistas y socorristas en el gobierno.
Por su solvencia ya demostrada y porque su nuevo plan es de extrema necesidad para detener el crimen y restaurar la seguridad pública, Donald Trump se alza de nuevo como el candidato que necesitamos que gane en 2024. Su compromiso con este tema es constante. Recientemente, Trump ha pedido al Congreso que vote de inmediato para ejercer su autoridad legal sobre Washington, D.C. para restaurar la ley y el orden en la capital de nuestra nación, gravemente deteriorada. Ante la realidad de unos fiscales marxistas que traicionan sus juramentos y se niegan a proteger a los ciudadanos respetuosos de la ley, Trump se ha comprometido a enviar fuerzas del orden público federales a las ciudades de Estados Unidos para restaurar la paz y la seguridad pública.
Además, en su plan contra el crimen, Trump le pedirá al Congreso federal que garantice que los contrabandistas y traficantes de drogas puedan ser castigados con la pena de muerte. Con Trump en la Casa Blanca de nuevo, los capos de la droga y los traficantes tendrán el justo castigo que merecen. Su plan contempla entregar fondos para contratar y volver a capacitar a los oficiales de policía, fortalecer la inmunidad calificada y otras protecciones para los oficiales de policía, aumentar las penas por agresiones a las fuerzas del orden, llevar a la cárcel a los delincuentes violentos y a los peores criminales reincidentes, y poner a los fiscales federales y a la Guardia Nacional en guardia en las comunidades bajo el impacto de los criminales.
En suma, Donald Trump tiene el plan anti crimen más eficaz que Estados Unidos necesita como el respirar y el comer.