Despliegue militar americano en Siria
La nueva estrategia militar estadounidense para liquidar al ISIS o DAESH (Estado Islámico) pasa por las medidas que está adoptando la Administración Trump. ¿Recuerdan la promesa del Presidente Trump?: “Borraremos a los yihadistas de la faz de la Tierra”, la cual ha reiterado en varias ocasiones en público y en privado. Y esa estrategia enfocada a conseguirlo ya está en marcha.
Una de las primeras medidas es el despliegue de unos 400 Marines y Rangers que participan en las ofensivas sobre los bastiones del Estado Islámico, entre ellas Al Raqqa, Deir Ezzor y Tabqa, y que se unen a los 500 efectivos de Fuerzas Especiales que ya están operando sobre el terreno. Operaciones de apoyo artillero, de refuerzo, monitorización de objetivos, de asalto y de control, forman parte del plan de ataque aprobado por el Presidente Trump para recuperar terreno y expulsar/eliminar/derrotar/liquidar a los radicales islamistas. También es parte de este plan la cobertura aérea mediante drones, helicópteros y aviones, el diseño de la táctica, el entrenamiento de tropas y personal de seguridad, y el apoyo con inteligencia a las tropas iraquíes que ya están entrando en Mosul (Irak) y otras ciudades iraquíes para desalojar a los radicales islamistas. Tareas que desarrollan, sobre el terreno, la 82ª División Aerotransportada, entre otras unidades militares y de inteligencia. En Irak, concretamente, ISIS ya sólo controla ahora una mínima parte del territorio tras las ofensivas recientes. Todas estas fuerzas ya desplegadas sobre el terreno en Siria e Irak podrían incrementarse selectivamente en breve con otros 1.000 soldados, aproximadamente.
La novedad de este despliegue es que no ha sido anunciado a bombo y platillo, sino que se ha hecho discreta, eficaz y rápidamente. Otras medidas del plan aprobado por el Pentágono y la CIA para luchar contra ISIS serán llevadas a cabo con la misma diligencia y discreción, que es la nueva política del Presidente Trump. De nuevo vamos a combatir donde se deben ganar las guerras: en los campos de batalla sobre el terreno, y no sólo en los medios de comunicación y en internet, que son los otros campos de batalla donde se va a enfrentar a los yihadistas con más determinación y ofensivas cibernéticas reales.
Alrededor de 15.000 yihadistas de ISIS, repartidos entre Siria e Irak, son el objetivo de este despliegue estadounidense, así como la liberación del territorio que todavía controlan los yihadistas (hasta ahora ya han perdido más del 70% del territorio que estaba en su poder en Irak y miles de kilómetros en Siria), que es vital para pacificar ambos países y cortar de raíz el flujo de terroristas con experiencia de combate desde y hacia Occidente, que ha disminuido en un 90% en los últimos meses. Las primeras batallas para borrarlos del mapa están en marcha. Localizar y destruir sus refugios e infraestructura, eliminar a los yihadistas y crear y extender zonas de seguridad en Siria e Irak, tendrá un efecto rápido sobre la seguridad mundial.
El éxito de las medidas y las operaciones aprobadas por el Presidente Trump, que ya han empezado a apuntarse victorias sobre el terreno, será el éxito de la nueva estrategia contra el terrorismo islamista, que contempla las ofensivas terrestres sobre objetivos de valor estratégico que algunos especialistas hemos defendido desde hace años para acabar con la amenaza yihadista y con los terroristas.
El Presidente Trump ha adoptado y aprobado un plan estratégico completo con el que Estados Unidos va a volver a tomar ventaja en la guerra anti terrorista contra ISIS. La caída del Califato islamista será una realidad más pronto que tarde. Eso sí, no esperen ver anunciadas las operaciones como si de relaciones públicas se tratara. Verán los resultados, que van a cambiar el escenario mundial por completo sacando a ISIS de la ecuación. Ahora entramos en una nueva fase de ofensivas, y después afrontaremos la necesaria estabilización y normalización.