Temáticas culturales
El adoctrinamiento cultural no sólo se practica en las aulas catalanas o en los medios de comunicación progresistas en Estados Unidos y España, algo que está muy extendido y que se hace cada vez con más descaro, también hay adoctrinamiento en los argumentos de muchas películas, series de televisión, videojuegos y novelas actuales. Es como una plaga cultural que no deja un producto libre de este adoctrinamiento ideológico con tintes progresistas, feministas y políticamente correctos. Un adoctrinamiento que va quitando espacio al pensamiento libre para imponer un pensamiento global único autorizado y aprobado por las autoridades competentes en cada país. O sea, una vergüenza.
En Estados Unidos ya son millones de ciudadanos los que rechazan esta forma de adoctrinamiento, que alcanza incluso los cuentos destinados a los niños (¡los cuentos, por Dios, hasta ahí llega la tontería del adoctrinamiento con argumentos sosos y muy políticamente correctos alineados con la basura de la ideología progresista). Cada vez más ciudadanos se rebelan en este país contra el desarrollo de argumentos y personajes que intentan adoctrinar: temáticas claramente sexuales, homosexualidad masculina y femenina, relevancia de situaciones minoritarias, feminismo a granel, transexuales, discriminaciones de todo tipo ficticias o sacadas de madre, lenguaje blasfemo, ataques a las creencias religiosas, tradiciones y símbolos nacionales, contenidos políticos con un claro sesgo progresista, sustitución de valores por tonterías actuales revestidas de modernidad… La lista del adoctrinamiento es larga como la cola del paro cuando gobierna la izquierda.
Encuestas y comentarios recientes en Estados Unidos, recogidas por la Oficina para la Libertad Intelectual, reflejan que una mayoría de la población no desea encontrar adoctrinamiento en los libros, donde ya saben que se ha puesto de moda, como en películas y series, poner personajes gays, lesbianas, transexuales, con taras física o emocionales, etc, etc. Todo con un claro propósito de adoctrinamiento de la población. El rechazo a que este tipo de argumentos y personajes se incluyan por obligación va en aumento. En España, donde ya no cabe un tonto más, abrazan este adoctrinamiento con alegre ignorancia de lo que produce a nivel familiar y social. Así, vamos viendo cómo la literatura y el cine español se llena de adoctrinamiento vía cultural. Con lo cual, si antes ya eran productos culturales malos, ahora lo son más, con ese adoctrinamiento que da asco siempre presente.
Muchos autores y gentes del cine y la televisión se venden a este adoctrinamiento por un plato de lentejas (es un decir ya me entienden…)., con tal de estar en el candelero y contar con los apoyos necesarios para triunfar. Y así, cunde esa llamada a que si hay que adoctrinar para estar en la pomada, se adoctrina y ya está.
Tal y como está el panorama cultural, se agradece y mucho esos libros, películas, videojuegos y series que se mantienen alejados de tesis de adoctrinamiento progresistas y conservan un enfoque que permiten al lector o espectador pensar en libertad sin la coacción de un sesgo ideológico.