Trump, el presidente más trabajador
El éxito del presidente Trump en estos tres años y medio es proporcional a los ataques que ha recibido por parte de la mayoría de los medios de comunicación y la prensa. Lo odian porque es un conservador coherente con sus ideas y valores, porque ha demostrado que se puede ser un gran presidente sin ser progresista ni abrazar los postulados de la izquierda, porque ha desmontado el tinglado globalista que había heredado de Obama y porque les combate abiertamente sin morderse la lengua.
Trump ha vencido la crisis sanitaria del COVID-19 de una forma magistral, y ello provoca urticaria a los medios, que se quedan sin munición para atacar al presidente. La brillante gestión de la crisis, con 48 ruedas de prensa desde el 26 de febrero hasta ahora para dar explicaciones, lo han convertido en un modelo de accesibilidad y transparencia sin precedentes y en el líder mundial más democrático.
Toda vez que los medios se empeñan en tergiversar las palabras del presidente en vez de informar sobre las medidas que se adoptan desde la Administración, Trump está valorando si ha llegado el momento de cambiar de estrategia de comunicación. Una vez que la crisis sanitaria está encauzada, el presidente necesita enfocarse cada vez más en la recuperación y la gestión económica para que el país vuelva a recuperar el pleno empleo, como antes de que surgiera el coronavirus.
La aprobación por el Congreso y la firma del Programa de Protección de Cheques de Pago y la ley de ayuda financiera de mejora de la atención médica, son un ejemplo reciente de cómo este presidente está brindando ayuda real a las familias estadounidenses trabajadoras, los propietarios de pequeñas empresas y los hospitales, con los fondos y los recursos que necesitan: 484.000 millones de dólares en total. 320.000 millones para el Paycheck Protection Program, 75.000 millones para hospitales y 25.000 millones para pruebas de coronavirus. De esta forma, millones de estadounidenses permanecerán en nómina gracias al presidente. Por supuesto, entretanto, los medios prefieren informar mentiras y manipular las palabras del presidente para agitar polémicas absurdas que lo perjudiquen de cara a las elecciones.
A esos medios progres les revienta que sea Trump quien más está ayudando a las minorías, porque se les cae su discurso de ataque y racismo. Pero es la pura verdad y hay que decirlo. Es Trump quien está tomando medidas sin precedentes para proteger el bienestar y el futuro, por ejemplo, de los 4.700.000 propietarios de negocios hispanos de Estados Unidos y sus 58.900.000 empleados, los cuales contribuyen con 7.000 millones de dólares anuales a la economía. Y es la Administración Trump la que ha invertido 1.400 millones de dólares en más de 13.000 centros de salud comunitarios que sirven a hispanos, afroamericanos y otras minorías y comunidades marginadas y de bajos recursos. Y la que está ayudando a 28 millones de estadounidenses en regiones urbanas y rurales con servicios médicos insuficientes a través de centros de salud comunitarios y estaciones médicas móviles.
También les revienta que Trump haya podido sacar adelante su política migratoria y que haya suspendiendo temporalmente nuevos visados de inmigrantes para poner a las comunidades y trabajadores estadounidenses en primer lugar a medida que avanzamos hacia una reapertura segura de la economía. El presidente ha expuesto su hipocresía y se ha ganado el apoyo del 80% de los ciudadanos.
Trump no se ha escondido en estos meses y ha ejercido un liderazgo sólido y determinante. Su capacidad de trabajo, ya legendaria antes, se ha visto reforzada ahora con jornadas intensas, reuniones, videoconferencias, negociaciones, ruedas de presa, sesiones con especialistas de diversos ámbitos, y el estudio y puesta a punto de decenas de medidas de carácter sanitario, social, defensivo y económico. No podemos olvidar que, como Comandante en Jefe, Trump ha ordenado esta semana pasada destruir las lanchas iraníes armadas con cañones que hostigan a los barcos estadounidenses en el Golfo Pérsico. Es un reflejo de que el presidente no olvida ni relega su vigilancia de la defensa nacional. Al igual que la orden a las empresas petroquímicas estadounidenses Chevron; Halliburton; Schlumberger Limited; Baker Hughes, y Weatherford International, para que cesen toda actividad y salgan de Venezuela antes de final de año, reforzando la lucha contra el régimen dictatorial de Nicolás Maduro.
O la decisión estratégica acertada para autorizar la expansión de las Reservas Estratégicas de Petróleo hasta los 1.000 millones de barriles, aprovechando los bajos precios actuales. Los niveles actuales de reservas de petróleo en los Estados Unidos son de 713.500.000 barriles.
El presidente Trump está determinado a construir un gran futuro para los estadounidenses de todas las razas, religiones y credos. Y por esta razón se ha convertido en uno de los presidentes más trabajadores de la historia, sin ninguna duda. Con su compromiso de trabajo con los Gobernadores y los funcionarios estatales y locales de salud pública para reabrir gradualmente la economía y el país, está dando una lección de cooperación sin importar ideologías. No es exttaño, pues, que reciba elogios de todas partes, incluidos los Gobernadores Cuomo, de Nueva York, y Newsom, de California, por su ágil gestión en la crisis del coronavirus.
El presidente no ha escatimado esfuerzos para a proteger a las comunidades más afectadas por el CIVD-19, tanto a través de la revitalización económica como de la atención médica que se ha prestado. Con verdadero amor por los Estados Unidos y con lealtad hacia los ciudadanos, Trump no sólo ha salvado cientos de miles de vidas, sino que sigue comprometido para proteger a los trabajadores de los efectos de esta crisis inesperada, reactivar la economía de nuevo y construir un futuro brillante para todos.
Con el trabajo intenso y el liderazgo del presidente Trump también en la reapertura del país, vamos a derrotar la pandemia del coronavirus y restauraremos la prosperidad estadounidense.