Desafíos literarios
Para un escritor que ama su profesión, que se apasiona con lo que escribe, siempre hay desafíos que afrontar, que lo motivan y lo inspiran. Es el motor de cada nueva novela. Los desafíos literarios son los alicientes que logran que un escritor se ponga de nuevo frente al folio en blanco y empiece a crear una historia, a darle vida y a poblarla de personajes.
Los desafíos literarios pueden consistir en embarcarse en un nuevo género que el autor no haya probado anteriormente, contar historias que le han sucedido personalmente o a personas que conoce, utilizar recursos y técnicas narrativas distintas, probar personajes con distinta personalidad, usar un lenguaje adaptado a otro tipo de argumentos, escribir una novela en un plazo de tiempo determinado, investigar sobre un tema de especial interés, acercarse a una problemática específica, viajar a lugares desconocidos, conocer a gente con historias que contar, superarse a sí mismo con una novela de calidad literaria superior, llegar a un público más amplio, motivarse cada día con páginas que cobran vida propia, compartir historias que conmoverán, aprender cosas nuevas, e inspirar a los demás.
Un autor puede tener muchos desafíos para emprender la escritura de una nueva novela. Todos son válidos si logramos vencer ese folio en blanco y llenarlo de palabras que leeremos con deleite y satisfacción, si logramos dar vida a una novela que puede significar mucho para otros lectores, o unas horas de placer y entretenimiento. O bien una ventana abierta a otro mundo.
Los desafíos literarios retan al autor a seguir creciendo y dar lo mejor de sí mismo, a no estancarse y a embarcarse en nuevas aventuras literarias. Estos y otros desafíos son la esencia que encara un escritor en cada proyecto. Se consiguen y surgen otros desafíos iguales o más motivadores. Los desafíos son el combustible que hace arder la pasión por escribir, que nos empujan y nos inspiran a crear y a contar historias. Son una parte esencial para un escritor.