Día de Acción de Gracias con Trump
En 2016 celebramos el Día de Acción de Gracias con la reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales. Ya entonces, el consumo de los ciudadanos se disparó ante la euforia que produjo su elección. En este 2017, celebramos Acción de Gracias con muchas más razones y argumentos para dar las gracias a Dios… y a Trump.
La primera de ellas, y no es moco de pavo (es inevitable que el pavo aparezca en estas fechas), es el mismo hecho de recuperar la celebración en su estado original de fe y agradecimiento a Dios por los dones y bienes recibidos. Durante los años de Obama se ha desnaturalizado la fiesta en una orgía de consumo que ha destrozado la celebración genuina, que es religiosa y familiar. Con Trump hemos recuperado el sentido del día de Acción de Gracias y también los motivos para celebrar.
Un año después de su elección, los ciudadanos podemos celebrar la creación de más de millón y medio de empleos, que es la base para construir una sociedad fuerte y una clase media con solvencia. Este año debemos agradecer el duro trabajo que ha realizado el presidente Trump en su reciente gira asiática para lograr contratos con China por valor de 253.500 millones de dólares. Es importante agradecer esto porque estas inversiones se realizarán en sectores productivos estratégicos, como el energético, el automovilístico, el tecnológico y el aeronáutico, entre otros, que harán posible que la economía estadounidense crezca y se creen cientos de miles de empleos.
Con esta serie de acuerdos, Trump no sólo ha demostrado su destreza y habilidad para negociar acuerdos ventajosos, sino que ha puesto de relieve sus dos premisas más importantes: MAGA, Hacer América Grande Otra Vez a través de una prosperidad real para los ciudadanos, y America First, colocar a América Primero en cualquier tipo de negociación. Pero ¿Qué agradecemos en concreto? Revisemos algunos de estos acuerdos y lo que suponen:
En el sector energético, la exploración y extracción de gas en Alaska, por valor de 43.000 millones, algo que incluiría la construcción de un gasoducto que transportará gas a Asia. En el sector aeronáutico, la producción de aeronaves por un valor de 32.000 millones. En el sector financiero y sanitario, se pondrá en marcha un fondo de 4.300 millones para invertir en la industria manufacturera estadounidense y en compañías de consumo y sector médico. En el sector tecnológico se establecerá la venta de chips por valor de 3.400 millones. En el sector agrícola se comprará soja estadounidense por parte de la estatal china Cofco por un importe de 1.400 millones.
En el sector automovilístico Ford y Ford China cerraron un acuerdo por 8.200 millones, y General Motors y Shanghái General Motors otro acuerdo por 1.900 millones. Que empresas como Goldman Sachs, Boeing, Ford y General Motors, entre otras, hayan logrado estos 15 acuerdos bajo los auspicios de Trump, es una excelente noticia para Estados Unidos en general: los ciudadanos, que tendrán más empleos, para la economía, que crecerá mucho más en los próximos meses, y para las empresas que participan en los acuerdos, que verán aumentados sus beneficios y valor.
En Acción de Gracias este año debemos agradecer muy especialmente que Trump haya abierto las inmensas posibilidades de la cooperación mutua, a nivel comercial y estratégico, entre Estados Unidos y China. Algo que no lograron concretar otros presidentes anteriores y que traerá grandes beneficios al país.
Más allá del crecimiento de la economía y de los empleos que debemos agradecer a Trump, también debemos hacer un hueco para agradecer que en sólo un año hayamos derrotado al Estado Islámico en su territorio, destruido el Califato y eliminado a decenas de miles de yihadistas fanáticos que ya no serán un peligro para nadie. En este Acción de Gracias de 2017 damos gracias también por haber superado la guerra que los medios de comunicación progresistas declararon a Trump y a sus votantes, que hemos trabajo todo el año para superar divisiones, sumar esfuerzos y reconstruir un país que había quedado irreconocible tras el paso de los demócratas de Obama. No sólo somos más los que apoyamos a Trump, sino que además hemos derrotado a esos Fake Media que manipulan constantemente todo acerca de la presidencia de Trump. Aunque queda guerra que librar, hay que agradecer las victorias logradas hasta ahora.
Con Trump, Estados Unidos puede agradecer que ahora tengamos unos propósitos compartidos, de prosperidad y oportunidades para todos, de la defensa de los símbolos nacionales como la bandera y el himno nacional. Y debemos agradecer muy especialmente la histórica reducción fiscal que se ultima en el Congreso. Un logro del Presidente Trump, que ha puesto su habilidad, su trabajo y su energía para lograrlo en beneficio de las empresas y los ciudadanos estadounidenses.
Este Acción de Gracias está cargado de razones para agradecer a Trump la esperanza y el orgullo que ha prendido en millones de estadounidenses y en el futuro del país. Es tradición norteamericana el sentido común, que está en la base de nuestras leyes y Constitución. Trump ha recuperado el sentido común para Estados Unidos, y es algo que hay que agradecer este año.
Recordemos que en el Día de Acción de Gracias, como lo hemos hecho durante casi cuatro siglos, los estadounidenses damos gracias a Dios por las bendiciones que hemos recibido, y que pueden ser materiales o de otro tipo, también sentimentales o espirituales. Nos reunimos con las personas que amamos, familia, amigos, mascotas… y mostramos gratitud por nuestra libertad, por nuestros amigos y familias, por los frutos de nuestros trabajo, y por la nación próspera que llamamos hogar. Este 2017 Trump ha trabajado desde la Casa Blanca mucho y bien para este país, y es justo agradecerlo más allá de diferencias ideológicas.
Hoy, como en el pasado, seguimos celebrando Acción de Gracias con un espíritu nacional, unitario, agradecido y caritativo. Hemos tenido un año en el que este espíritu americano ha abierto sus corazones y extendido sus manos con generosidad y humildad en momentos difíciles y trágicos para compartir la abundancia, lo mucho o poco que otros tenían, el esfuerzo y la ayuda desinteresada: durante los huracanes Harvey, Irma y María; los incendios forestales que devastaron el oeste del país; y en los actos criminales de violencia y terror en Las Vegas, en Nueva York y en Sutherland Springs; y en las misiones de las operaciones especiales llevadas a cabo en Irak, Afganistán, Siria, Níger y otros países. En todos hemos visto y sido testigos de la generosidad y el apoyo del pueblo estadounidense. Y debemos estar agradecidos a los militares, sus familias, al personal de la policía, los profesionales médicos, voluntarios y héroes cotidianos que son la expresión cercana y con rostro humano de la compasión y la humanidad estadounidense hacia nuestro prójimo.
Este año marcado por el primer año de la presidencia de Trump, debemos agradecer la perseverancia y el optimismo que caracteriza a este país y que Trump ha recuperado felizmente, como en su día ya hiciera Ronald Reagan.