Visibilidad de los libros
No cabe duda alguna. La visibilidad de los libros es la gran asignatura pendiente de los medios de comunicación. Ni la televisión ni la radio ni la prensa prestan una adecuada cobertura al mundo de los libros.
Sobre todo la televisión, que es el gran escaparate al que se asoma todo el mundo, y el que permite una visibilidad mayor, se ha mostrado reacia a emitir programas de libros, a hablar de libros y de autores, a reseñar libros y a informar de novedades editoriales.
Salvo escasas excepciones, apenas se le ofrece espacio a los libros y a los autores. El esfuerzo en este sentido debería ser mucho más intenso por parte de las cadenas de televisión. No les costaba nada programar un espacio en los informativos para dar noticias semanalmente de las novedades literarias. Hay un mundo de novelas, cuentos, ensayos, biografías, libros de autoayuda, espiritualidad, reportaje periodístico, etc, que no llega a las pantallas ni a los espectadores, que son potenciales lectores, porque no se los informa.
El mismo esfuerzo que se pone para informar de otras noticias, mucho menos importantes o sobre campos más anecdóticos, se escatima a los libros. Sólo se da visibilidad a algunas novelas de autores que pertenecen al establishment literario, o de editoriales con poder para permitirse llegar a algunos programas y redacciones de televisión (contactos y presupuestos).
Si de verdad queremos una sociedad que lea más, deberíamos impulsar la presencia y la visibilidad de los libros en la televisión, contribuir a hacer de la lectura algo guay, algo entretenido, divertido y enriquecedor. Igual que se apuesta por la cocina o los realities musicales, se debería apostar por los libros con un enfoque nuevo y participativo que permita que más gente conozca novedades editoriales, descubra autores, libros y puedan compartir experiencias lectoras.
Esto ayudaría a subir los índices de lectura con seguridad, así como a la recuperación y crecimiento del sector editorial, asediado por otras formas de ocio.
La visibilidad de los libros en la televisión debería ser una norma y no una excepción como ahora, tanto en Estados Unidos como en España, México, Argentina, Colombia y otros países.
Es un reto para las cadenas de televisión, para los autores y la industria editorial en general.