Hay noticias que apenas tienen relevancia mediática pese a su evidente proyección e importancia a todos los niveles. Este año el influyente Premio Irving Kristol ha sido concedido a un personaje que cada día gana enteros y méritos en todos los ámbitos: el general David H. Petraeus, un militar de cualidades excepcionales y un intelectual brillante, graduado en West Point y doctorado por Princeton, comandante del Mando Central, CENTCOM, desde 2008, y que ha sido el galardonado por el American Enterprise Institute (AEI), uno de los mejores think tanks de Estados Unidos.
El discurso de aceptación de Petraeus en la ceremonia de recogida del premio, titulado apropiadamente «The Surge of Ideas«, se articuló sobre lo que él identifica como “grandes ideas” que cambiaron al ejército norteamericano, en especial la táctica de combate contra la insurgencia en Iraq, de la que fue uno de los directos ideólogos y responsables, con el apoyo político inestimable y valiente del ex presidente George W. Bush, la cual ya es objeto de estudios estratégicos y sirve también como modelo para la estrategia implementada por el general Stanley McChrystal en Afganistán. Además, en su brillante discurso, desgranó algunas ideas muy interesantes sobre el papel de algunos think tanks y expertos en la cadena de análisis y toma de decisiones sobre cuestiones estratégicas en temas de candente actualidad, su explicación a la sociedad, y el papel que juegan los oficiales militares en la determinación de objetivos políticos y militares. Otros focos de atención del discurso estuvieron en los desafíos que se nos plantean en Irán y las tácticas para combatir a Al Qaeda. Fue una exposición extraordinaria que nos anuncia la capacidad del general para aspirar a metas más elevadas en política, si ése fuera su deseo.

Petraeus se refirió también con acierto al informe «Choosing Victory: A Plan for Success in Iraq» un estudio de alto valor patrocinado por el American Enterprise Institute (AEI) y liderado por Fred Kagan y el general retirado Jack Keane, en colaboración con Kim Kagan y los estudiantes de AEI Danielle Pletka, Michael Rubin, Reuel Marc Gerecht, Thomas Donnelly, y Gary Schmitt, entre otros asesores. Este estudio fue vital para presentar la estrategia acuñada por Petraeus en Iraq y que jugó un rol esencial en la construcción del apoyo público al “surge”.
Uno de los grandes méritos de este general de la 101 División Aerotransportada, un verdadero héroe de carne y hueso, es haber reformado la forma en que las fuerzas armadas de Estados Unidos se preparan para ir a la guerra moderna, con el objetivo de garantizar su éxito en conflictos actuales y del futuro. Sus estrategias e ideas están contribuyendo esencialmente a relanzar el poder militar de este país de una forma avanzada, sin perder los valores humanos y democráticos en la aplicación del concepto de “victoria militar total” en ambientes extraordinariamente hostiles y bajo riesgos continuos.
El premio Irving Kristol 2010 constata en el general Peatraeus ese perfil intelectual que él tiene desde hace mucho tiempo y que ha demostrado sobradamente con conceptos y estrategias que han marcado un hito importante en la historia política y militar de Estados Unidos y que aún siguen ejerciendo una influencia real y determinante. Como el impulso a las operaciones especiales de captación de Inteligencia.
Sus logros militares y este prestigioso Irving Kristol Award coloca al general David Peatreus en una inmejorable posición para entrar en la carrera electoral, bien como candidato a la presidencia, la vicepresidencia o algún otro cargo relevante de la Administración.
Sus simpatías hacia el Partido Republicano lo convierten en un activo a tener en cuenta en el panorama político, en el que aún debe jugar un papel destacado, como lo está haciendo en el campo militar, en el que acaba de ser nombrado por el presidente Obama sustituto de McChrystal al frente de las tropas desplegadas en Afganistán, y donde le espera un desafío acorde con su capacidad. Quizá su próximo objetivo estratégico sea la nominación presidencial para el 2012, o su integración en el ticket o equipo electoral que compita para entonces, algo que aún no descarta.
Sea como fuere, este premio al general Petraeus, que combina experiencia militar y capacidad intelectual, viene a reflejar la buena salud de toda una corriente de pensamiento: el conservadurismo, que cuenta con representantes muy destacados para seguir influyendo en la vida pública de este país.