La crisis económica y laboral que se vive en España desde hace seis años, un legado del gobierno socialista de Zapatero y sus políticas nefastas, ha provocado que miles de personas deban emigrar y salir del país para encontrar oportunidades de trabajo. Lo mismo licenciados universitarios, veteranos trabajadores que jóvenes sin cualificación o sobradamente preparados. Todos tienen que buscarse la vida y el futuro lejos de España.
La tasa de paro juvenil española, que ronda el 50%, coloca a España como el país europeo con el paro más elevado en esta franja social, que es vital para mantener una economía sana y pujante. Según los datos oficiales, desde que empezó la crisis alrededor de 300.000 españoles han emigrado para buscar un trabajo y nuevas oportunidades laborales. Un fenómeno que tiene una doble cara. Por un lado, la “fuga de cerebros” que se produce hacia el extranjero, que empobrece el mercado laboral español y enriquece los países de destino de ese talento emigrante. Por otro lado, la experiencia profesional y el aprendizaje de idiomas que logran quienes salen al exterior, es un bagaje muy importante para cada uno de esos trabajadores, que bien podría revertir en España en un futuro si vuelven al mercado de trabajo interior.

El fenómeno de la emigración de los mejores talentos no debe ser contemplado, pues, como algo totalmente negativo, ya que de cara al futuro presenta importantes ventajas que no debemos perder de vista.
El capital humano español, una fuerza laboral que por un lado es joven y por otro con experiencia, necesita y debe plantearse la emigración como salida natural a la crisis económica española, sin mayores traumas y como una experiencia vital enriquecedora. Las oportunidades de trabajo se deben aprovechar donde están, y para eso hoy se ven dos salidas: emigrar y formarse profesionalmente mucho más de lo que se encuentra actualmente la juventud española actual, que deja mucho que desear.
Sólo los mejores, los más talentosos y mejor preparados encontrarán esa oportunidad para prosperar y trabajar. Ahora más que nunca eso depende de cada uno y de las decisiones que tome libremente.