Florida está asistiendo a una de las batallas políticas más apasionantes de la Unión, donde un personaje con proyección de futuro se perfila como uno de los grandes líderes hispanos a nivel nacional: el candidato Republicano Marco Rubio, en abierta confrontación con el Gobernador Charlie Crist. En esta enconada lucha política por hacerse con la nominación del GOP, para el Senado, Marco Rubio ha puesto las espadas en alto al traer al primer plano los valores conservadores como punto importante para elegir al candidato Republicano de cara a las elecciones de noviembre de 2010.
El ex presidente de la Cámara de Representantes en Florida, Marco Rubio, un líder hispano de 38 años que podría tener un brillante porvenir en su imparable ascenso político, incluso con vistas a la Casa Blanca, le ha recortado distancias al Gobernador Crist en las encuestas desde hace unos meses, hasta el punto de que ya están empatados en la última encuesta de Rasmussen Reports al 43 por ciento. El Gobernador Crist ha perdido también el apoyo de los representantes Lincoln y Mario Díaz-Balart, que supone de facto una importante ayuda para Rubio entre los hispanos del sur de Florida. Según esta misma encuesta un 34% se muestra “muy favorable” a Rubio y sólo un 19% “muy favorable” a Crist, lo que señala una tendencia muy definida, a todavía diez meses de la elección.

El acercamiento de Marco Rubio a los planteamientos más conservadores le está rindiendo excelentes frutos electorales. Sin embargo, en esta lucha por la nominación, Crist sigue aventajando por 51 a 31 al principal aspirante Demócrata, Kendrik Meek, mientras que Meek aventaja a Rubio por 36 a 33 por ciento. Datos que el GOP debe también tener en cuenta, ya que lo que se juega en las elecciones de noviembre es el control de un Estado tan determinante como Florida.
La disputa a cuenta de la pureza ideológica se plantea aquí como uno de los frentes decisivos. Si Marco Rubio se alza vencedor, podemos estar asistiendo al ascenso de un Partido Republicano orientado claramente a sus esencias conservadoras, si lo hace Charlie Crist, estaremos ante una candidatura más pragmática en lo ideológico. En cualquier caso, desde Florida se puede marcar una tendencia nacional.

Es cierto que Marco Rubio puede considerarse el heredero ideológico de Jeb Bush, de quien recibió el encargo implícito de mantenerse fiel a los valores conservadores, y cuyo apoyo público podría ser su as en la manga. Como candidato, Rubio está haciendo una campaña muy pegada a esos valores, que es lo que le está proporcionando el crecimiento y el apoyo electoral, apoyado en un fuerte carisma y una oratoria brillante y cautivadora, pero no olvidemos que como presidente de la cámara estatal, se mostró mucho más moderado e inclusivo con otros sectores ideológicos. Una cualidad que, lejos de restarle méritos, le faculta extraordinariamente como posible candidato Republicano al Senado, y aún más importante, posible candidato presidencial en un futuro, ya que estaríamos ante un auténtico candidato con principios conservadores capaz de mostrarse flexible y moderado en el ejercicio del poder, pero firme en sus valores, algo que ya demostró en el pasado.
En definitiva, Marco Rubio está en condiciones de representar esa necesaria renovación del Partido Republicano, desde el enfoque de nuevas ideas, pero manteniendo los auténticos valores conservadores.