El camino de la victoria
Los procesos electorales en Estados Unidos sirven para elegir a los mejores candidatos y representantes políticos. En especial la carrera electoral a la presidencia, que es la cita más importante cada cuatro años.
En cada elección presidencial tenemos la oportunidad de elegir un nuevo rumbo por el que transitar en los próximos años. Es un momento trascendental que define a dónde iremos y cómo seremos como nación y como sociedad.
La carrera electoral, que ahora entra en su etapa más activa hasta el mes de noviembre, se convierte así en el camino a la victoria de uno de los candidatos, que debe superar el proceso electoral más duro y exigente de cuantos tienen lugar en todo el mundo. Una auténtica criba en la que sólo quedarán dos aspirantes y, finalmente, el ganador.
En este 2016, con el país y el mundo sumidos en graves problemas, la elección del presidente de Estados Unidos se convierte una vez más en la oportunidad de definir el futuro con los planteamientos de los candidatos. En el Partido Republicano se tiene la ocasión de marcar una nueva dirección que inspire al país entero desde el optimismo y el orgullo por esta nación.
Algunos de los candidatos, republicanos y demócratas, han optado claramente por el miedo, el pesimismo, el cabreo o el engaño para ganar la nominación. Afortunadamente hay algunos candidatos en el Partido Republicano que apuestan claramente por un mensaje esperanzador y de futuro, de seguir construyendo sobre la tradición americana para ofrecer nuevas oportunidades a todo el mundo y hacer de Estados Unidos de nuevo un país con un liderazgo sólido y una sociedad más fuerte y unida.
Al igual que en 1981 y 1984, cuando Ronald Reagan ganó e inspiró a todo un país, algunos candidatos republicanos tienen en sus manos el poder de inspirar y hacer creer de nuevo a una mayoría social que se puede mejorar el país en aspectos como la economía, la defensa, los programas sociales, la inmigración, la seguridad nacional, la investigación y el desarrollo, el sistema educativo y la política exterior. Este mensaje inspirador puede alumbrar un nuevo siglo de poder y liderazgo norteamericano que haga del mundo un lugar más seguro y próspero.
Ronald Reagan lo logró en la década de los ochenta del siglo XX, cambiando el rumbo del país y haciéndolo más fuerte al retomar nuestras raíces y actuar con valentía. Este es el momento, en 2016, de trazar un nuevo rumbo para Estados Unidos. Está en nuestras manos seguir siendo una nación excepcional con un brillante futuro. De la elección que se haga en las primarias y después en la cita electoral de noviembre, depende nuestra identidad como nación.
El candidato que gane la presidencia debe unificar este país ofreciendo esperanza y políticas que sigan forjando unos Estados Unidos sólidos y referentes en el mundo. El candidato ganador deberá saber aglutinar a una mayoría social diversa y unirla con un mensaje esperanzador y optimista sobre el futuro. El nombre de ese ganador, lo puede elegir usted mismo.