Obama ha tomado el relevo de Bush en Afganistán y quiere estar a la altura de lo que se espera de un verdadero Comandante en Jefe.
Los planes anunciados por el Presidente Obama esta semana para Afganistán, han venido a desautorizar en toda línea a aquellos que venían apostando por una retirada de las tropas norteamericanas, y ha reforzado a cuantos pedíamos un aumento de tropas sobre el terreno, una estrategia similar al “surge” que aplicó Bush con éxito en Iraq.
Al final, Obama ha escuchado a los asesores y militares que mejor conocen la situación en Afganistán y se ha inclinado por enviar otros 4.000 soldados más, que se unirán a los ya autorizados 17.000 hace unas semanas. De los 38.000 que hay ahora, pasaremos a alrededor de 60.000.
Es la estrategia correcta para acabar con los Talibán y los campamentos de Al Qaeda en el país y en la frontera con Paquistán. El apoyo explícito de Obama a las operaciones de la CIA en la frontera afgano-paquistaní, que incluyen los ataques selectivos con Predators, y de Operaciones Especiales militares sobre objetivos estratégicos, convierten el frente agfano y paquistaní en el más importante de la Guerra contra el Terrorismo para la Administración Obama.
Una estrategia que cada vez se extenderá más a Paquistán, retaguardia y campamento base de Al Qaeda, y, por consiguiente, un objetivo de primer orden.
Los comandos de Operaciones Especiales y la CIA, que en la práctica vienen actuando de forma limitada en Paquistán desde la Administración Bush, deberán intensificar sus operaciones para que el reforzamiento de tropas planeado por Obama tenga el éxito deseado.

Este incremento adicional de 21.000 soldados, en claro contraste con las retiradas de tropas de otros países en otros puntos, destaca notablemente y pone el acento sobre quién está realmente con la libertad y la seguridad mundial.
Antes con Bush, y ahora con Obama, Estados Unidos sigue siendo el país que lidera y garantiza la lucha contra el terrorismo.
La estrategia aprobada por Obama, enfocada, entre otros objetivos, a entrenar a las tropas afganas, es el camino correcto, e incluye un aumento de personal civil (abogados, asesores educativos, agrícolas, ingenieros, etc), mayores recursos para el desarrollo, el fortalecimiento democrático y económico, y una mayor ampliación de operaciones en territorio paquistaní. Medidas todas ellas pedidas por numerosos estrategas y asesores militares.

Al poner Al Qaeda y la región fronteriza entre Afganistán y Paquistán en el punto de mira y como uno de los mayores desafíos a la seguridad internacional, Obama acierta de pleno. Con el incremento de tropas y un compromiso fuerte por la estabilización de ambos países, se está dando un paso importante para derrotar definitivamente a Al Qaeda. Al vincular la ayuda económica a Paquistán, más de 1.500 millones de dólares, a una plena colaboración y autorización de operaciones contra objetivos de alto nivel, se puede estar firmando el fin del santuario que representa Waziristán, y, por tanto, el principio del fin de la red terrorista. Porque, qué duda cabe, entre esos objetivos de alto nivel está la cúpula de Al Qaeda.