Trump, el aborto y el derecho a la vida
La reciente declaración de Donald Trump sobre la cultura de la vida y el aborto ha marcado un punto importante a su favor y puesto en evidencia el radicalismo de Biden y de los demócratas de izquierda. Trump dejó bien claro que no habrá una ley federal sobre el aborto. Él, personalmente, está a favor de la cultura de la vida y sólo contempla tres excepciones: por violación, incesto y los casos en los que sea necesario preservar la vida de la madre. Es partidario de establecer un límite de tiempo para practicar el aborto y apoya los derechos de los estados a decidir sobre este tema. Quiere que el pueblo tenga la última palabra, que la decisión final dependa de la voluntad de los interesados y que las restricciones al aborto también deberían dejarse en manos de cada estado.
La diferencia entre Trump y Biden es que Trump defiende la cultura de la vida y Biden la cultura de la muerte y apoya el aborto de un feto hasta el momento del nacimiento, incluso después, y obliga a los contribuyentes a financiar toda esa barbarie. No hay duda alguna de que Trump es el hombre razonable y Biden el radical fanático.
La declaración de Trump sobre el aborto fue una clase magistral sobre cómo funciona el federalismo, el apoyo a la cultura de la vida, los casos en los que es justificable el aborto y cómo hundir a los demócratas en un tema que éstos utilizan y manipulan electoralmente siempre. Trump fue el presidente más provida de la historia y volverá a serlo en el segundo mandato presidencial. Si en sus primeros cuatro años en la Casa Blanca nombró jueves pro-vida para el Tribunal Supremo, volverá a tomar decisiones y nombramientos que impulsen el apoyo a las familias, las mujeres embarazadas y la cultura de la vida en general.
Lo que Trump no puede hacer es elegir por usted. Se trata de una decisión que depende de cada persona y es el pueblo quien debe elegir democráticamente entre la vida o la muerte en sus respectivos estados. Trump defiende que los estados decidan las normas sobre el aborto mediante una votación, una legislación, o quizás ambas. Trump también se ha posicionado a favor de los tratamientos de fertilidad como la fertilización in vitro o FIV.
Trump se alinea así con la posición del Tribunal Supremo, que en su decisión de 2022 en Dobbs v. Jackson, anuló Roe v. Wade, el precedente anterior del Tribunal Supremo, que consideraba el acceso al aborto como un derecho constitucional, devolviendo a los estados la capacidad de regular los abortos en las primeras etapas del embarazo.
Se puede debatir acerca de este tema, pero si hay algo evidente es que los niños no nacidos y sus madres merecen una protección fuerte frente a la brutalidad de la industria del aborto. De acuerdo a las encuestas, la mayoría de los votantes y muchos legisladores están a favor de permitir los abortos en las primeras etapas del embarazo, pero imponiendo algún tipo de límite. Biden y los demócratas están en contra de cualquier límite, mientras que Trump y los republicanos están a favor de que los estados impongan restricciones. La mayoría de los republicanos en la Cámara de Representantes dijeron este año que apoyan una restricción nacional de los abortos después de las 15 semanas. Trump ha sugerido que ese límite podría ser apropiado: «En cuanto al número de semanas ahora, la gente está de acuerdo en 15. Y estoy pensando en esos términos”, declaró en una reciente entrevista radiofónica. ”Y el resultado será algo muy razonable. Pero la gente realmente está de acuerdo, incluso los de línea dura, parece ser que 15 semanas parece ser un número en el que la gente está de acuerdo”.
El tema es complejo. Los votantes y los legisladores también tienen opiniones diferentes sobre si debería haber excepciones a las prohibiciones y en qué escenarios deberían estar disponibles. Las excepciones comunes incluyen los casos de incesto.
Trump ha declarado que: “los republicanos, y todos los demás, deben seguir sus corazones y sus mentes, pero recuerden que, al igual que Ronald Reagan antes que yo, la mayoría de los demás republicanos y yo mismo creemos en las excepciones para la violación, el incesto y la vida de la madre».
De esta forma, Trump ha establecido una opinión de sentido común y ganadora entre la opinión pública sobre el tema del aborto y el apoyo a la cultura de la vida en una sociedad diversa, plural y avanzada como la estadounidense.