Trump contra el Estado Profundo
Que la agenda cargada de avances y éxitos del Presidente Trump no nos hagan perder la perspectiva, ni las intoxicaciones de los grandes medios con sus Fake News, sus noticias falsas, sesgadas por la ideología y manipuladas hasta la náusea para atacar y/o perjudicar a Trump.
Si además de los miles de empleos que ya se están creando gracias a las políticas de Trump, hay otro hecho que define esta presidencia auténticamente conservadora, es este: la lucha sin cuartel contra el Estado Profundo (Deep State), ese establishment podrido y corrupto que no quería la victoria de Trump, que no asimila la victoria de Trump, ni admite los éxitos de Trump. Pero que tienen a Trump enfrente como a un auténtico espartano, combatiendo sus influencias y trampas con la fuerza que le dan millones de votos de patriotas estadounidenses a los que no han podido comprar ni manipular con falsedades. Y ahí les duele a esta pandilla de progresistas que intenta moldear el mundo a capricho de ciertos lobbies.
Una de las batallas decisivas en esta lucha, que los medios cómplices del Estado Profundo no cuentan, es la investigación que ha ordenado el Presidente Trump sobre el fraude electoral que sistemáticamente se ejerce en el país para beneficiar al Partido Demócrata con millones de votos ilegales. Un cachondeo electoral conocido por todos en Estados Unidos al que nadie ha puesto coto…. Hasta que llegó Donald Trump al escenario y levantó la voz para denunciarlo sin pelos en la lengua. Los medios corruptos y de desinformación, aliados de ese Estado Profundo que desea redibujar el mapa político norteamericano para arrinconar el conservadurismo constitucional y convertir el país en un reflejo descafeinado de lo que fue y de lo que está escrito en la Constitución y en lo que defendieron millones de patriotas americanos, han tapado siempre ese fraude electoral que ha colocado millones de votos ilegales al Partido Demócrata; entre tres y cinco millones de votos fraudulentos que fueron para la corrupta Hillary Clinton en 2016, sin ir más lejos.
El presidente Trump se ha atrevido a lidiar con este tema y ha firmado una orden ejecutiva, el pasado 11 de mayo, para crear la Presidential Commission on Election Integrity, una comisión bipartidista que investigue este fraude electoral y vele por la integridad de las elecciones. Hasta cinco veces se menciona el “voto fraudulento” en la citada orden ejecutiva. Por supuesto, los medios de desinformación al servicio del establishment corrupto y el Estado Profundo, ni informan de ello adecuadamente ni siguen el tema minuto a minuto. Los hechos los dejan en evidencia como los manipuladores de información que son, con el prestigio periodístico hundido.
La investigación lanzada por Trump es muy importante porque este fraude electoral socava peligrosamente la confianza de los ciudadanos en el sistema y en la democracia, y además con razón. Una pléyade de supuestos expertos, en nómina de instituciones a las que interesa potenciar este fraude, niega el mismo. Pero es conocido y está demostrado ampliamente que existe y beneficia al Partido Demócrata, que lo oculta y lo tapa año tras año. Las prácticas fraudulentas incluyen registros de votantes impropios o ilegales, voto fraudulento y supresión de votos, personas registradas para votar en dos estados, lo cual es ilegal, muertos registrados para votar (y muchos por un largo tiempo), entre otras artimañas conocidas y documentadas. Las trampas para beneficiar a los progresistas demócratas “legalizadas” por arte de birlibirloque.
La comisión asesora establecida por el Presidente Trump servirá para limpiar de conductas ilegales el sistema electoral y establecer medidas serias que eviten esos fraudes que perjudican siempre al Partido Republicano y a los candidatos conservadores cuando la realidad es que contamos con un apoyo legal mayoritario entre la ciudadanía norteamericana. La comisión, de no más de 15 miembros, está encabezada por el vicepresidente, Mike Pence, el republicano Kris Kobach, secretario de Estado de Kansas y partidario de leyes más estrictas para la identificación de los votantes, la secretaria de Estado de Indiana, la republicana Connie Lawson; el secretario de Estado de New Hampshire, el demócrata Bill Gardner; el secretario de Estado de Maine, el demócrata Matthew Dunlap; el exsecretario de Estado republicano de Ohio Ken Blackwell; y Christy McCormick, miembro de la Comisión de Asistencia Electoral nominada por el expresidente Barack Obama. La comisión presentará su informe con conclusiones durante 2018.
Es probablemente una de las noticias del año, pero seguramente los plumillas a sueldo de The New York Times, The Washington Post, CNN…y el resto de medios nacionales y extranjeros que se limitan a copiar sus informaciones, sin contrastar ni hacer trabajo periodístico de ninguna clase, no presten la cobertura que merece el asunto. Los medios mayoritarios, en manos de conglomerados vendidos a intereses progresistas, se crean su propia realidad alternativa con noticias fabricadas por ellos mismos para engañar a la gente y conducirla por un camino marcado.
Pero lo importante es que de las conclusiones que se extraigan en esta comisión, se aplicarán las medidas necesarias para evitar fraudes electorales en el futuro. Una renovación de la democracia estadounidense que los demócratas han aplazado y saboteado por su propio interés y enterrado bajo la larga sombra del Estado Profundo.
El Presidente Trump va a impulsar un fortalecimiento de los procedimientos de votación en Estados Unidos, lo cual permitirá que la voz del pueblo americano se refleje mejor en los políticos electos. Por supuesto, esto causa gran diarrea mental y corporal a los individuos del Estado Profundo y del establishment corrupto que tratan de sabotear y derribar la presidencia de Trump por cualquier medio. Por supuesto, este malestar nos congratula y nos alegra muchísimo a los ciudadanos que amamos esta nación, la democracia americana, la Constitución de los Estados Unidos y a los que apoyamos sin fisuras al Presidente Trump, al que votamos para que limpiara este pantano de corrupción y hablara alto y claro con la voz del pueblo americano, tal y como está haciendo. El siguiente paso lógico será revisar la National Voter Registration Act y hacer las modificaciones pertinentes para evitar y prevenir los votos fraudulentos.