El éxito de la agenda America First de Trump y sus candidatos respaldados
Donald Trump está tomando el control del Partido Republicano con sus respaldos a los candidatos que defienden su agenda America First. De esta manera empieza a derrotar a ese establishment republicano que no lo quería en 2016, que se alió con los demócratas en 2020 para dar de paso el fraude electoral, y que tampoco lo quiere como el candidato presidencial en 2024.
El viejo Partido Republicano en manos de los tibios de siempre no ha aprendido las lecciones más importantes que necesita comprender para poder ganar y utilizar adecuadamente el poder en beneficio de pueblo y de este país. Trump es el presidente republicano más popular en la historia de los Estados Unidos y ha obtenido la mayor cantidad de votos entre los republicanos. Es lógico que Trump esté moldeando y sentando las bases un nuevo Partido Republicano defensor de las políticas de éxito de su primer mandato.
Las políticas de los Bush, Cheney, y el establishment llevaron al Partido Republicano al borde del colapso. Trump lo salvó y lo cambió para mejor, amplió nuestro partido en millones de nuevos votantes. El viejo Partido Republicano está muerto y el Partido Republicano de Trump es el futuro.
Esta transformación va más allá del propio Trump como líder indiscutible del partido y asegura la permanencia de esas políticas en el fututo de la mano de políticos como Ron DeSantis, Marjorie Taylor Green, Matt Gaetz, Jim Jordan, Kristin Noem, Kari Lake, etc. De entrada, en este ciclo electoral de primarias ha demostrado que el Partido Republicano está empezando a ser dominado por los candidatos defensores de America First y por Trump, lo cual es una excelente noticia de cara a las elecciones midterm de noviembre y las presidenciales de 2024.
La reorganización del Partido Republicano que está llevando a cabo Trump está liquidando a los Republicanos Sólo de Nombre (RINOs), desmontando la influencia del establishment, fulminando a aquellos traidores que votaron contra Trump en los impeachment (8 de 10 hasta ahora), y acabando con la presencia de las dinastías Clinton, Bush y Cheney en puestos de poder federal.
Nos encontramos ante el regreso más esperado, el de Donald Trump en 2024 con toda la fuerza de su agenda America First y el control de un Congreso por parte de sus candidatos respaldados en este ciclo de primarias y de cara a las elecciones midterm de noviembre.
Los nuevos líderes de America First recuperarán para la mayoría de la gente el control de la Casa Blanca, el Congreso y las cámaras estatales. Con ese objetivo en mente, el trabajo de Trump está dando sus frutos. No sólo está remodelando el Partido Republicano con nuevos líderes y una agenda política basada en los principios de America First, sino que está preparando el terreno para la próxima Administración republicana tras las elecciones de 2024, una Administración que presidirá él de nuevo si todo marcha según los planes.
La agenda America First ya es la agenda que defiende la mayoría de líderes del Partido Republicano, un logro exclusivo de Trump, que ha derrotado la agenda globalista del establishment.
La agenda America Fist, tal y como la ha definido Trump, prioriza una moratoria de inmigración; una moratoria en la ayuda exterior, mayor integridad electoral para evitar fraudes, apoyo a la cultura de la vida y contra el aborto, la recuperación de Cristo y la libertad religiosa en las escuelas y universidades, la eliminación de la teoría crítica de la raza, el desmantelamiento del estado profundo, la lucha contra el establishment corrupto, combatir a los medios progres que divulgan Fake News y a las elites corporativas que imponen la cultura del despertar (“woke”), asegurar la frontera sur, lograr de nuevo la independencia energética, reducir la inflación, aumentar el empleo de calidad, proteger la Segunda Enmienda, bajar los impuestos y cortar la financiación de programas y políticas de izquierda dañinas.
Estas consignas esenciales han logrado que una gran mayoría de republicanos abrace esta agenda política y estén dispuestos a ponerse de pie y luchar en el Congreso, las gobernaturas y las legislaturas estatales.
En este sentido, Trump tiene un historial perfecto de candidatos respaldados por él que han ganado en 26 estados con vistas a las elecciones midterm y para gobernadores de noviembre de este año. Lleva una tasa de éxito récord en este ciclo electoral con más de 150 respaldos que han ganado sus primarias. El Partido Republicano es ya el partido de America First de Trump.
El trabajo de selección que está haciendo Trump durante este tiempo es vital para esbozar esa agenda de Estados Unidos primero e identificar a las personas que están lo suficientemente comprometidas para luchar por ella y formar parte del personal de la próxima Casa Blanca republicana liderada por Trump.
America First se ha convertido así no sólo en una agenda política y una oportunidad para definir lo que significa para el votante promedio, sino que también es ya una plataforma de éxito que los candidatos adoptan libremente para ganar elecciones. Al hacerlo, se están comprometiendo con Trump para ayudar a promulgar esta agenda cuando sean elegidos.
Esta estrategia no es sólo buena para controlar el Partido Republicano, sino que es brillante porque permitirá a Trump y a próximos presidentes republicanos ganar elecciones y enfrentar menos resistencia a la promulgación de leyes y reglamentos tanto a nivel federal como estatal y local.
De esta forma, Trump sienta las bases con una misión guiada por dos principios sencillos y realistas: lo que es beneficioso para los estadounidenses y, de manera más pragmática, lo que realmente se puede lograr. Esto articula America First y el nuevo Partido Republicano de Trump.
A medida que construimos esta agenda política de la mano de Trump, lo primero y más importante es asegurarnos de poner siempre a Estados Unidos primero en el eje de esas políticas y en nuestra toma de decisiones, pero también asegurarnos de que estemos defendiendo políticas que puedan ser efectivas y beneficiosas para los ciudadanos y que puedan implementarse realmente.
Donald Trump entiende más que nunca la necesidad de contar con un grupo de expertos y asesores en políticas de America First capaces de construir la mejor plataforma para competir en las elecciones de 2024 y de integrar ese talento tanto en el Partido Republicano como en su nueva Administración.
En suma, el liderazgo de Trump en el nuevo Partido Republicano es incuestionable y va a más. Su influencia es tan poderosa que sus respaldos o desaprobaciones han llevado al éxito o al fracaso a los candidatos que han competido en las primarias del partido; sus candidatos respaldados ganaron el 94% de sus primarias hasta ahora, y él mismo se sitúa como el favorito en unas hipotéticas primarias para las presidenciales de 2024 con el apoyo de la mayoría de los votantes conservadores y a mucha distancia del siguiente favorito en la lista, Ron DeSantis.
Se entiende que los tradicionales RINOs del establishment republicano, tales como Mitch McConnell, Liz Cheney, Tom Rice, Mitt Romney, Adam Kinzinger, Fred Upton y toda esa banda de anti Trump y anti America First lo odien porque les ha quitado el control del Partido Republicano y lo ha transformado en un partido del pueblo y para el pueblo, no el de las elites, sino el de los trabajadores y los votantes multirraciales e independientes. Así ha consolidado su liderazgo en el Partido Republicano y en la escena política. Donald Trump sigue siendo la mayor fuerza política en Estados Unidos.