El albergue de la sexta felicidad
Hay películas que uno no debería dejar de ver jamás. Una y mil veces. Rebusco en mi catálogo para recomendar una de éstas, y me encuentro con una joya titulada: “El albergue de la sexta felicidad”. Un film maravilloso que cuenta la historia de Gladys Aylward, una misionera británica que cruzó China con un centenar de niños huérfanos ante la inminente invasión japonesa.
La historia engancha desde el principio y de eso se encarga Ingrid Bergman que está absolutamente extraordinaria (como en ella suele ser habitual).
El argumento nos permite conocer a Gladys Aylward (Ingrid Bergman), una joven bondadosa de Gran Bretaña que trabaja como empleada doméstica, y que tiene el deseo de viajar a China para ayudar a la gente más desfavorecida. El hombre para el que trabaja le habla de los señores Lawson, unos misioneros que viven en la pequeña ciudad de Yang Cheng. La señora Lawson va a fundar un albergue en las montañas para dar cobijo a los hambrientos viajeros que transitan esos caminos. De este modo, Gladys emprende su viaje hacia esta remota localidad del norte de China. Una vez allí, empieza a predicar la palabra del Señor entre los huéspedes del albergue, pero desafortunadamente la señora Lawson fallece y Gladys se queda sola y sin apenas hablar el idioma. Al principio, le será difícil entablar relación con los habitantes de la zona pero pronto será respetada y querida por ellos. Los acontecimientos la conducen a conocer al coronel Lin Nan, con quien tendrá que realizar una peligrosa misión antes de que estalle el conflicto entre China y Japón. El objetivo será trasladar a cien niños sin hogar a través de las montañas para llevarles a un lugar seguro.
Se trata de una película con enorme sensibilidad, de corte clásico, bien dirigida e interpretada, con un guion muy bueno e ideas sobre las que reflexionar. Es una adaptación del libro The Small Woman, de Alan Burgess, publicado en 1957, sobre la biografía de Gladys Aylward (1902-1970), hija de un cartero, nacida cerca de Londres en 1902. Un buen día decidió que estaba destinada a predicar el evangelio en Chica, tras asistir a una conferencia de misioneros. Cuando tenía 26 años intentó ingresar en la Misión a China pero no fue aceptada. Entonces oyó hablar de una misionera de 73 años, la señora Jeannie Lawson, que buscaba a una mujer más joven para continuar su trabajo. Le escribió una carta y fue aceptada por la señora Lawson, con la condición de que debía costearse los gastos del viaje de Inglaterra a China. Trabajó duro y ahorró dinero, pero como carecía de fondos suficientes para pagar el precio de la travesía en barco, realizó su viaje en tren en octubre de 1930, una ruta mucho más larga y peligrosa.
Aprendió chino, convirtió al catolicismo a un mandarín, fundó varios orfanatos y, respetada en toda China, acabó siendo conocida como “Ai-weh-deh” que significa la “virtuosa”.
La película se toma algunas licencias con respecto al personaje real, sobre todo en cuanto a su relación con el coronel Linnan. Ya saben, Hollywood.
La pasión de esta misionera, y de Ingrid Bergman al interpretarla, nos deja boquiabiertos y con una sensación de profunda gratitud porque haya personas así.
En cuanto al título del film, en China se desean 5 felicidades: Longevidad, poder, salud, virtud y una muerte dulce. ¿La sexta? Vea la película y lo averiguará.
En suma, una película emotiva que le encantará, créame.
La tienen disponible en DVD para que la vean y la disfruten en el sillón de casa.
Título original: The Inn of the Sixth Happiness
Título en español: El albergue de la sexta felicidad
Director: Mark Robson
Guion: Isobel Lennart (Novela: Alan Burguess)
Música: Malcom Arnold
Fotografía: Freddie Young
Reparto: Ingrid Bergman, Curd Jürgens, Robert Donat, Michael David, Athene Seyler, Ronald Squire, Moultrie Kelsall, Richard Wattis, Peter Chong, Tsai Chin, Edith Sharpe, Joan Young, Lian-Shin Yang, Noel Hood, Burt Kwouk
Productora: Twentieth Century Fox Film Corporation
The Inn of the Sixth Happiness