La Estrategia Nacional Contraterrorista de Trump
La presidencia de Donald Trump genera una cantidad ingente de información que los medios progresistas no están cubriendo adecuadamente. Esto no sólo refleja la desidia y la mala profesionalidad de la prensa actual, un aspecto que se agrava si hablamos de la prensa elaborada por mujeres periodistas de tendencia progre, que caen en una burda manipulación de forma constante. Lo más grave de todo es que ignoran información importante, como la reciente aprobación, a principios de octubre, por parte de la Administración Trump, de la nueva estrategia nacional contraterrorista. Un documento de 25 páginas lleno de propuestas interesantes centradas en el combate del islamismo radical y la acción amenazadora del régimen de los ayatollahs de Irán.
Son dos de los frentes más importantes en la lucha contraterrorista que desarrolla la presidencia de Trump. El alcance no se limita a combatir a los yihadistas, sino que pone el acento también en combatir la ideología islamista radical que está detrás de la radicalización de miles de hombres y mujeres que abrazan el yihadismo.
Trump ya está utilizando esta estrategia, que emplea todas las herramientas del poder de los Estados Unidos, para derrotar a los enemigos del país, en concreto el terrorismo islamista radical, dado que éste representa hoy por hoy la amenaza principal a los intereses de Estados Unidos. El nuevo enfoque de la estrategia nacional admite sin paños calientes que nos encontramos ante una ideología islamista de carácter terrorista, una verdadera lucha ideológica que es preciso derrotar para neutralizar completamente la amenaza terrorista armada.
La estrategia nacional contraterrorista, aprobada por Trump, establece como objetivo socavar la acción de esa ideología para atraer a más adeptos a su causa, dado que sin ese falso atractivo con el que envuelven esa ideología de muerte y destrucción, el terrorismo islamista radical no tiene ninguna base. No sólo las operaciones militares y de inteligencia cobran importancia, sino también una campaña de divulgación rigurosa para exponer la naturaleza destructiva y totalitaria de esta ideología del terror que alimenta los movimientos islamistas radicales violentos, como el EI (Estado Islámico) y Al Qaeda, entre otros.
Asimismo, la estrategia señala a Irán como el Estado patrocinador del terrorismo más importante del planeta, con un apoyo decidido y continuado de grupos militantes en todo Oriente Medio, como el libanés Hizbulá, además de alimentar una extensa red de agentes en todo el mundo que representan una amenaza cierta y real para Estados Unidos.
La estrategia advierte de que Estados Unidos sigue en guerra contra el terrorismo y no es buena idea olvidarlo ni enterrarlo bajo una capa de noticias falsas o eufemismos.
Bajo la presidencia de Trump se han logrado avances sustanciales en la lucha contra el terrorismo, como la derrota total de ISIS, la destrucción de sus santuarios en Irak, Afganistán y Siria; la salida de Estados Unidos del nefasto acuerdo con Irán, que ha permitido volver a combatir al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y sus representantes, que financian actividades terroristas en todo el mundo, y la financiación de programas militares claves para la lucha antiterrorista.
Esta nueva estrategia nacional es importante para contrarrestar las amenazas terroristas cada vez más complejas y en evolución, y plantea algunas de las soluciones más acertadas. De hecho, representa la primera estrategia antiterrorista totalmente articulada desde 2011. Asimismo, nos proporciona la orientación estratégica necesaria para proteger el país y fomenta la agilidad para anticipar, prevenir y responder a las nuevas amenazas terroristas.
Se trata de combatir estas amenazas, que son concretas y reales, a través de un enfoque integral, coordinado y mucho más eficaz, enfocado a obtener resultados. Un enfoque que incluye el objetivo de aislar a los terroristas, proteger la infraestructura estadounidense y luchar contra el reclutamiento de radicales.
Pero, si cabe, los aspectos más importantes de la estrategia nacional son aquellos que permanecen clasificados y los que encierran las verdaderas claves de la victoria definitiva contra la lacra del terrorismo de distinto signo. Es el mayor logro del presidente Trump: no divulgar los aspectos cruciales de la estrategia esencial antiterrorista que ya está en práctica y obteniendo excelentes resultados sin necesidad de tener el foco de la prensa encima.