Es uno de los grandes protagonistas del Super Bowl, el quarterback de los Cardinals, que representa el espíritu americano hecho realidad.
Su historia es de ésas que nacen de la América profunda. Kurt Warner nació el 22 de junio de 1971 en Burlington, Iowa. Su familia vivía en la indigencia y gracias al fútbol americano logró superar las dificultades e ir a la Universidad de Northern Iowa.
Sin embargo, la vida no es fácil en EE.UU para quienes vienen desde abajo. Kurt no fue elegido en el draft y sólo consiguió ser admitido en el campo de entrenamiento de los Green Bay Packers en el verano de 1994, pero le despidieron antes de empezar la temporada. En esa época, mientras pensaba qué hacer con su vida, trabajó como reponedor en el supermercado Cedar Falls Hy-Vee, en la tierra que le vio nacer, en Iowa.
En 1995 fue contratado por los Iowa Barnstormers, de la Arena Football League. Ahí jugó hasta que en 1998 los St. Louis Rams se fijaron en él, lo ficharon y lo enviaron a la NFL Europa, donde destapó su potencial como jugador. Warner consiguió en esa temporada el récord de touchdowns y de yardas de pase en la NFL Europa con los Amsterdam Admirals.
Los Rams le contrataron entonces como quarterback suplente para la temporada de 1999. Trent Green se lesionó en pretemporada y Kurt empezó la competición como titular. Nadie esperaba demasiado de su equipo, pero los Rams se convirtieron en un equipo ganador y espectacular, siempre a la ofensiva.
La revista Sports Illustrated le dedicó su portada del 18 de octubre. «Who is this guy?» titulaban. St Louis ganó la Super Bowl y Warner fue elegido Mejor Jugador de la temporada y de la final.

En 2000 y 2001 Warner siguió brillando. Los Rams seguían siendo «The Greatest Show on Turf» y él volvió a ser elegido Mejor Jugador de la temporada en 2001. Sin embargo, por entonces, en la Super Bowl comenzó la racha victoriosa de los Patriots. Brady, Bellichick, y compañía sorprendieron a todos, ganaron la final y terminaron con la suerte de Warner.
A partir de ahí, las lesiones se cebaron con el jugador, que no fue ni sombra de sí mismo en las dos siguientes temporadas. Los Rams lo despidieron y en la NFL nadie creía que pudiera volver a jugar al máximo nivel. Los New York Giants le ficharon en 2004 para que formara a su quarterback, Eli Manning. Sólo sería el titular unos pocos partidos hasta que Manning estuviera listo.
Kurt Warner aceptó la situación con humildad, las dificultades por las que había pasado en su vida, le habían preparado para superar el bache y no hundirse. Se volcó en su puesto e hizo todo lo posible para que Eli Manning llegar a ser un gran quarterback. Algo que ha conseguido, ya que Manning es actualmente una de las estrellas de la NFL, ganó la Super Bowl de 2007 y fue elegido MVP del partido.
En 2005 Warner llegó a Arizona. Su entrenador, Dennis Green, creyó de nuevo en él y en su talento, y lo hizo titular. Pero el camino a la cima no iba a ser fácil. Las lesiones regresaron y entorpecieron su desempeño en el campo. Todos creyeron que estaba acabado y no volvería a ser titular, así que en 2006 los Cardinals ficharon a Matt Leinart, un quarterback que había batido todos los récords universitarios. A Warner le pidieron que formara al novato y dijera adiós para siempre a la titularidad.
Pero en la vida, y en EE.UU más que en ningún otro sitio, las cosas hay que ganárselas con esfuerzo y trabajo duro. Dos de las características de Warner. De manera que mientras Leinart se entretenía en fiestas de famosos, Kurt siguió trabajando con la disciplina de siempre, como un artesano, peleando duro en los entrenamientos y convenciendo a sus compañeros para adoptar una mentalidad ganadora. Dennis Green tuvo el acierto de verlo y volver a confiar en él como titular.
Lo demás es historia. El peor equipo histórico de la NFL jugará la final XLIII de la Super Bowl este domingo. Warner ha desplegado de nuevo su talento y sus pases marcan la diferencia. El equipo cree en la victoria y tienen la oportunidad de hacer un partido histórico, de los que convierten al fútbol americano en pura épica del deporte.
Que eso se convierta en realidad pasará por la actuación de un hombre humilde que vuelve a lo más alto. Kurt Warner, espíritu americano en estado puro.