La ley No Child Left Behind (Que Ningún Niño Quede Atrás) que impulsó la anterior Administración de George W. Bush, para afrontar el desafío educativo de las minorías, ha arrojado resultados diversos durante estos años de aplicación. Mientras que en la escuela secundaria la brecha en el rendimiento académico entre hispanos y blancos se ha reducido en tantos Estados como en los que han aumentado o permanecido igual, en la educación primaria los resultados han sido más positivos, ya que ha conseguido cerrar esa brecha en casi todos los Estados.
El impulso educativo para seguir integrando a los hispanos debe continuar, y hacerlo en la forma correcta es el reto que se presenta a las autoridades estatales y federales. Algunas de las soluciones pasan por potenciar los estándares de calidad y excelencia, que nos permitan averiguar realmente si los alumnos están aprendiendo en la escuela; aplicar más rigor y nivel de exigencia, no menos, y descentralizar. Asimismo, debemos establecer estándares de calidad a los profesores para descubrir si son efectivos en las clases, si están bien capacitados, si están motivados, si obtienen avances con los alumnos, si están gratificados adecuadamente, etc.

Como bien sabemos y demuestran los estudios realizados en la materia a nivel nacional, un buen profesor frente a un alumno durante más de tres años marca una diferencia importante, pudiendo elevar las calificaciones del niño en 20 puntos.
Una inmensa mayoría de Estados ya se inclina por contemplar una serie de estándares que también midan la efectividad de los profesores.
El fortalecimiento de la enseñanza del inglés como herramienta de éxito académico es vital, ya que permite la plena integración de los estudiantes hispanos, así como la elección de las materias que deberán estudiar para poder acceder con garantías a la Universidad. Sabemos que el 50 por ciento de los estudiantes hispanos se gradúan de high school, pero sólo un 20 por ciento están preparados para la Universidad, de ahí la trascendencia de definir unos estándares de calidad sobre lo que los alumnos deben aprender en la escuela secundaria para ir después a la Universidad.

Además, la participación activa de los padres en la educación de los hijos es uno de los factores esenciales para el éxito académico de los hispanos, y puede contribuir a la plena integración de las familias en sus comunidades.
La educación en este país debe seguir siendo la llave del éxito de los ciudadanos. Para ello los hispanos deben participar activamente del sistema educativo, exigiendo mejoras y respondiendo a los desafíos. Es hora de un esfuerzo común que permita a los hispanos mejorar su educación y el acceso a las oportunidades de este país.
Según los datos del Censo, una cuarta parte de los matriculados en los jardines de infancia en Estados Unidos, formados por menores de 3 a 6 años de edad, son hispanos, lo que pone de relieve una tendencia acelerada que apunta a que los infantes minoritarios de ahora serán una mayoría en el 2023. Los hispanos representan casi una quinta parte de todos los alumnos del sector K-12: desde el jardín de infancia al grado 12 (la mayoría de las escuelas de los Estados del país tienen 12 grados).
Es evidente que el continuo crecimiento de la población hispana y los cambios en la población joven influirán durante años en el debate político sobre educación, empleo, e inmigración. Ofrecer respuestas adaptadas y que garanticen el éxito es una prioridad; respuestas que el movimiento liberal-conservador está en inmejorable disposición de ofrecer a las comunidades.
Los cambios étnicos en la matricula escolar son más evidentes en Estados como Arizona, California y Nevada, que están viendo una gran afluencia de hispanos debido a la inmigración y a una mayor tasa de nacimientos respecto a otros grupos étnicos.

La presencia hispana en la sociedad y en el sistema educativo seguirá creciendo y, en política de educación, necesita de soluciones efectivas, ya que la educación puede y deber ser la herramienta de desarrollo, integración y motivación de los hispanos en Estados Unidos.
Lograr esto requiere reforzar los objetivos que persigan la excelencia educativa, la participación de los padres, los logros y la preparación académica, la asesoría, el compromiso de las comunidades sociales y empresariales, y la responsabilidad ante el acceso a la Universidad.
En este proceso, las autoridades estatales y federales deben estar atentas a las necesidades que se plantean en las comunidades escolares de todo el país, si se desea mejorar realmente la enseñanza básica y universitaria de los hispanos, pero también han de tener mayor protagonismo las iniciativas privadas que permitan mayor pluralidad educativa.

La Dream Act y la ley No Child Left Behind son parte de esos desafíos que se plantean para ayudar a los hispanos en el éxito académico, pero no deben ser los únicos, y no debemos dejarlo todo en manos del gobierno.
Hoy, como siempre, el Sueño Americano pasa por la educación y por aquellas iniciativas de todo tipo que la hagan posible y la acerquen a la gente.

Discursos Presidenciales a los Estudiantes sobre Educación

Pres. Obama National Address to Students

Ronald Reagan speech to students 1

Ronald Reagan speech to students 2

Ronald Reagan speech to students 3

Ronald Reagan speech to students 4

George H.W. Bush 41 pitches education plan in televised classroom speech