La importancia de los árboles es decisiva en los ecosistemas y nos ayuda a controlar también los efectos de la contaminación. Los árboles son vitales para evitar la erosión, entre otros muchos beneficios. Ahora también uno de ellos podría contribuir decisivamente a salvar el mundo. ¿Cómo? Gracias al Kiri, un árbol que se está utilizando en Texas para purificar el suelo que no es fértil y prepararlos para cualquier tipo de cultivo. Además, este árbol absorbe 10 veces más dióxido de carbono que cualquier otro y arroja mucho más oxígeno.
El Kiri es un árbol originario de China y también se le conoce como el árbol Emperatriz o Paulownia tormentosa. Crece a una altura de hasta 27 metros de altura aproximadamente, con troncos de entre 7 y 20 metros de diámetro. Tiene unas hojas grandes, que pueden llegar a los 40 centímetros de ancho, y lo que le hace destacar es su supervivencia ante las inclemencias climáticas. Por ejemplo son capaces de sobrevivir al fuego, dado que pueden regenerar sus raíces y vasos de crecimiento de una forma rápida. Además, también toleran la polución, y no necesitan suelos fértiles, de ahí que el Kiri pueda proveer un buen abono a una tierra que fuera poco fértil. Sus hojas son ricas en nitrógeno, que es un buen abono, sus raíces previenen la erosión, y es un árbol de crecimiento muy rápido. El único inconveniente es que el Kiri no puede crecer si hay otros árboles más altos que le den sombra. Pero a cambio otra ventaja es que es el árbol de crecimiento más rápido del planeta. En ocho años, una semilla de Kiri llega al tamaño de un roble de 40 años. En sólo un año llega a los cuatro metros y medio de altura. Esto es algo formidable que acelera los planes de repoblación.

Texas está liderando un proyecto denominado Kiri Revolution (Revolución Kiri), cuyo objetivo es plantar un millón de Kiris para purificar el suelo y conseguir que recupere sus propiedades y beneficios. Este proyecto está encabezado por Chris Sanders y Brittany Turner, que eligieron al Kiri por sus propiedades fértiles, porque absorbe diez veces más dióxido de carbono que cualquier otro árbol en el mundo, y porque emite grandes cantidades de oxígeno. Todo esto le convierte en el árbol ideal para ser nuestro aliado contra la contaminación y los cambios climáticos.
Con la elección del Kiri, Sanders y Turner pretenden purificar suelos y ríos contaminados de algunas partes de Texas. Como complemento, sus hojas pueden utilizarse para hacer té y sus flores, de rico aroma, atraen a las abejas y generan una miel muy buena.
Por todo ello, muchos consideran al Kiri como el árbol del futuro, pero ya está en franca expansión actualmente y es un gran aliado contra la desertificación y la contaminación. La revolución Kiri no ha hecho más que empezar, y qué quieren que les diga, a mí este tipo de revoluciones son las que más me gustan.