Trump 2024
¿Se presentará Donald Trump a las elecciones presidenciales de 2024? Es la pregunta que todo el mundo se hace y a fecha actual no tiene una respuesta clara. Aunque sí hay indicios que apuntan a que se presentará. En cualquier caso, es una decisión política y personal que todavía no ha tomado. Para hacerlo, Trump está evaluando esta decisión con una lista de verificación de varios factores.
De momento, hay tres factores clave que el presidente Trump tendrá en cuenta al decidir si se embarca en una nueva campaña electoral para recuperar la Casa Blanca en 2024: influencia política, dinero y salud.
El resultado de las elecciones midterm al Congreso en 2022, en las que Trump está muy implicado seleccionando y apoyando candidatos republicanos defensores de su agenda America First, marcará su grado de influencia política a nivel nacional. Su intención es seguir desempeñando un papel destacado en el esfuerzo republicano por recuperar la mayoría tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. De forma específica, además de tener un impacto en las elecciones intermedias, Trump está considerando aquellas primarias republicanas en las que puede ayudar a derrocar a los republicanos que votaron para destituirlo y que son Republicanos Sólo de Nombre (RINOs). Los representantes Adam Kinzinger en Illinois, Anthony González en Ohio, Liz Cheney en Wyoming y la senadora Lisa Murkowski en Alaska encabezan esa lista de candidatos traidores seleccionados para mandarlos al patatal del retiro.
Medir la efectividad de sus esfuerzos en las elecciones midterm será una de las métricas para evaluar antes de una posible carrera electoral en 2024. Pasadas las elecciones de 2022, Trump valorará su capacidad para recuperar la Cámara y el Senado y cuánta influencia suya haya sido determinante. De acuerdo a las tendencias que indican las encuestas, los republicanos parecen bien posicionados para retomar la Cámara de Representantes en 2022. El Senado sigue siendo una incógnita, ya que varios republicanos prominentes se retiran al final de este período, y varios de los otros titulares están listos para la reelección. Es un escenario que irá aclarándose el próximo año. Lo que es seguro es que las elecciones de 2022 arrojarán luz sobre cómo se comportan los votantes republicanos en un panorama en el que Trump ya no está en la Casa Blanca. Esto dará al equipo de estrategia de Trump una mejor comprensión de sus perspectivas para el 2024 y ayudará a tomar una decisión.
El segundo factor determinante es el dinero. Trump valorará las cifras de recaudación de fondos en los próximos cuatro años que logren su nuevo súper PAC, Make America Great Again Action, y el PAC Save America, que ha recaudado decenas de millones de dólares desde diciembre pasado. El estado de las finanzas para 2024 será crucial en la posible nueva aventura electoral.
El tercer factor que Trump valorará es la salud. Trump cumplirá 75 años el 14 de junio próximo y tendrá 78 en 2024. A priori, no es ningún impedimento. Trump se encuentra en una forma física y mental excelente, mucho mejor que Biden en ambos aspectos. Consciente de que la salud es importante para aguantar una intensa campaña electoral y una presidencia activa, Trump está siguiendo un plan de cuidado físico que ya deja notar sus resultados: menos kilos, mejor aspecto, más agilidad mental y física, y un estilo de vida más saludable.
Estos tres factores benefician por ahora las expectativas de Trump, pero dado que afrontamos un ciclo electoral largo, todavía tiene tiempo para tomar una decisión que, sin duda, marcará el futuro de Estados Unidos.
Hay otros factores en la ecuación que juegan a favor de Trump. Por ejemplo, los nuevos datos de la firma de análisis progresista Catalist (que no pueden ser tachados de estar manipulados precisamente ni de ser sesgados) muestran que la mayoría del apoyo de Trump en las elecciones de 2020 provino de minorías y mujeres. ¡Oh, sorpresa para los desnortados anti Trump! Así, el apoyo a Trump creció al 57,2% en 2020 desde el 54,8% en 2016. De acuerdo a los datos, Trump avanzó entre todas las minorías en las elecciones, excepto entre los hombres blancos, donde ya tiene una base muy consolidada de ciudadanos sensatos e inteligentes que lo votan. Los datos muestran un aumento de siete puntos entre las mujeres no blancas y un aumento de cuatro puntos entre los hombres no blancos. Otra sorpresa para la izquierda. Las minorías apoyan cada vez más a Trump porque lo ven como el que realmente trabaja para las clases medias y trabajadoras. Es una tendencia alza que podría ser decisiva en las elecciones de 2024.
Junto con los aumentos masivos en la participación de votantes, la participación de los hispanos en su conjunto se inclinó hacia Trump en 8 puntos en 2020 en comparación con 2016, aunque Biden-Harris aún disfrutaban de un apoyo mayoritario (61%) entre este grupo. Un apoyo que va menguando a medida que se ven los desastres de sus políticas y el nulo liderazgo que ejercen.
El dato está ahí, es real y beneficia a Trump: en 2020, la mayoría de sus votantes eran mujeres y negros. Las mujeres y los negros constituyen precisamente una proporción cada vez mayor de los votantes republicanos. Los datos de Catalist animan a Trump: recibió el 12% del voto negro en 2020, mientras que en 2016 ese porcentaje fue del 8%. Es otra tendencia al alza pese a toda la mierda infundada que los medios arrojan contra Trump.
Mientras llega el momento de tomar una decisión, el presidente Trump sigue muy activo. Estas pasadas semanas se reunió con el republicano Newt Gingrich, el ex speaker de la Cámara de Representantes durante la presidencia de Bill Clinton, su jefe de gabinete Mark Meadows y el senador republicano Lindsey Graham, para comenzar a elaborar un documento de política, un nuevo Contrato con Estados Unidos.
Con el objetivo de recuperar la Cámara de Representantes y el Senado en las elecciones de mitad de período de 2022, Donald Trump ha comenzado a elaborar esta minuciosa agenda política que describe su doctrina MAGA para el Partido Republicano. Su modelo es el «Contrato con Estados Unidos» de 1994, de Newt Gingrich; una agenda legislativa publicada antes de las elecciones de mitad de período en medio del primer período del presidente Bill Clinton. Y como para hacer las cosas bien hay que contar con los mejores, Trump se ha asociado con Newt Gingrich, el arquitecto principal de aquel Contrato que elaboró junto al ex congresista Dick Armey, para empezar a redactar un nuevo Contrato que será cien por cien MAGA. El enfoque político primará el concepto America First en todo, desde el comercio, pasando por el trabajo, hasta la inmigración.
Este documento es una prioridad política para 2022 y 2024, que permitirá a Trump mover intelectualmente al Partido Republicano en la dirección que él desea. Será una brújula en positivo que incluirá conceptos conservadores esenciales como la elección de la escuela, defensa de la Segunda Enmienda, enseñanza de la auténtica historia estadounidense, abolición del ‘Proyecto 1619’, eliminación de la teoría crítica de la raza, libertad de expresión, etc.
Al «Contrato con Estados Unidos» original se le atribuyó el mérito de ayudar a los republicanos a obtener su primera mayoría en cuatro décadas después de que el partido obtuviera 52 escaños en 1994 en la Cámara y nueve escaños de ganancia en el Senado.
Los republicanos lo han utilizado como un modelo a seguir en las elecciones desde entonces. En 2010, los llamados republicanos «Young Guns», liderados por los representantes Eric Cantor, Paul Ryan y Kevin McCarthy presentaron una versión mucho más larga del contrato de Gingrich con una publicación de 224 páginas que describe los objetivos políticos antes de las elecciones de mitad de período. Y Graham, quien fue uno de los signatarios del Contrato cuando se postuló por primera vez para un escaño en la Cámara de Representantes en 1994, ha abogado con frecuencia para que los republicanos adopten declaraciones de estilo contractual para unificar el partido durante los años electorales.
El «Contrato con Estados Unidos» de 1994 presentó 10 proyectos de ley de reforma del gobierno que los republicanos planeaban presentar en el Congreso centrados en la reforma de la asistencia social, la reforma del agravio y los impuestos.
Trump recuperará esta agenda y añadirá nuevos temas: desregulación, inmigración, infraestructura, comercio, apoyo a los pequeños y medianos empresarios…
Trump comprende el valor de contar con una sólida plataforma política. Ya durante el mes anterior de su elección de 2016, su campaña dio a conocer su propia versión del contrato de Gingrich, el «Contrato con el votante estadounidense», en el que Trump se comprometió a adoptar 28 acciones en sus primeros 100 días de mandato. Acciones que cumplió de sobra.
Pese a que los medios progres tratan de dividir a los conservadores con mensajes divisivos, la realidad es que el Partido Republicano respalda sólidamente a Trump y que hay un verdadero movimiento de ciudadanos en todo el país en torno a las políticas MAGA de Trump porque los políticos tradicionales les han fallado.
En suma, Donald Trump sigue siendo el líder sólido y solvente que Estados Unidos necesita, quien defiende firmemente los principios que importan, cumple sus promesas, y antepone los intereses del país a todo lo demás.