Presidente y Vicepresidente
Los plazos de tiempo van cubriendo sus etapas de forma imparable y nos quedan dos grandes noticias en este verano. La elección del candidato a vicepresidente por Mitt Romney y la Convención Nacional Republicana, que se celebrará en el Tampa Bay Times Forum, en
Tampa, Florida, a finales de agosto.
Durante las últimas semanas hay un puñado de nombres que han acaparado la atención de la prensa y los analistas políticos. Son los posibles candidatos que acompañarán a Romney en el ticket electoral para las presidenciales más igualadas de los últimos tiempos. El candidato presidencial republicano está teniendo en cuenta una serie de factores a la hora de elegir a su vicepresidente. Desde los círculos cercanos, con Bob White, Ed Gillespie, Beth Myers, Eric Fehrnstrom, Peter Flaherty, Matt Rhoades, Stuart Stevens y Russ Schriefer, entre otros, se le está aconsejando también acerca del perfil más idóneo. Por eso están sobre la mesa nombres como los de Tim Pawlenty, Kelly Ayotte, Bobby Jindal, Rick Santorum, Condoleeza Rice, Rob Portman, Marco Rubio, John Thune, Michelle Bachman….
Sea cual sea la elección definitiva el ticket republicano deberá combinar sus cualidades con más habilidad que nunca para derrotar a Obama en las urnas en noviembre. De la larga lista de condiciones imprescindibles para lograr que el Partido Republicano alcance la Casa Blanca, van a ser decisivas las que demuestren que el ticket electoral tiene un claro perfil conservador social, que permita al electorado ver con claridad una postura firme a favor de la vida y contra el aborto; esto conectaría con las bases conservadoras sociales del partido y de gran parte de la sociedad estadounidense; más que nunca Romney y su candidato a vicepresidente deberán afrontar sin miedo los temas sociales más controvertidos, este año es de los que este tipo de debates puede ayudar a ganar al GOP, sin olvidarnos de la economía, que va a ser clave.
La importancia del vicepresidente, si ser demasiada, puede ser crucial si logra, con su perfil político, sacar un par de puntos de ventaja a los demócratas en swing states (estados bisagras), con lo que contribuiría a una victoria en esta elección tan apretada; Romney y su compañero de ticket deberán hacerse con esa masa social que tiende a moverse de un candidato a otro precisamente en estados claves, en los swing states, porque son ellos los que decidirán la elección en noviembre; el vicepresidente puede ayuda a conseguir el objetivo si se perfila como determinante en alguno de estos estados (Florida, Ohio, Pennsylvania…..).
Romney está sacando provecho de su experiencia como Gobernador pero alejado de los tejemanejes políticos de Washington DC; si completa su ticket con un perfil de alguien de la América profunda y real, con experiencia ejecutiva como él, ganará muchos puntos. Se ha hablado y escrito mucho sobre la candidatura de Condoleeza Rice, que aunque extraordinaria en muchos aspectos le puede perjudicar al traer a la actualidad el recuerdo de la Administración Bush y los ataques fáciles y demagógicos de los demócratas; sin embargo el tiempo ha puesto las cosas en perspectiva y el recuerdo de Bush puede resultar más positivo de lo que se cree; no obstante, estamos en otra etapa política y el ticket republicano debería evitar cualquier conexión. Un vicepresidente como Ayotte, Rubio, Bachman o Portman pueden tener un horizonte de crecimiento futuro mucho mayor.
Romney y su elegido deberán demostrar gran experiencia y solvencia no sólo en la oficina y los asuntos de estado sino también como comunicadores frente a los medios y la prensa; algo que resultará vital; a su vicepresidente no se le pedirán grandes cosas, pero dos de ellas son que no abra nuevos frentes de ataque a los rivales que puedan perjudicar a Romney, algo que se le exigirá durante el resto de lo que queda de campaña presidencial, que es lo más duro y complicado, y que logre entusiasmar a las bases del partido y a esa parte de la población norteamericana que se puede movilizar a favor de los republicanos; Romney no es que haga esto especialmente de forma apasionada, otras sí, de manera que aquí el candidato a vicepresidente tendrá mucho trabajo por hacer.
Hasta noviembre el tándem republicano deberá demostrarse lealtad absoluta si desea ganarse la confianza de los electores. Deben empezar por ellos dos, ser un equipo que compense sus virtudes y carencias, que compitan de forma equilibrada. Si cumplen este breve decálogo, junto con una acertada estrategia, podrán enfocar la recta final de la campaña con altas probabilidades de triunfo. Mitt Romney es hoy un adversario formidable y peligroso para Obama, tal y como anticipaba en este website hace tiempo, muy capaz de llevarse la presidencia. No es algo fácil, de hecho, será duro y difícil, pero es posible. Y eso en Estados Unidos abre las puertas a cualquier opción.
De momento la cuenta atrás para la Convención Nacional Republicaba ya está en marcha y de ahí saldrá el ticket electoral que podría revolucionar el país entero.
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