Las decisiones de Trump
El presidente de los Estados Unidos es Donald Trump. La gente lo eligió democráticamente para tomar una serie de decisiones que el país necesitaba con urgencia. Algo tan simple y lógico es olvidado por los medios de comunicación progres, el establishment, el Congreso y la izquierda idiotizada de todas partes.
Trump, que es un presidente fuerte y al que resbalan las críticas sin fundamento o que buscan un interés político, está tomando las decisiones correctas para las que fue elegido. Decisiones como la salida de tropas de Siria y Afganistán son las correctas porque en modo alguno significa que se deje de combatir a los yihadistas o los Taliban cuando sea necesario hacerlo. Los relevos en el gabinete y la Administración como signo de vigor en la implementación de la agenda MAGA y el cumplimiento de promesas. O el cierre del gobierno forzado por los irresponsables demócratas al escatimar fondos para el muro y la seguridad en la frontera sur cuando gastan a manos llenas en otros asuntos menos importantes.
Trump está ejerciendo el poder ejecutivo con auténtico sentido presidencial, tomando las decisiones que realmente interesan al país y a los ciudadanos, y no al establishment o al Estado Profundo, podrido de corrupción e intereses particulares.
Esto lo entiende muy bien el votante de la calle y, sobre todo, el votante de Trump, que lo respalda y está con el presidente en esta época navideña de 2018 que está marcando un punto de inflexión decisivo en la presidencia.
La Casa Blanca vive una actividad inusitada en estos días, con llamadas constantes, reuniones de alto nivel y negociaciones duras como no se han visto aquí desde hace muchos años.
La capacidad negociadora del presidente Trump y de su equipo de colaboradores más cercano es enorme y está en el camino para conseguir acuerdos muy importantes que van a beneficiar al país y a los ciudadanos.
En este fin de año y a punto de comenzar 2019, Trump afronta momentos decisivos y lo está haciendo tal y como hizo la campaña electoral: a su manera, con personalidad, con fortaleza, con convicción en lo que cree que es correcto (que además lo es), con una estrategia ganadora que le va a permitir cubrir los dos próximos años con un importante rédito electoral y político. Que nadie se llame a engaño. Trump va a sobrevivir a esta feroz campaña en su contra de la prensa progre mentirosa y de los enemigos políticos que desean tumbarlo en su propio beneficio electoral.
Trump no está solo en esta batalla, cuenta con aliados que lo respaldamos sin fisuras y lo ayudamos a ganar. No por fanatismo ideológico, sino porque hacerlo va en beneficio de este país y de la mayoría de los ciudadanos.
El presidente sigue siendo la voz del pueblo, en estos momentos más que nunca. Porque es el pueblo estadounidense el que clama porque haya más seguridad en la frontera y que las intervenciones militares en el exterior sean más inteligentes y precisas, más acordes a los intereses reales del país y no de otros, con un gabinete que funcione de verdad, que respalde al presidente en sus decisiones y contribuya a un mejor gobierno para el pueblo y no para el establishment.
Trump ganó contra los medios progres y con el apoyo del pueblo. Y así es como va a ganar también esta batalla y superar este punto crítico de la presidencia: con el respaldo de sus votantes leales, sus colaboradores más cercanos e incorruptibles a cualquier tipo de interés e influencia, y con una determinación a prueba de bombas y de noticias falsas de la prensa progre y sus adláteres. Con el presidente Trump afianzado en el Despacho Oval, afrontamos el Nuevo Año 2019 con la ilusión de ganar un futuro mejor para los Estados Unidos.