Los aniversarios nos sirven a menudo para recuperar a los grandes maestros y personalidades que han dejado su huella en la Historia. En 2009 se celebró el bicentenario de Edgar Allan Poe, (Boston 19 de Enero de 1809 – Baltimore 7 Octubre de 1849), el escritor estadounidense que revolucionó la literatura con sus cuentos, ensayos, poesías y su única novela: “La narración de Arthur Gordon Pym”.
El ejemplo de Poe es la perseverancia de querer ser escritor frente a todos los obstáculos, un objetivo difícil en una época en la que estaba mal vista esta profesión, y que consiguió además trabajando el relato corto, una especialidad muy difícil. Narraciones como «El Gato negro”, “El corazón delator”, “El entierro prematuro”, “El pozo y el péndulo”, “La caída de la casa Usher”, «Las campanas», «El durmiente»,
«Lenore», o «Annabel Lee», «El escarabajo de oro», «Los crímenes de la calle Morgue», «El misterio de Marie Rogêt», «La carta robada» o «El barril del amontillado», son muestras de su talento y de los que aún hoy se puede aprender.

Su influencia ha alcanzado a numerosos escritores hasta nuestros días y su estilo literario ha sido y es fuente de inspiración. Poe fue el maestro del género de terror, además de precursor del cuento moderno, la novela policíaca y la ciencia-ficción. Sus relatos de terror le llevaron a la cumbre y fueron los que le han permitido pasar a la Historia. Poe supuso un terremoto en las letras norteamericanas y su popularidad alcanzó también a Europa, fue capaz de innovar con su prosa poética y adentrarnos en el mundo del terror desde los hechos cotidianos, quitando la máscara a personajes normales para enseñarnos el mal en estado puro.

El final del Poe, a los 40 años, estuvo a la altura de sus oscuros relatos, murió en las calles de Baltimore y el diagnóstico de los médicos nunca se aclaró, e incluso se extravió. Las dudas han persistido: un ataque cardíaco, epilepsia…¿quién sabe? El misterio ha perseguido al escritor del misterio.
200 años después las obras de Poe siguen vigentes y nos muestran un camino de genialidad en la creación literaria. Es de esos autores que conviene recuperar y releer, descubrir, disfrutar, padalear…entrever en el misterio de cada palabra que escribió.