Rescate en Somalia
El rescate del capitán Richard Phillips, del “Maersk Alabama”, el pasado domingo, día 12, ha marcado un punto de inflexión en el conflicto abierto en el Golfo de Adén, donde actúan los piratas somalíes, entre los que se encuentran infiltrados yihadistas de Al Qaeda, como ya informé detalladamente en el artículo “Somalia: en el ojo del huracán”, disponible en esta web.
La rápida y brillante intervención de comandos SEALS, de la U.S Navy, para liberar al capitán Phillips, ha sido la contundente respuesta de la Administración Obama al chantaje terrorista y el secuestro de los piratas. No es un tema anecdótico, como pudiera pensar el neófito en estos temas, porque con este rescate Estados Unidos ha lanzado un mensaje muy claro: no tolerará impunemente el ataque a sus fuerzas, navíos y ciudadanos en la zona.
Para quienes defendemos desde hace tiempo colocar Somalia en el punto de mira para intervenir más abiertamente de lo que se ha hecho hasta ahora, incluidos bombardeos estratégicos sobre bases de Al Shabaab y de los piratas, junto con más operaciones de comando, patrulla y vigilancia, la decisión del presidente Obama de rescatar al capitán Phillips y colocar Somalia entre sus prioridades de política exterior, como él mismo ha declarado, es un acierto pleno y el camino correcto.
Es evidente que sólo una mayor implicación norteamericana en la zona permitirá acabar con la amenaza que representan los piratas somalíes y los yihadistas de Al Qaeda que operan entre ellos. Un problema que no debe ser desatendido, a riesgo de que se convierta en más peligroso de lo que ya es.
Para ello Estados Unidos debe seguir implicado en la zona, ya que es el único que puede llevar seguridad a la región de una forma efectiva, estable, y general.