Leones en peligro de extinción
Una de las experiencias más poderosas que se tienen oportunidad de sentir es el rugido del león y su presencia en la sabana africana. Una experiencia estimulante que te conecta con la naturaleza de una forma directa e indescriptible. Ahora, ese rugido animal podría callar para siempre si no hacemos algo para remediar la extinción de los leones.
La estupidez y la codicia humanas han puesto al rey de la selva al borde de la extinción. De acuerdo a un reciente estudio de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, coordinado por el Dr. Phillip Henschel y publicado por la revista Biodiversity and Conservation, este felino ha perdido hasta el 75 por ciento de su hábitat natural. Se dice pronto la barbaridad que se está cometiendo con el león. Atención al dato. Hace 50 años, casi cien mil leones vivían en el continente africano. En los últimos años, la población humana ha llegado a la sabana para asentar sus posaderas, afincarse y urbanizar a diestro y siniestro. Esto ha provocado la reducción del espacio de tierra que tienen los leones para vivir y lo ha fragmentado.
La investigación de Duke, a través de fotos vía satélite, determinó la cantidad de tierra disponible para los leones salvajes en donde existe un impacto mínimo del crecimiento humano. Se identificaron 67 zonas aisladas y se estimó que sólo 15 de éstas podían mantener una población mínima de 500 felinos. Desde el último estudio de 2002, cinco países han perdido sus leones, sólo nueve tienen al menos mil, mientras que Tanzania conserva más del 40 por ciento de esta especie en el continente africano.
Más cifras, para que veamos el despropósito de gestión que se está haciendo con los leones. La organización LionAid, del Reino Unido, que se dedica al estudio y conservación de estos felinos, señala que de los 49 países del continente africano, en 25 ha desaparecido y en otros 10 se encuentra virtualmente extinto: Argelia, Burundi, Costa de Marfil, Djibouti, Egipto, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Gabón, Gambia, Ghana, Guinea Bissau, Lesotho, Liberia, Libia, Mauritania, Marruecos, Níger, Sudán del Norte, República del Congo, Sierra Leona, Swazilandia, Ruanda, Togo, Túnez y Sahara Occidental. En el centro y el oeste del continente la situación es dramática, ya que se calcula que quedan unos 645 ejemplares, mientras que en el sur y el este todavía existen cerca de 15.000.
Los planes de protección deberían acelerarse en el oeste de África, dado que en esta zona están especialmente desprotegidos, puesto que la región se caracteriza por un alto nivel de pobreza y falta de interés político en conservar la especie. Además, son zonas que arrastran numerosos problemas de todo tipo y tienen un turismo muy poco desarrollado.
Otras causas que integran la larga lista de razones por las que se ha producido la caída de población de leones, incluidas también la pérdida de hábitats, son la destrucción de las presas naturales debido a la excavación para viviendas y al comercio de carne de caza; los conflictos humanos, de ganado, de predadores; las guerras; el impacto de enfermedades como la tuberculosis bovina, el virus de inmunodeficiencia felina y el moquillo; el tráfico ilegal de extractos de león y ejemplares vivos, e incluso una excesiva caza deportiva. Razones que han empujado a la especie al borde de la extinción en amplias regiones africanas. Si la situación persiste sin cambios drásticos, los leones podrían extinguirse dentro de cinco años, sobre todo en las zonas más aisladas y pequeñas.
A estos peligros se ha unido otra tendencia reciente. Por ejemplo, se ha puesto de moda en algunos países, como Sudáfrica, criar leones exclusivamente para la caza deportiva y turística. De esta manera se cazan 600 leones al año para trofeos, lo que causa un declive imparable en las manadas, que están organizadas según un esquema familiar. Así, cuando matas a un león, toda la manada se resiente. El daño que se está haciendo es gigantesco, como sólo los descerebrados humanos pueden hacerlo.
Sólo el esfuerzo y el trabajo de organizaciones conservacionistas como Phantera.org y LionAid hacen dignos y encomiables esfuerzos científicos, financieros y estratégicos para detener esta rápida depredación de la especie, así como personas concienciadas con los leones como la pareja Dereck y Beverly Joubert, quienes llevan casi 30 años investigando el comportamiento de estos felinos para National Geographic y quienes promueven la iniciativa Big Cats, que propone que se prohíba la caza de leones y tigres para diferentes fines. Ellos sostienen, por ejemplo, que bastarían con 50 millones de dólares para salvar al león, el gran icono de África y de su fauna salvaje.
Debemos entender y divulgar que salvar al león implica en realidad rescatar muchas otras especies del ecosistema africano e incluso los parques naturales y a los propios africanos, que tienen en este gran felino uno de sus grandes tesoros y motor de riqueza. No podemos olvidar que el gran reclamo de los safaris fotográficos son precisamente los leones. Si se extinguieran, el turismo desaparecería y con él toda la riqueza que genera y las oportunidades para una población local que no tiene muchas más. La idea es simple: todos quieren ir a África y a sus reservas naturales para ver leones, pero debe haberlos y en abundancia si queremos mantener ese turismo respetuoso.
Salvar al león significa salvar África y salvar una especie imprescindible en los ecosistemas africanos.