Hay muchos factores que influyen en la felicidad de las personas, casi ninguno de ellos tiene que ver con el dinero o los bienes materiales sino con detalles emocionales, de cariño y afecto, de amistad, convivencia con animales, o momentos que se convierten en especiales y perduran en el recuerdo y cuestiones de carácter espiritual o afectiva.
También cierta alimentación puede proporcionar la felicidad. Se trata de comidas que ponen en marcha sustancias que tienen efectos positivos en nuestro estado de ánimo. Esto ha dado paso a todo un movimiento muy importante en EE. UU denominado mood food, que propugna una dieta que permita lograr gente más alegre y, en consecuencia, una sociedad y un mundo más felices.
De esta forma, la alimentación se convierte en un medio más para alcanzar la felicidad; para ello se deben seleccionar muy bien los ingredientes adecuados. Gracias a los estudios realizados de los componentes de los alimentos, se ha podido determinar cuáles inducen al ser humano a un estado de buen humor, que además es clave para la salud. Ya hacia mediados de los años ochenta, científicos del Instituto Tecnológico de Massachussets (USA) demostraron que un puñado de cerezas es mejor que cualquier medicamento antidepresivo por sus nutrientes.

Una de las ventajas de esta alimentación para lograr la felicidad es que es una dieta que todo el mundo puede seguir, salvo que se tenga alguna intolerancia o alergia alimentaria a un alimento concreto, que puede sustituirse por otro del amplio abanico disponible.
Investigaciones recientes han probado que determinados alimentos no sólo proporcionan esa alegría de vivir tan necesaria, vigor físico, paz de espíritu, o mayor rendimiento intelectual, sino que también influyen en el estado de ánimo, controlan la ansiedad y el estrés, evitan la melancolía y alejan el peligro de la depresión. Es lo que se conoce como la cocina de la felicidad. El mecanismo es sencillo: algunos ingredientes de estos alimentos activan neurotransmisores como la serotonina, que incrementa los niveles de tolerancia al dolor, reduce la irritabilidad y mejora la cantidad y calidad del sueño; las endorfinas, la dopamina y la noradrenalina también tienen efectos positivos en nuestro estado de ánimo. En el lado opuesto están las catecolaminas, presentes en excitantes como el té, el café, los destilados, las carnes rojas o los quesos muy curados que, aunque inducen a la excitación, también se asocian al nerviosismo.
Entre los nutrientes y principios activos que promueven la felicidad está el triptófano, la teobromina -que se encuentra solo en el guaraná y el chocolate-, la fenilalanina, la tirosina, las vitaminas del grupo B, la C, hidratos de carbono, ácidos grasos Omega 3, magnesio, hierro, fósforo, selenio, litio, zinc y capsaicina. Este componente activo de los chiles aminora la sensación de dolor por lo que los chiles son alimentos de felicidad.

Otros ingredientes destacados se encuentran en el aceite de oliva, aguacate, ajo, albaricoques secos, almejas, legumbres (en especial los garbanzos), arroz y cereales integrales, frutos secos como nueces y almendras, y frutas como plátano, piña, fresa y manzana. También encontramos ingredientes de la felicidad en el bacalao, sardina, caballa, berberechos, marisco, hígado de ternera, lechuga, brécol, espinacas, champiñones, jamón, levadura de cerveza, carnes magras que no sean rojas, dátiles, miel, chiles y guindillas, y, por supuesto, en el chocolate negro. Es muy importante consumir estos alimentos en temporada, cuando están plenos de sabor y de nutrientes.
Recuerde, alimentos para la felicidad. Ingredientes naturales en cada estación para una vida más equilibrada y feliz.