Cantábrico. Los dominios del oso pardo
Todavía hay trabajos cinematográficos que priman una visión sobre la naturaleza y nos ofrecen las maravillas del mundo animal. El director de cine de naturaleza Joaquín Gutiérrez Acha nos presenta en su último film, «Cantábrico. Los dominios del oso pardo», el lado más salvaje y hermoso de la cordillera Cantábrica, 400 kilómetros de territorio de naturaleza indómita, donde lobos, osos y urogallos cohabitan cerca del hombre. El largometraje recorre Cantabria, Galicia, Asturias y Castilla y León, y sus parajes inhóspitos y maravillosos, que tienen la particularidad de estar muy cerca de los ciudadanos. Una oportunidad de visitarlos que enriquece a cualquiera. Durante cien minutos, el film, que llega a las carteleras españolas el 31 de marzo, muestra la vida en la Cordillera Cantábrica bajo el prisma de las cuatro estaciones, que son el hilo conductor y que están muy diferenciadas, con los animales como actores principales o secundarios, que escenifican su propia historia al aparecer y desaparecer en función de cada estación.
Para dar grandeza a este mosaico de animales salvajes, Gutiérrez Acha se ha servido de la orografía de la cordillera: una muralla paralela a la costa del Cantábrico convertida en escenario perfecto por sus cañones y bosques y donde se extiende una amplia vegetación producto de las lluvias y la influencia del mar. Es indudable que con “Cantábrico” se han conseguido escenas maravillosas, difíciles de ver en el cine, por ejemplo: el ataque de una manada de lobos a un ciervo, el cortejo de siete machos de urogallos a un grupo de hembras, una osa amamantando a sus crías y la caza del gato montés, entre otras. Una secuencia de imágenes asombrosas.
Para rodar el film se han empleado desde cámaras infrarrojas, que permiten grabar en condiciones de total oscuridad, hasta cámaras de ultra alta velocidad, capaces de trabajar a más de 1.500 fotogramas por segundo para ralentizar movimientos inapreciables para el ojo humano. Además, se ha utilizado la técnica del “time lapse”, un sistema que muestra, en pocos segundos, acciones que duran días, como el nacimiento de setas en el bosque otoñal o los movimientos de una planta carnívora.
Para grabar áreas de rebecos corriendo por el cortado nevado de la cordillera, se han utilizado helicópteros dotados de estabilizadores y objetivos muy largos mientras que para filmar el interior de los bosques y el curso de los ríos se usaron drones con cámaras de alta resolución acoplados a ellos. Alta tecnología para mostrarnos la naturaleza en toda su dimensión.
Los sonidos naturales también han sido muy cuidados de la mano de Carlos de Hita (al igual que la narración) y la música a cargo de Santi Vega, interpretada por la Orquesta de Praga, y que son un complemento perfecto para los paisajes de la película. De esta forma los espectadores podemos sentir cada estación plenamente.
«Cantábrico. Los dominios del oso pardo» es una apuesta de calidad por los documentales de naturaleza, y que contribuye al turismo ecológico y el desarrollo sostenible, poniendo en valor los paisajes y la fauna que hay en la cordillera cantábrica.