El éxito de MAGAnomics (II)
• Reforma del bienestar. Otro tema importante. El crecimiento económico también depende del tamaño de la fuerza de trabajo. Por ejemplo, aunque la mano de obra está envejeciendo, es evidente para todos que hay muchísimas personas que podrían estar trabajando pero en vez de eso se quedan en casa tocando la gaita (es un decir). Necesitamos con urgencia que vuelvan al trabajo, que hay mucho y para todas las edades. MAGAnomics está creando oportunidades de empleo para esa gente también. Nuestro sistema de bienestar desincentiva muy a menudo que las personas busquen trabajo. Trump va a cambiar eso creando nuevos empleos para todos que dignificarán a las personas. Para hacerlo se reformará la asistencia social, de modo que se garantice que ayude a quienes realmente la necesitan, pero no anime a las personas a quedarse en casa sin trabajar, que es la ruina del país y de un estado de bienestar sano.
• Estrategia de energía. La estrategia energética del presidente Trump es inteligente, realista y amplía el potencial de crecimiento de la economía basado en fuentes propias. O sea, independencia energética. También devuelve a los mineros a trabajar, cierto. Pero tengamos en cuenta este detalle: una energía más barata, más limpia y más abundante también aumenta la inversión y el empleo en docenas de industrias, desde productos químicos hasta automóviles. Se aseguran suministros fiables y a precios estables. Se potencia la inversión en nuevas industrias y tecnologías menos contaminantes también porque hay más capital en circulación. El plan de energía de Trump reduce la incertidumbre, especialmente en el sector manufacturero, bajando los riesgos que se asocian con la construcción de nuevas fábricas y la contratación de más trabajadores estadounidenses. Por citar sólo algunas de las principales ventajas, que hay muchas más, como la creación de empleo en este sector (más de 40.000 sólo en noviembre).
• Reconstruir la infraestructura de Estados Unidos. El plan de Trump para reconstruir la infraestructura de los Estados Unidos creará oportunidades de empleo inmediatas para millones de personas con la consiguiente creación de riqueza y de nuevas clases medias. Más importante todavía: impulsará la productividad a largo plazo de la industria estadounidense. Algo que es vital. La reconstrucción de carreteras, puentes, aeropuertos y puertos pagará beneficios de todo tipo ahora y en el futuro.
• Comercio justo para Estados Unidos. Trump tiene razón al afirmar que el mundo abusa de Estados Unidos con frecuencia en el comercio internacional. Ha sido el primer presidente en denunciar esto con valentía y tomar medidas para cambiarlo. Garantizar que otras naciones no socaven la economía estadounidense gravando indebidamente nuestros productos, mediante el dumping aquí o robando nuestra propiedad intelectual, es esencial para nuestro futuro económico. Al revisar los acuerdos comerciales internacionales y renegociarlos para impulsar un comercio libre pero más justo, Trump acierta de pleno.
• Restricción del gasto gubernamental. Capítulo peliagudo. Cuando el gobierno gasta mucho, quita dinero a la inversión privada. Y la inversión privada siempre asigna capital de forma más eficiente que el gobierno. Esto siempre ha sido así. El gobierno derrocha, cuanto menos dinero tenga para gastar, mejor para los ciudadanos. Se continuará financiando funciones básicas del gobierno, incluida una red de seguridad social que brinde a las personas la tranquilidad de saber que no se les pasará por alto al mismo tiempo que las alienta a estar más dispuestos a correr riesgos. Pero MAGAnomics vigila cada dólar para minimizar el desperdicio y derroche en el que los gobiernos y burócratas suelen caer. Es decir, se pretende que el gobierno se financie únicamente con lo que se necesita para funcionar bien. Eso de robar mediante impuestos, no va con Trump.
En suma, MAGAnomics es bueno para el país y para los estadounidenses. Ya está rindiendo frutos y beneficios. Es especialmente bueno y positivo para los trabajadores, los ahorradores, las clases medias y las empresas que desean innovar y trabajar duro. Trump es un presidente que sabe que la grandeza de América no viene de impuestos más altos, regulaciones innecesarias o programas de bienestar rotos que rompen más la sociedad y las ciudades. Trump sabe que el verdadero progreso y prosperidad no lo crea el gobierno en absoluto. Lo crean los ciudadanos, los trabajadores, los hombres y mujeres que se levantan para trabajar duro y luchan por su país.
La agenda de Trump pasa por MAGAnomics, y ésta ya está funcionando. La mejor noticia que podíamos tener. Debería ser portada de todos los medios. MAGAnomics ha establecido el escenario para la mayor reactivación de la economía estadounidense en décadas, justo desde principios de los años ochenta. Vamos a recordar y a vivir lo que significa una gran América. Y esto es lo que está impulsando el éxito de Trump y su nuevo milagro económico. Se llama MAGAnomics. O lo que es lo mismo: reforma tributaria, responsabilidad reglamentaria, dominio de la energía, reforma del bienestar, la infraestructura, las políticas comerciales, el comercio y la restricción del gasto. Toda esta política está diseñada para un fin común, que es un crecimiento económico sostenido de más del 3% en Estados Unidos. El resultado es esperanzador: nuevas oportunidades para todo el mundo.