Lobos en Oregón
Otro éxito de los programas de conservación de lobos tiene lugar en Oregón. Los biólogos del estado del Pacífico han contabilizado 124 lobos en su recuento anual, lo que significa un incremento del 11% con respecto a los datos del año pasado. Es un ejemplo claro de la recuperación del lobo gris en Oregón. Una gran noticia después de que fueran eliminados del estado hace más de 70 años por los cazadores.
Este éxito, no obstante, no debe ser excusa para gestionar la población de lobos con medidas como la caza controlada por los ganaderos. Ya que a menudo se eliminan ejemplares valiosos y hembras preñadas. Lo que implica un auténtico desastre.
La protección del lobo gris en Oregón debe realizarse con un equilibrio muy cuidadoso para garantizar que no vuelva a extinguirse. Como cada vez que la población de lobos aumenta, se inicia el debate sobre la necesidad de cazar más ejemplares. Una política que debe priorizar no sólo los números sino también la necesidad de mantener esa población estable y con posibilidades de crecimiento.
El plan de gestión del lobo en Oregón se ha demorado ya demasiado tiempo por falta de coraje político. Es necesario compatibilizar en la medida de lo posible los intereses de los rancheros y de los conservacionistas. La población de lobos es todavía demasiado escasa como para permitir una caza extensiva.
Oregón ha sido históricamente un territorio de lobos hasta que la recompensa por la caza de ejemplares esquilmó su población hasta hacerla desaparecer durante décadas.
Los lobos grises fueron reintroducidos a mediados de la década de 1990 en el centro de Idaho y en 1999 un lobo solitario viajó hasta Oregón, donde fue capturado y devuelto a Idaho. Dos lobos más fueron encontrados muertos en Oregón en el año 2000. Los primeros lobos que se reintrodujeron en el estado fue en 2007, año en el que se encontró otro lobo muerto a tiros. En 2008 la loba Sophie dio a luz una primera camada de cachorros nacido en Oregón por primera vez en décadas.
El lobo fue retirado de la lista de especies en extinción en 2015, pero sigue protegido por la ley federal en la mitad occidental del estado. La mayoría de la población conocida está agrupada en el noreste de Oregón, a lo largo de la frontera de Idaho. Los ganaderos pueden solicitar permiso al estado para matar lobos si están atacando ganado.
En 2017, el estado investigó 66 casos de ataques de ganado y confirmó que 17 de ellos fueron causados por lobos, lo que dio paso a la caza de cinco ejemplares permitida por el estado. Los ganaderos en 10 condados recaudaron $ 252,570 en fondos para compensar las pérdidas de ganado. La caza de ejemplares está aumentando. Recientemente, el estado anunció que uno de sus empleados había matado a una loba de un año en el condado de Baker y las autoridades dieron permiso a un ranchero para matar a dos lobos de la manada que habían estado comiendo terneros en tierras privadas.
Un informe publicado este mes pasado señala un aumento del 38% en el número de parejas reproductoras en Oregón. Y un dato de excepcional valor: han sido vistos lobos por primera vez en décadas en el Bosque Nacional Mount Hood, a unas dos horas al este de Portland. Una señal inequívoca de que los lobos están conquistando de nuevo su antiguo territorio.
Actualmente hay 12 manadas de lobos conocidas en el estado, compuestas por grupos de 4 a 11 ejemplares, y nueve grupos más pequeños de dos o tres lobos. Los denominados «lobos residentes» se contaron en nueve condados, principalmente en el este de Oregón.
En 2017 murieron trece lobos en Oregón. Controlar su caza de forma estricta y permitir corredores biológicos son las dos claves para lograr que los lobos sigan prosperando en Oregón, de donde jamás debieron desaparecer.