Trump pone firme a Europa
Con Donald Trump en la presidencia de los Estados Unidos se acabaron para Europa aquellos tiempos en los que se aprovechaba de las ventajas que ofrecía un país norteamericano laxo en defender sus intereses.
Europa está comprobando en sus carnes la doctrina America First. Y parece que no es de su agrado. Lógico. Trump está haciendo frente a los aliados que tratan de aprovecharse de Estados Unidos en materia defensiva, de impuestos y comercial.
No sólo ha apretado las clavijas a los aliados de la OTAN, obligando a aumentar las contribuciones económicas hasta el 2% del presupuesto (algo que no todos cumplen todavía, entre ellos España), logrando asegurar un aporte de 130.000 millones de dólares adicionales para los gastos de la OTAN. Es el mayor aumento económico en una generación y un éxito importante del presidente, que trabaja para garantizar la Alianza y la defensa común sobre políticas realistas.
Trump no se amilana ante unos países europeos que buscan sangrar a las empresas estadounidenses a base de impuestos abusivos. Así, no ha dudado en aumentar el 100% de los aranceles a productos franceses en 63 categorías con un valor comercial de unos 2.400 millones de dólares en represalia por la imposición en Francia de la tasa “GAFA” (así denominada por Google, Amazon, Facebook, y Apple, que son las empresas afectadas). Entre los productos afectados algunos que son seña de identidad franceses:
champán, quesos, bolsos de lujo, vinos espumosos y varios productos de maquillaje y cosméticos.
Es un aviso a navegantes para otros países que estudian aplicar impuestos similares, como en España el gobierno socialcomunista de ultra izquierda Sánchez/Iglesias, que pretende imponer la tasa Google. Algo que conllevaría serias represalias para España.
De hecho, entre los planes de Trump está aumentar los aranceles sobre productos europeos, entre ellos también los españoles, después de un nuevo fallo de la Organización Mundial del Comercio en contra de la Unión Europea por los subsidios ilegales al consorcio europeo Airbus. Ante la chulería europea, que no tiene interés en resolver el tema, el presidente está evaluando aumentar las tasas arancelarias a los países europeos implicados en el tejemaneje del Airbus: Francia, Alemania, España y Reino Unido, y ya ha avisado públicamente de graves consecuencias si los gravámenes a las empresas tecnológicas estadounidenses líderes en servicios digitales se aplican en países como España, Austria, Italia, Turquía, etc, donde hay planes de hacerlo.
Estos impuestos a las grandes empresas tecnológicas no sólo son abusivos y arbitrarios, también son una puerta abierta a confiscar beneficios de forma intolerable. El presidente Trump va a estar en contra de esta política abusona de Europa, que no hace más que coser a impuestos a sus ciudadanos y empresas, pero que tendrán enfrente al presidente con todo el poder e influencia de los Estados Unidos.
El comercio entre Estados Unidos y Europa es el tercer frente en el que Trump no está dispuesto a ceder ante los abusos europeos, aunque eso aplace la llegada de un acuerdo comercial hasta después de las elecciones del año 2020. Todo sea por un comercio más justo y equilibrado.
Trump está dispuesto a seguir poniendo firme a la Unión Europea en materia fiscal, defensiva y comercial. Su estilo combativo, imprevisible y audaz son algunas de sus mejores armas en las negociaciones. Pero no las únicas, como pronto podrán comprobar los europeos.