Trump golpea a los terroristas iraníes
Ha sido, sin duda, una de las noticias de este comienzo del 2020. La orden del presidente Trump para eliminar con un bombardeo selectivo de un dron a Qasem Soleimani, comandante del grupo terrorista Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución iraní, Abu Mahdi al Mohandes, vicepresidente de la milicia chií iraquí Fuerzas de Movilización Popular y líder de la Organización Badr, y Mohammed Ridha Jabri, jefe de relaciones públicas de esta milicia, entre otros cabecillas terroristas que operaban en Irak. Un éxito estadounidense frente a la injerencia iraní en Irak y Siria y un golpe decisivo para el organigrama terrorista iraní. Además, para complementar la operación, Trump ha autorizado a los marines estadounidenses diversas operaciones para detener a comandantes de las milicias chiís pro Irán en Irak, y aprobado una lista con 52 objetivos iraníes que serán atacados en caso de que el gobierno de Irán cometa ataques terroristas contra ciudadanos o instalaciones estadounidenses.
Trump ha cambiado la política conformista hacia Irán que aplicaba Obama por una política más audaz y firme, sin permitir las provocaciones de los ayatollahs intolerantes y sus acciones violentas.
Con la muerte de Qasem Soleimani se acaba una etapa de terrorismo de estado iraní. Durante dos décadas, Suleimani ha sido el terrorista más poderoso y efectivo del mundo. No sólo planeó y financió ataques de la milicia chií en Irak contra tropas estadounidenses, sino que disfrutaba del pleno respaldo del gobierno terrorista iraní y era una pieza de alto valor estratégico. Soleimani mató a 603 miembros del servicio estadounidense, provocó la mutilación de miles de soldados con artefactos IED y otros ataques respaldados por la Fuerza Quds y otras milicias financiadas por Irán, aprobó el ataque contra la embajada de los Estados Unidos en Bagdad en la pasada Nochevieja y proyectaba nuevos ataques para matar a más estadounidenses.
No hay ninguna duda de que merece lo que le pasó y su destino final. Se lo ganó a pulso en una vida de terrorismo de estado. El ataque estadounidense fue perfectamente dirigido, necesario, legal y proporcional. También fue una muestra de la fuerza y la determinación del presidente Trump contra el régimen iraní. El presidente ha enviado así un mensaje inequívoco de que si atacas a los estadounidenses, habrá muy serias repercusiones.
Las consecuencias de la operación a largo plazo están por ver, pero el resultado inmediato buscado por Trump se ha cumplido: hoy, el principal terrorista de Irán está muerto. El arquitecto e ingeniero jefe del patrocinador estatal del terrorismo iraní más activo del mundo ha sido retirado del campo de batalla de la mano del ejército de los Estados Unidos y un presidente al que no se puede atemorizar, chantajear ni comprar.
Trump resume perfectamente lo sucedido: «Esta mañana, el terrorista maestro de Irán está muerto … Durante demasiado tiempo, este hombre malvado actuó sin restricciones, e innumerables inocentes han sufrido por ello. Ahora su liderazgo terrorista ha terminado».
Qasem Soleimani fue un terrorista responsable de los ataques que mataron a cientos de tropas estadounidenses en Irak y causaron el caos en todo el Medio Oriente. La acción de Trump deja en claro que Estados Unidos no tolerará los ataques contra nuestra nación. Por otra parte, la eliminación de Soleimani es completamente legal. El Congreso ha autorizado y continúa autorizando el uso de la fuerza en Irak, donde se llevó a cabo la operación. Y el presidente tiene plena capacidad para ordenar este tipo de ataques al amparo de sus poderes de guerra y ejecutivos.
Soleimani estaba en Irak coordinando operaciones con combatientes enemigos de Estados Unidos. Trump tenía la responsabilidad de eliminar la amenaza que él y sus milicianos leales representaban para nuestras operaciones militares en Irak y Siria. Su muerte no sólo es legal, sino también justa y acertada en estos momentos.
Repasemos varios hechos importantes: Soleimani y la Fuerza Quds nunca dejaron de intentar matar estadounidenses, antes, durante o después del fracasado acuerdo con Irán que firmó Obama. El único impacto que tuvo este desastre de acuerdo en Soleimani fue proporcionarle más fondos para financiar sus operaciones terroristas. De hecho, el acuerdo de Obama ayudó a Irán a financiar la aceleración de su programa de misiles y su apoyo a los representantes terroristas chiítas.
Trump ha actuado sobre las líneas rojas previamente marcadas que los iraníes han cruzado, después de agotar todas las demás opciones y plenamente consciente de que Irán ahora responderá, aunque sólo sea para salvar la cara, y con una serie de objetivos y acciones previamente planificados que serán alcanzados sí o sí.
No olvidemos que los líderes de Irán son expansionistas chiítas / persas cuyo objetivo general es un arco de dominio territorial que cubra Irak, Siria, Líbano y Bahrein a expensas de los sunitas, Israel y los EE. UU. Esto no pasará mientras Trump esté en la Casa Blanca. Trump ha tenido varias oportunidades para responder justificada y militarmente a Irán y no lo hizo anteriormente. Ha intentado todo menos la capitulación para evitar conflictos armados con Irán. Pero todo tiene un límite.
Otro hecho importante: Soleimani era un combatiente enemigo activo, más peligroso incluso que Bin Laden o Baghdadi y que operaba sin tener en cuenta el derecho de la guerra y con el respaldo del estado iraní.
Trump ha efectuado un movimiento inteligente y de una astuta estrategia al ordenar la muerte de Soleimani y el resto de líderes chiítas. Todos sabemos que a veces la única forma de evitar un conflicto armado es la rendición o la capitulación. Pero otras veces, la mejor manera de evitar un conflicto más amplio es una acción limitada pero decisiva que deja un claro cálculo de coste-beneficio con respecto al adversario. Como en esta ocasión.
El presidente Trump tiene el deber de defenderse, y si es posible prevenir, los ataques contra nuestras Fuerzas Armadas en virtud de su juramento de la Constitución y la Resolución de Poderes de Guerra que le ampara. No necesita en absoluto de nuevas y expresas autorizaciones del Congreso.
Las posibles represalias iraníes ya sabemos cuáles son, entre ellas la activación de planes de contingencia para operativos de Hezbollah y Quds en todo el mundo, asesinatos y ataques selectivos, financiación y entrega de armas a grupos chiítas y no chiítas (es decir, talibanes), ataques cibernéticos, y ataques de Hezbollah a Israel, entre otros. Y para todos Trump ya tiene los planes listos para responder.
Durante cuarenta años, el régimen de Irán ha sido y es una pesadilla terrorista para Estados Unidos y Occidente. Trump está en vías de solucionar esta amenaza permanente de un modo directo y decisivo.