El plan de Trump para proteger a la infancia
La esperanza para la sociedad se llama Donald Trump, en especial para los niños, que se ven amenazados por la locura de género de los socialistas y comunistas. Trump ha lanzado su plan para detener la mutilación química, física y emocional de nuestra juventud a manos de una izquierda cada vez más desquiciada y desnortada. La base de este plan tan necesario serán las órdenes ejecutivas que firmará Trump para ilegalizar la llamada » afirmación de género» para menores si es elegido en 2024.
Quien crea que a Trump le va a temblar la mano en este tema, se equivoca de parte a parte. Lo ha dejado muy claro: “La locura de género de izquierda que se les está imponiendo a nuestros hijos es un acto de abuso infantil. Es muy simple (…) El primer día, revocaré las políticas crueles de Joe Biden sobre la llamada atención de afirmación de género: algo ridículo. Un proceso que incluye dar a los niños bloqueadores de la pubertad, mutar su apariencia física y, en última instancia, realizar cirugías en niños menores de edad”.
Es una auténtica salvajada que no sólo está permitiendo el régimen de Biden, sino también otros gobiernos socialistas en otros países. Una tendencia que hay que cortar de inmediato.
Trump ha declarado al presentar su plan que: «Firmaré una nueva orden ejecutiva instruyendo a todas las agencias federales a suspender todos los programas que promuevan el concepto de transición sexual y de género a cualquier edad. Luego le pediré al Congreso que detenga permanentemente el uso de los dólares de los contribuyentes federales para promover o pagar estos procedimientos, y aprobar una ley que prohíba la mutilación sexual infantil en los 50 estados. Declararé que cualquier hospital o proveedor de atención médica que participe en la mutilación química o física de jóvenes menores de edad ya no cumplirá con los estándares federales de salud y seguridad para Medicaid y Medicare y será dado de baja del programa de inmediato».
Así de claro, así de rápido y así de efectivo. Los ciudadanos saben que cumplirá su promesa, como siempre. Donald Trump propone, pues, una prohibición de estas prácticas transgénero que son una auténtica barbaridad.
Trump llama a las cosas por su nombre y pone al mismo nivel la afirmación de género con la mutilación y el abuso infantil, pues es lo que es, ni más ni menos. Su plan contempla con acierto que una ley reconozca los dos únicos géneros biológicos existentes: hombre y mujer, de acuerdo al género que se tiene al nacer, que es el auténtico.
Además, Trump prometió que, si es reelegido, castigará a los médicos que proporcionen estos servicios de mutilación a menores y presionará a las escuelas para que promuevan una educación positiva sobre la familia y los roles de las madres y los padres como parte de un amplio conjunto de políticas para usar el poder federal para acabar con la idiotez suprema de los transgéneros (una más de los socialistas y comunistas).
El magnífico plan de Trump encargará a varias agencias federales para que controlen y, en última instancia, eviten la mutilación química, física y emocional de los jóvenes, y prohibirá que cualquier agencia federal realice trabajos para promover el nefasto concepto de transición sexual y de género a cualquier edad.
La intención de Trump es trabajar conjuntamente con el Congreso federal para que apruebe una completa ley que prohíba todo lo relacionado con la manipulación de género, así como ordenar al Departamento de Justicia que investigue a la industria farmacéutica y los hospitales para comprobar si han encubierto deliberadamente los terribles efectos secundarios a largo plazo de las transiciones sexuales para enriquecerse, algo sobre lo que ya hay serias sospechas e indicios. Asimismo, muchos médicos serán eliminados de Medicare y Medicaid, o afrontarán el final de sus carreras, si tratan a los jóvenes con hormonas o cirugía.
Además, el plan de Trump facilitará que los pacientes que se arrepientan de haber recibido estos tratamientos de género peligrosos cuando eran menores de edad, puedan demandar a sus médicos, calificando los procedimientos de “imperdonables”.
Para completar el plan, se ordenará a las escuelas que divulguen de forma adecuada las graves consecuencias que afrontarán los maestros que sugieran que los estudiantes pueden ser transgénero o los orienten hacia esa tendencia. Como colofón, la nueva política establecerá que Estados Unidos no reconocerá oficialmente los géneros que no sean masculino y femenino, se aplicarán requisitos para que las escuelas enseñen los beneficios de la familia tradicional y se impondrán límites para que los hombres transgénero ya existentes no puedan jugar en deportes femeninos. Obvio, son hombres aunque estén hormonados hasta las cejas. Lo mismo para las mujeres transgénero, que son mujeres y no hombres por mucho que se empeñen.
En suma, un plan actualizado y muy oportuno tal y como se presenta el panorama social. Trump vuelve a dar en la diana.