Trump lucha por el voto hispano
Cuando afrontamos la llegada del verano, hoy ya podemos afirmar que, de acuerdo a todas las encuestas nacionales, Donald Trump podría obtener el mejor resultado de un candidato republicano entre los votantes hispanos en más de dos décadas. Y ya sabemos que un candidato que gane el voto hispano, también es probable que gane las elecciones de 2024. En este sentido, los hispanos podrían establecer un nuevo récord en estas elecciones en influencia y poder representativo.
Cuantos seguimos de cerca la campaña electoral somos conscientes de que, si Trump logra aumentar significativamente el porcentaje de voto hispano, podría ganar y regresar a la Casa Blanca. Los datos apoyan esta perspectiva. Los hispanos representan el 15% de los votantes elegibles y son uno de los grupos raciales de más rápido crecimiento en Estados Unidos. En 2020, Trump superó las predicciones y aumentó su respaldo entre los votantes hispanos hasta el 38%. Eso está muy cerca del máximo del 40% establecido por George W. Bush en 2004. Las encuestas proyectan que Trump romperá ese récord en noviembre y podría ganar la mayoría del voto hispano. Por ejemplo, un sondeo reciente del New York Times muestra que Trump obtiene un 46% de votos entre los hispanos, superando a Joe Biden.
Desde luego no va a ser fácil porque la mayoría de los medios están manipulados por los demócratas con mensajes negativos sobre Trump. Mensajes que cada vez tienen menos efecto a medida que los votantes hispanos aprenden más acerca del candidato republicano y sus políticas y reconocen que su primer mandato fue inmensamente mejor que el de Biden.
Ante nosotros tenemos una realidad esperanzadora. Si Trump puede mantener esta ventaja, garantizaría los votos electorales de estados decisivos como los de Arizona, Georgia, Wisconsin y Nevada. Los 43 votos electorales combinados de estos estados serían suficientes para formar un camino a la victoria. Dado lo similar que estaban en 2020 estados como Arizona y Nevada, un cambio de siete puntos en el porcentaje de votos hispanos a Trump en 2024 sería suficiente para colocar a ambos estados del lado republicano. Así, mientras Biden pierde miles de votos hispanos, Trump los está recogiendo y agrandando el apoyo a su candidatura.
La realidad es que las nefastas políticas de los demócratas han perjudicado desproporcionadamente a los hispanos. La elevada inflación, que ha aumentado casi un 20% durante el mandato de Biden, actúa como un impuesto regresivo para los hispanos que tienden a ganar menos que el promedio de los estadounidenses. La base demócrata de las elites costeras no se da cuenta de los precios de los alimentos, el alquiler y la gasolina, pero están afectando muy negativamente a los hispanos trabajadores. La alta criminalidad debido a las políticas blandas de los demócratas contra el crimen impacta más en las comunidades de clase trabajadora donde viven muchos hispanos. En resumen, los hispanos están soportando más la decadencia económica y social que vive Estados Unidos bajo Biden. No es sorprendente que a los hispanos les importen mucho más estos enormes problemas que al resto de los estadounidenses, en concreto a esas elites de las costa este y oeste que no se enteran mucho de la realidad del país porque viven en una burbuja de desinformación izquierdista de forma permanente.
Además, los hispanos también recuerdan cuánto mejor fue su calidad de vida bajo la Administración Trump. En contraste con la caída de los salarios reales bajo Biden, los ingresos de los hogares hispanos aumentaron un 12% (casi 7.000 dólares) entre principios de 2017 y principios de 2020. Todo el mundo sabe que los años de Trump fueron en realidad mejores para los votantes de la clase trabajadora, incluidos los no blancos, que los años del régimen de Biden.
Por si eso fuera poco, que no lo es, la comunidad hispana comparte con Trump y los republicanos la defensa de la fe, la familia y el espíritu empresarial. La obsesión enfermiza de los demócratas con el aborto, las opiniones de los profesores sobre cuestiones culturales y la política económica de regular el gasto y los impuestos que destruye las oportunidades laborales asquean y apartan cada vez más a los votantes hispanos de ellos. Los republicanos y Trump les hemos dado la bienvenida para que continúen superando las brechas económicas y raciales de Estados Unidos a través del espíritu empresarial y la unidad nacional. Los hispanos, gente muy emprendedora, tienen casi el doble de probabilidades de iniciar su propio negocio. En absoluto son la «gente de color» oprimida como los pintan los demócratas. Tan sólo quieren tener éxito gracias a su trabajo, esfuerzo y mérito. Y saben que las políticas de Trump de libre mercado les ayudarán a conseguir ese objetivo y vivir plenamente el sueño americano.
«Los hispanos son republicanos», dijo el presidente Ronald Reagan en su día. «Simplemente no lo saben todavía». Hoy, cuatro décadas después, la mayoría ya lo sabe y este 2024 es el año en que los hispanos finalmente encontrarán su hogar político de la mano de Donald Trump.