El debate de la victoria de Trump
Finalmente, Donald Trump superó a un Joe Biden con un evidente deterioro cognitivo y físico durante el debate presidencial, que convirtió en una clase magistral. Trump demostró contención y astucia política, estuvo fuerte, disciplinado y centrado en los temas que más importan a los estadounidenses, y en todo momento mantuvo un sólido liderazgo equilibrado.
En la noche del pasado jueves, Trump ofreció el mejor desempeño posible ante un candidato demócrata que naufragó por completo, como su presidencia, y logró una importante y arrolladora victoria en un debate presidencial que tuvo la audiencia de votantes más grande de la historia. Muy pocos medios han ofrecido las claves reales del debate, perdiéndose en el análisis de la decadencia de Biden. Lo importante de todo es que Trump ofreció una alternativa de gobierno solvente, eficaz, sólida y dejó claro exactamente cómo mejorará las vidas de todos los estadounidenses si es reelegido. Con disciplina contenida para no ahondar en un Biden destrozado física y mentalmente, una y otra vez Trump destacó sus planes llenos de sentido común para reducir la inflación, bajar los precios de los alimentos, la vivienda y la gasolina, así como sus planes para recuperar sus exitosas políticas del primer mandato que mantuvieron nuestra frontera sur segura y libre de la ola de crímenes de inmigrantes ilegales de Biden que actualmente arrasa Estados Unidos.
En cambio, Joe Biden, demostró a la vista de todos por qué merece ser expulsado de la presidencia. Nunca ha estado al mando del Despacho Oval en estos años y ahora menos aún. A pesar de tomarse una semana de vacaciones en Camp David para prepararse para el debate y someterse a un tratamiento de medicamentos que lo mantuviera en pie y algo despejado, no pudo defender su desastroso historial en la economía y la frontera, en política exterior y seguridad nacional. A lo largo del debate, Biden mintió repetidamente, inventó historias y no pudo articular no sólo frases sino tampoco un solo plan para hacer que las cosas sean menos costosas y mantener a la gente a salvo, prefiriendo cambiar de tema y detenerse en el pasado o en historietas que ya a nadie convencen. Biden no pudo explicar por qué se tomó una semana de vacaciones en Camp David mientras 50 terroristas del ISIS andaban sueltos por el país tras entrar ilegalmente por la frontera
Trump tiene razón cuando afirma que si Biden es demasiado incompetente para ser juzgado, entonces lo es demasiado para ser presidente. Una verdad evidente que los medios aliados de los demócratas tratan de ocultan para salvarlo a él y a su campaña de manipulaciones informativas durante estos últimos años. Por el contrario, Trump estuvo rápido de reflejos e inteligente en el debate y Biden no pudo seguirle el ritmo en ningún momento.
Estados Unidos es un desastre bajo la Administración de Biden, que nos ha conducido al borde de una impresionante recesión y una Tercera Guerra Mundial. La esperanza es que todavía podemos darle la vuelta a todo y recuperar el sueño americano y salvar a esta nación del desastre de las degeneradas políticas socialistas. Trump adoptó en el debate el tono correcto. Les recordó a los estadounidenses cuando nuestras cuentas bancarias estaban saneadas, el coste de vida era más bajo, el mundo más seguro, éramos más prósperos y nuestras calles eran más seguras. Todavía podemos volver a tener todo eso, pero pasa por reelegir a Donald J. Trump como presidente.
El debate presidencial fue un indicador más de que EE. UU no está en manos capaces con Biden y la Camarilla que lo controla. Como presidente, Donald Trump lo hizo todo mucho mejor, aseguró nuestra frontera, se enfrentó a agencias gubernamentales corruptas, logró la independencia energética, el liderazgo mundial, una seguridad nacional sólida y nos brindó la mejor economía posible. Hoy es más evidente que nunca que necesitamos a Donald Trump de nuevo en la Casa Blanca.