Trump vs Harris: encrucijada política en 2024
Este año 2024 es crucial para Estados Unidos, en concreto las elecciones presidenciales marcan una encrucijada política decisiva. La elección entre Trump y Harris es sencilla: libertad contra tiranía. Si deseamos preservar las libertades, una democracia transparente e íntegra, Trump es la elección adecuada. Vivimos un momento de enorme trascendencia, no sólo porque el apoyo a Trump es más necesario que nunca, sino también porque es preciso una vigilancia extrema durante las elecciones y después de ellas para impedir cualquier intento de fraude electoral por parte de la alianza entre el Partido Demócrata, el establishment, el Estado Profundo y sus medios de comunicación corruptos aliados, que ya trabajan a destajo para elevar a los altares a la inútil de Kamala Harris.
Nos encontramos justo en el punto que conduce a un renacimiento de la libertad de la mano de Trump o a un sistema totalitario y amañado por parte de Harris y los izquierdistas radicales, que durante estos años han atacado las grandes referencias históricas del sistema político estadounidense: la Constitución, el estado de derecho, el gobierno del pueblo, libertad de prensa, la democracia y nuestras libertades, provocando un desgaste evidente. Bajo el paraguas de la nefasta ideología del socialismo y el multiculturalismo, se han atacado las ideas y principios políticos que hicieron de Estados Unidos una república constitucional fuerte y libre.
Durante estos cuatro años hemos asistido al desmantelamiento de los medios de comunicación y la prensa como un contrapoder independiente y puesto al servicio de la Camarilla que gobierna en la sombra. Una prensa que se ha convertido en activista que promueve la agenda de la izquierda y ataca con manipulaciones y mentiras a Trump. Sólo unos pocos profesionales independientes mantienen el faro de la libertad de prensa encendida, y podrían ser silenciados si los demócratas colocan a Harris en la Casa Blanca.
Al escuchar a Trump o a Harris vemos las dos opciones que tenemos en noviembre. Trump representa la libertad de expresión y Harris la censura y la manipulación. Trump impulsa una educación como un foro de aprendizaje, debate intelectual y búsqueda del conocimiento. Harris impone un adoctrinamiento ideológico brutal basado en el socialismo y la ideología de género, una cultura “woke” que destroza cuanto toca. Trump quiere una cultura americana libre. Harris pretende usar la cultura como un instrumento de poder para lavar la mente a los ciudadanos y erradicar la libertad de pensamiento y opinión.
Hemos llegado a una encrucijada en la que nos jugamos defender el estado de derecho ante un Partido Demócrata que no duda en utilizar el poder del gobierno y de la justicia como un arma contra sus oponentes políticos o para dar un golpe interno, pasar por alto de la decisión de más de 14 millones de votantes en las primarias demócratas y poner de candidata a una persona elegida a dedo y en secreto, que es lo que han hecho con Harris. Las redadas, acusaciones, juicios y órdenes de silenciamiento, así como el impulso a cualquier intento de asesinato contra Trump y el golpe para meter a Harris en la carrera electoral, demuestran que no vacilan en violar los derechos constitucionales de la figura política más destacada de la política estadounidense actual y sobrepasar todos los límites.
El lawfare empleado contra Trump ha sido diseñado por la izquierda para consumir su tiempo y recursos en este año electoral de importancia crítica. Denigrarlo y colocarlo en una diana pública para que sea odiado y que lo maten es el siguiente paso en esa estrategia demencial para evitar que gane en noviembre. Si eso lo hacen con él, lo pueden hacer con cualquiera. Los ataques contra todos los aliados de Trump y sus seguidores son un intento de eliminar el movimiento Make America Great Again mediante el encarcelamiento y la persecución política, jurídica, mediática y social, e incluso el asesinato. Es la definición perfecta de la tiranía de Harris y sus compinches. Asistimos a una demostración de fuerza para intentar intimidar a cualquiera que quiera ayudar, votar o apoyar a Trump y un esfuerzo para desmoralizar a sus millones de seguidores.
La mayor contradicción es que los demócratas acusan a Trump y a sus votantes de fascistas cuando son ellos los que promueven una agenda totalitaria. Si queremos que Estados Unidos sobreviva como una república constitucional libre y con un estado de derecho fuerte, no tenemos otra opción que votar a Trump, porque votar a Harris es andar el camino hacia la tiranía de izquierda que elimina, manipula o controla en su favor las leyes, las normas, la cultura y las instituciones.
La elección presidencial de 2024 es vital y una de las más importantes de la historia. Nos brinda la oportunidad de liquidar el totalitarismo de la izquierda y su Camarilla y abrazar de nuevo el resurgir de las libertades tradicionales americanas con Trump.