Trump combate al Estado Profundo
Donald Trump desafió al Estado Profundo desde que se presentó a las elecciones y durante su primer mandato presidencial. Ahora, promete derrotarlo de una vez para siempre si es reelegido en noviembre. Nadie como Trump ha expuesto la falsa narrativa del Estado Profundo y sus medios de comunicación aliados y la utilización de la Justicia como arma para perseguir a los opositores políticos. Esto le ha costado la mayor campaña de difamación, censura y manipulación de la historia política moderna, y un intento de atentado mortal que casi le cuesta la vida.
Trump se atrevió y se atreve a luchar contra esa casta política poderosa que se mueve en las sombras para poner y quitar candidatos a capricho, controlar las vidas de la gente y el gobierno, esos que han orquestado un Estado Profundo que está aniquilando la democracia y extiende sus tentáculos fuera de Estados Unidos. Trump mantiene su línea de conducta de hacer lo correcto y no lo políticamente correcto, algo que indigna al Estado Profundo, que prefiere hacer lo que sea necesario para mantenerse en el poder con uno u otro partido a hacer lo que es necesario y correcto. La presencia de Trump en el escenario político es el mayor revulsivo contra esos poderosos corruptos e influyentes que ven en él la mayor amenaza a su existencia. Trump ha traído luz a la oscuridad que estaba envolviendo la vida política estadounidense y mundial, y se ha convertido en la gran referencia democrática y de libertad.
Derrotar al Estado Profundo es uno de los grandes desafíos para Trump en el segundo mandato presidencial. No puede contar con la mayoría de la prensa y los medios, convertidos en herramientas a sueldo que prefieren divulgar mentiras y manipulaciones informativas a investigar y exponer la corrupción. Para combatirlo, Trump deberá reforzar la independencia de la Justicia y el sistema legal, que ahora se dedica mayoritariamente a proteger a los demócratas y perseguir a los republicanos.
El Estado Profundo has estado detrás de cada intento por deshacerse de Trump. Dos impeachments falsos y fallidos; cinco acusaciones partidistas y con un claro sesgo político; la tergiversación de la cláusula de insurrección de la Enmienda 14 en un intento de descalificar a Trump para aparecer en la papeleta electoral, rechazado finalmente por unanimidad en el Tribunal Supremo; etc, etc. Trump ha vencido cada uno de esos intentos por derrotarlo y ha salido más fuerte cada vez. Ahora lo intentan colocando a dedo a Harris mediante un golpe interno antidemocrático.
Trump será reivindicado en las urnas en noviembre y ganará (si no hay otro fraude masivo). Será el principio de otra victoria no sólo sobre los demócratas, sino también frente a ese Estado Profundo que ha maniobrado en su contra de forma permanente. Por delante quedarán cuatro años de dura lucha contra la auténtica amenaza a la democracia, ese Estado Profundo que lleva décadas influyendo, con el fin de derrotarlo finalmente y poner de nuevo los intereses de Estados Unidos como la máxima prioridad, haciendo realidad ese lema de America First.